Karl Edward Wagner. Las mejores historias de terror I. El título no engaña: es la selección de Karl Edward Wagner de las mejores historias, pero del año 1983. Además de tener como editor al autor de Kane, el Conan chungo, y narrador de terror muy solvente, al que por desgracia no se ha traducido mucho, la recopilación publicada por Martinez Roca Super Terror, algo más pequeña que las posteriores, es una recopilación que combina al que entonces era el autor por excelencia, Stephen King, con un relato en el que conserva todavía su pasado tocado por el alcohol, las drogas y el miedo a no poder proteger a su familia, junto a otros autores que combinan desde el terror psicológico a escenarios clásicos como las catacumbas y cementerios europeos, monstruos tradicionales o aproximaciones muy libres a los Mitos de Cthulhu como la referencia a la meseta de Leng y los Tcho Tcho que narra TED Klein.
Quizá de estos, en una década donde lo que más se recuerda es el terror más explícito, o el más vistoso, los más interesantes son los más sutiles, como la aportación de Dennis Etchinson con una angustiosa visita a un hospital, o el relato de Peter Valentine que cierra la colección y hace una combinación muy interesante entre referencias a los escenarios góticos, como las mansiones apartadas y las damas misteriosas, junto al enfoque racional que convierte el desenlace en un hecho mucho más inquietantes como pasa a la mayoría de estas colecciones, salvo un par de nombres, y el resto que resultan un poco conocidos por encontrar cuentos suyos en otras antologías, en muchos casos, la mayoría son completos desconocidos, pero que gracias a estas selecciones, y a su vocación de ser “lo mejor de”, pueden descubrir algo sorprendente.
Los dos últimos, los profundos y El regreso de los lloigor, son sin duda los más extensos e interesantes. Estos, en parte explotan una parte de la mitología, como los profundos, extendiendo su actuación a la costa del Pacífico, y creando unos nuevos, que se trasladan, una vez más, a Inglaterra, suponen una pequeña renovación, reflejando un poco como se percibían Los Mitos en una década llena de cambios y de narrativa experimental como los 60, convirtiéndose también en una parte de la mitología, en incluso en una influencia posterior. No solo estos relatos suponen una visión distinta de interpretaciones posteriores (la forma de ver el horror cósmico varía mucho desde la década de los 60 hasta la percepción actual), sino que servirían de referencia, como lo hizo en su momento La llamada de Cthulhu, para juegos como La caída de Delta Green. Bueno, además de ser uno de ellos, seguramente, el primer relato de la historia en el que los delfines son unos malos bichos.