Gaticos fantasma. Responsables de la desaparición de todos los bolígrafos y objetos rodantes importantes de la casa
Si empiezo diciendo que La mujer de negro es la vuelta de la
Hammer al cine, probablemente muchos pensaran que esta es otra de las entradas frikincomprensibles habituales. Por eso, para situarnos algo mejor, recordaré que la Hammer era aquella productora británica que en los setenta hizo un montón de películas de terror basadas en Drácula, unas cuantas con Frankenstein, y algunas otras basadas en historias independientes, pero todas ellas caracterizadas por ambientarse en la época victoriana, sus guiones góticos, y sobre todo, la aparición habitual que fueron esos grandes Christopher Lee y Peter Cushing como Drácula y Van Helsing (este último, conocido por su famoso
Mecagüennn en los doblajes del Informal). Otros blogs recordarán también la cantidad de escotes y balconcillos que aparecían en sus películas, lo máximo que permitía la época y la ambientación decimonónica, pero Barrilete es para todos los públicos y me limitaré a mencionarlo como anécdota.
El año pasado, y por aquello de que ya tenían un nombre y una fama previa, han vuelto a los rodajes, en este caso, con una historia de terror de corte clásico, basada en una novela de Susan Hill, y con Daniel Radcliffe como protagonista, en lo que sería su primer papel alejado de Harry Potter.
Como buena vuelta a una forma tan clásica de hacer cine, La mujer de negro cuenta la historia de un abogado que acude a un pueblo ingles a arreglar la venta de una mansión, profesión que desde Drácula, ha demostrado ser más peligrosa que la de manipulador de explosivos. Aunque la época en la que se sitúa la historia ya no es la victoriana, sino principios de siglo, esta sigue siendo igual de alejada de los adelantos y bastante más opresiva que la vida que llevaba el protagonista en Londres: los aldeanos lo quieren fuera de allí, y con su llegada coinciden una serie de suicidios infantiles. El personaje principal tampoco se encuentra en el mejor estado anímico: todavía atormentado por la muerte de su mujer, debe trasladarse a ese pueblo para conseguir hacer una venta, por el bien de su trabajo y su único hijo. Por si no fuera poco, nada más llegar, comienza a ver en los alrededores de la casa una figura vestida de negro.
Se trata de un relato de fantasmas muy clásico, en el que prima la atmósfera sobre los sustos gratuitos y los giros finales. Según avanza el guión, el espectador puede irse haciendo una idea de lo que sucedió tanto en la casa como en el pueblo, y sobre todo, quien demonios es esa mujer vestida de negro. La estructura es muy clásica, desde un principio se sospecha que el fantasma en cuestión algo quiere, o algo tiene pendiente, y hasta que no se solucione, seguirá dando la murga...Al menos en teoría, ya que pese a su aspecto de historia de fantasmas típica, sorprende con un planteamiento mucho más oscuro y poco esperanzador que lo que podía parecer, más cercano a los cuentos con menos moraleja de M. R. James que al buen rollo de los fantasmas de Ghost Whisperer.
No hay nada como un poco de buen nightmare fuel para calentar los ánimos
La principal diferencia con las películas anteriores de la Hammer, es sobre todo, el presupuesto: donde teníamos los decorados, y como mucho, alguna panorámica de casas de campo británicas, que costaban poco, aquí tenemos todo un despliegue de planos mayores, en los que puede verse tanto el pueblo costero como el paisaje, bastante siniestro, en el que se encuentra la casa encantada (¿a quién se le ocurre construirse un casopo en el medio de una marisma? ¿qué buscan? ¿reumatismos?). Tampoco hay queja de las interpretaciones: el reparto cumple muy bien su papel de aldeanos aterrorizados, y aunque Daniel Radcliffe no es Peter Cushing ni de lejos, y se le ve demasiado yogurín para que su personaje tenga un crío de cinco años, fue verlo y pensar que haría un buen papel como Jonathan Harker en una adapción de Drácula, lo que puede considerarse un cumplido respecto a su forma de actuar.
En resumen, que la película me ha gustado, hasta picarme la curiosidad por el libro de Susan Hill: es clásica, muy gótica, puede disfrutarse más de una vez al no depender de ningún giro sorpresa,y espero que la productora, en su siguiente intento, recupere por ahí a Christopher Lee. Ahora, si es por poner pegas gratuitas, durante algunas escenas no paré de pensar que esa mujer de negro espectral y vengativa, a los hermanos Winchester, no les duraba ni un asalto.
¡Sam, pásame la recortá!