Hay películas donde su intención de vender algo es bastante
evidente. A veces el product placement se va de la mano, y una secuencia acaba
por convertirse en un anuncio descarado. Otras están pensadas directamente como
herramienta publicitaria, aunque con el tiempo las mañas se han pulido y esto
se lleva a cabo de una forma más sutil de la que, por ejemplo, dedicaron Space
Jam a vender balones Spalding y zapatillas Nike. Y aunque desde aquella
aparición de los Looney Tunes pensé que no volvería a filmarse algo de ese
tipo, una compañía de juguetes decidió probar suerte en el mundo de la
animación.
A favor de La película de Lego hay que decir que su título
no lleva a engaño: es una historia protagonizada exclusivamente con legos. Algo
que ya habían hecho con los mediometrajes de Star Wars realizados con estos
bloques de construcción pero que en este caso, optan por un argumento propio
donde se mezclan un poco de varios géneros. Desde la fantasía, a la ciencia
ficción, al lejano oeste hasta…los giros inesperados. Todo esto gracias a
Emmet, un muñequito integrante de un set de construcción que descubre un
artefacto que podría cambiar el destino de toda la ciudad Lego. Este y su
portador son los únicos que pueden acabar con los planes del presidente
Business, quien pretende congelar el mundo gracias a un arma secreta. Pero para
ello tendrán que escapar de su ejército de robots y encontrar al resto de
constructores para..hm, todavía no lo tengo muy claro. Supongo que una película
de animación donde los personajes no vayan de un lado a otro sería muy
aburrida.
Precisamente la intención de evitar el aburrimiento es lo
que lleva a un montaje muy acelerado. Y donde aprovechan al máximo la animación
representada mediante piezas: esquirlas, arenas, gotas de agua, todas y cada
una son las piezas de plástico propias del juego. Igual que los personajes, que
no son otros que los muñecos diseñados tal cual. Incluso al animarlos hacen que
estos tengan una forma de moverse un poco estática y casi a saltos, que a ratos
hace gracia pero a los diez minutos agota si no se es un fanático de los legos.
Además, los cambios de animación resultan un poco erráticos, pasando de
secuencias típicas de ordenador a otras que parecen más artesanas, cosa que
tiene su explicación a medida que avanza la historia pero que, entre tanto,
resulta bastante chocante.
El propio argumento tampoco ha sido muy brillante. Este es
una mezcla de tópicos, como todo lo relativo a los elegidos, creer en uno mismo
y, bueno, cualquier cosa típica de la animación para todos los públicos, junto
a una falta de personajes bastante evidentes. No por número, que salen
bastantes, sino porque estos no tienen nada en especial. El protagonista es soso
porque lo pide el guión, sale una chica porque hay que meter trama romántica,
un mago sabio porque hay que meter macguffin y un alivio cómico..y
practicamente todos los personajes de los que Lego tiene licencia. Porque
además del oeste, el barco pirata y la ciudad, también salen gran parte de los
superhéroes de DC, Lego Star Wars e incluso Batman es uno de los secundarios,
todos ellos planteados de una manera que pretenden ser humor referencial pero
que a mí me parecía un poco una revisión del catálogo.
Esa misma sensación de ser una revisión producen los cambios
de escenario: durante la primera mitad los personajes pasan de una ciudad al
oeste y hasta un barco pirata, hasta que la trama que se había planteado en un
principio se vuelve a poner en marcha e intenta ser de nuevo una película de
aventuras….hasta que un giro de guión intenta darle profundidad a este
cambiando por completo el registro y de paso, al mundo real, donde Will Ferrell
hace una aparición en persona y no solo doblando al villano, y donde se marcan
una secuencia rarísima donde el término “Deus ex Machina” se vuelve bastante
literal. Aunque la forma de ir presentando los indicios fue bastante ingeniosa,
incluyendo en los escenarios objetos cotidianos como clips, lápices o un bote
de pegamento, el desarrollo estereotipado y un tanto a saltos del guión hace
que esta resulte muy extraña, como si fuera un truco de última hora para querer
darle más matices, o en el peor de los casos, para recordar que los bloques de
lego son un juego para toda la familia.
No tengo muy claro que pensar de la película de Lego: de
entrada, oscila entre el montaje acelerado de un anuncio y algún que otro
chiste ocasional con mayor o menor gracia. Por otro, esta cuenta con una
mayoría de buenas críticas e incluso con una puntuación alta en Rotten
tomatoes, donde suelen ser muy estrictos a la hora de puntuar. Pero en todo
caso, no he conseguido pillarle el punto en ningún momento. Y que la idea en su
conjunto podría haber sido buena, pero la forma de llevarla a cabo no terminó
de convencerme.
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