Aunque vaya por su tercera temporada, Community ha sido otra de las series que he comenzado a ver
hace poco. Tenía buenas recomendaciones, advertencias del frikerío de algunos
guiones, peeero también lo que suele pasarme con las comedias estadounidenses y
que siempre me tira para atrás: demasiados capítulos por temporadas y pocas
ganas de meterme a ver nuevas series (que quitan tiempo para leer y cine). Tras
ir terminando con South Park (sí, esa también la retomé), decidí seguir con
series más o menos de culto, por lo que la tomé con Community.
Chevy Chase, en el mejor papel de su carrera¿Y qué cuenta esta serie? A grandes rasgos, la llegada de
Jeff Winger, un abogado sin titulación, que tras ser descubierto debe volver a clase
y conseguirse el certificado de estudios.
En un intento de ligar con una chica, decide organizar un grupo de estudio de
español, en el que se juntan personajes bastante variados: desde dos chavales
que no pudieron entrar en la universidad, hasta un ama de casa divorciada, un
jubilado intentando encontrarse a si mismo y un friki con la costumbre de
interpretar lo que le rodea como si fuera una serie de televisión. Sería un
poco la típica historia de pez fuera del agua y de cómo el día a día en el
politécnico, y el contacto con los distintos personajes, cada uno con sus
defectos y rarezas, lo vuelven mejor persona. Y a grandes rasgos, lo es, con la
diferencia de contar esto desde una perspectiva más cercana al humor absurdo que
a la comedia de escenarios habitual.
Para empezar, con el centro de estudios no tienen mucha piedad: explotan bastante el perfil de estudiantes que suele haber por allí, desde jubilados ociosos a quien no puede costearse una universidad privada, y sobre todo, la escasa calidad de la enseñanza que imparten: el profesor de español, conocido como Señor Chang, no tiene ni idea de la asignatura, ni de hecho, títulos, y en más de una ocasión los profesores acaban impartiendo materias con las que no tienen nada que ver. El decano se esfuerza en darle algo de nivel al centro, y funcionaría de no estar bastante loco y proponer todo tipo de iniciativas relacionadas con la corrección política o el medio ambiente: la mascota del equpipo, los Seres Humanos, es, además de inquietante, una muestra de su buen hacer.
La mayoría de episodios tratan alguna discusión entre el grupo de estudio, desde la más tonta hasta la más importante, o en cómo les afecta alguna de las actividades propuestas por el decano. Tampoco faltan los episodios de temporada, como Navidades o Halloween, en el que llegan a lucirse con un capitulazo sobre zombies, o los que homenajean directamente a los geeks y se dedican a narrar unicamente una partida de Dragones y mazmorras. Eso sí, este tipo de referencias no suelen faltar en ningún episodio gracias a Troy y Abed, aficionados a todo tipo de cine fantástico y de serie B, que consiguen los mejores gags.
El mayor problema de la serie, además de estar un poco ceñido a un esquema de problema-discusión-reconciliación en el grupo, es, sobre todo para los que preferimos series cortas, el número de capítulos: nada menos que 25 en la temporada, ¿¡Pero qué me están contando!? Con esa cantidad de guiones, es muy difícil mantener buena calidad e ideas en todo momento, por lo que siempre hay alguno que sea olvidable o en el peor de los casos, malillo. Además, tampoco ayuda el que la serie estuviera al borde de la cancelación, en parte por ser más de culto que por tener grandes audiencias, y en parte por el coste de la realización: no es una comedia con tres o cuatro escenarios, sino una historia más movida en la que los personajes y un montón de extras se mueven por un campus, y en episodios como el especial de Halloween, se nota.
Su tercera temporada empezó a finales de 2011, y, si respeta el punto de partida de la serie, que serían los años de estudio del protagonista (es un decir, a los dos o tres capítulos, se vuelve bastante coral), tendría que terminarse en la cuarta. Cosa que, en estos tiempos en los que las cadenas están a la que salta para recortar gastos, y con el buen nivel que ha mantenido la serie hasta ahora, es preferible a mantenerla en antena convertida en una caricatura.