lunes, 11 de mayo de 2015

The Lego Movie (2014). Ochenta minutos de anuncio y diez de metafísica


Hay películas donde su intención de vender algo es bastante evidente. A veces el product placement se va de la mano, y una secuencia acaba por convertirse en un anuncio descarado. Otras están pensadas directamente como herramienta publicitaria, aunque con el tiempo las mañas se han pulido y esto se lleva a cabo de una forma más sutil de la que, por ejemplo, dedicaron Space Jam a vender balones Spalding y zapatillas Nike. Y aunque desde aquella aparición de los Looney Tunes pensé que no volvería a filmarse algo de ese tipo, una compañía de juguetes decidió probar suerte en el mundo de la animación.  



A favor de La película de Lego hay que decir que su título no lleva a engaño: es una historia protagonizada exclusivamente con legos. Algo que ya habían hecho con los mediometrajes de Star Wars realizados con estos bloques de construcción pero que en este caso, optan por un argumento propio donde se mezclan un poco de varios géneros. Desde la fantasía, a la ciencia ficción, al lejano oeste hasta…los giros inesperados. Todo esto gracias a Emmet, un muñequito integrante de un set de construcción que descubre un artefacto que podría cambiar el destino de toda la ciudad Lego. Este y su portador son los únicos que pueden acabar con los planes del presidente Business, quien pretende congelar el mundo gracias a un arma secreta. Pero para ello tendrán que escapar de su ejército de robots y encontrar al resto de constructores para..hm, todavía no lo tengo muy claro. Supongo que una película de animación donde los personajes no vayan de un lado a otro sería muy aburrida.
 
 
 



Precisamente la intención de evitar el aburrimiento es lo que lleva a un montaje muy acelerado. Y donde aprovechan al máximo la animación representada mediante piezas: esquirlas, arenas, gotas de agua, todas y cada una son las piezas de plástico propias del juego. Igual que los personajes, que no son otros que los muñecos diseñados tal cual. Incluso al animarlos hacen que estos tengan una forma de moverse un poco estática y casi a saltos, que a ratos hace gracia pero a los diez minutos agota si no se es un fanático de los legos. Además, los cambios de animación resultan un poco erráticos, pasando de secuencias típicas de ordenador a otras que parecen más artesanas, cosa que tiene su explicación a medida que avanza la historia pero que, entre tanto, resulta bastante chocante.

 


El propio argumento tampoco ha sido muy brillante. Este es una mezcla de tópicos, como todo lo relativo a los elegidos, creer en uno mismo y, bueno, cualquier cosa típica de la animación para todos los públicos, junto a una falta de personajes bastante evidentes. No por número, que salen bastantes, sino porque estos no tienen nada en especial. El protagonista es soso porque lo pide el guión, sale una chica porque hay que meter trama romántica, un mago sabio porque hay que meter macguffin y un alivio cómico..y practicamente todos los personajes de los que Lego tiene licencia. Porque además del oeste, el barco pirata y la ciudad, también salen gran parte de los superhéroes de DC, Lego Star Wars e incluso Batman es uno de los secundarios, todos ellos planteados de una manera que pretenden ser humor referencial pero que a mí me parecía un poco una revisión del catálogo.

 


Esa misma sensación de ser una revisión producen los cambios de escenario: durante la primera mitad los personajes pasan de una ciudad al oeste y hasta un barco pirata, hasta que la trama que se había planteado en un principio se vuelve a poner en marcha e intenta ser de nuevo una película de aventuras….hasta que un giro de guión intenta darle profundidad a este cambiando por completo el registro y de paso, al mundo real, donde Will Ferrell hace una aparición en persona y no solo doblando al villano, y donde se marcan una secuencia rarísima donde el término “Deus ex Machina” se vuelve bastante literal. Aunque la forma de ir presentando los indicios fue bastante ingeniosa, incluyendo en los escenarios objetos cotidianos como clips, lápices o un bote de pegamento, el desarrollo estereotipado y un tanto a saltos del guión hace que esta resulte muy extraña, como si fuera un truco de última hora para querer darle más matices, o en el peor de los casos, para recordar que los bloques de lego son un juego para toda la familia.

 


No tengo muy claro que pensar de la película de Lego: de entrada, oscila entre el montaje acelerado de un anuncio y algún que otro chiste ocasional con mayor o menor gracia. Por otro, esta cuenta con una mayoría de buenas críticas e incluso con una puntuación alta en Rotten tomatoes, donde suelen ser muy estrictos a la hora de puntuar. Pero en todo caso, no he conseguido pillarle el punto en ningún momento. Y que la idea en su conjunto podría haber sido buena, pero la forma de llevarla a cabo no terminó de convencerme.

 

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