Cada año es más fácil encontrar fotos de gatos relacionadas con Canción de Hielo y Fuego
Otro año más, y eso que en el 2011 todavía no nos lo creíamos, ha vuelto a pasar. Juego de Tronos termina con un enorme cliffhanger para la siguiente temporada, y esta vez, con la diferencia de estar adaptando en dos entregas un único libro. Tormenta de Espadas es muy extenso, y según dicen los aficionados, el mejor hasta la fecha de toda la saga. Para mí fue el punto en el que me acercaba peligrosamente al último libro publicado, y a tal número de personajes y acontecimientos que me hacían muy difícil llevar cuenta de todo lo que iba pasando, y el contar con unos cincuenta libros entre un tomo y otro, no ayuda. Vamos, que llegué a la tercera temporada sin acordarme de nada de lo que había leído, como mucho, de la trama a grandes rasgos y aún llegándome a olvidar de lo que había ido pasando en determinados lugares, que podían ser los que menos me intersaban. De modo que no seáis muy duros si me descuelgo y pregunto si Gendry seguía apareciendo en los libros.
Por otro lado, esto también me ha servido para disfrutar la serie tal cual, aún sabiendo en cierto modo cómo iba a acabar, pero teniendo el guión como una referencia para todas aquellas cosas que por prisa o falta de memoria, no me habían quedado claras. Y como vengo haciendo los otros años, esta es una recopilación de las mejores situaciones de estos diez capítulos.
Ros (2011-2013). Tus amigos de Poniente no te olvidan
Ros, QEPD. Después de dos temporadas en las que no fallaba un capítulo enseñando cacha o aguantando la conversación de clientes, fue despachada casi al principio de la temporada por Meñique, que decidió deshacerse de ella de la peor forma posible: a manos y ballesta de Joffrey, en un cierre de episodio que hizo que muchos nos arrepintiéramos de todos los chistes sobre Asesinar a Ros y Borrarla de Poniente.
Un poco de simpatía no hace daño. Algunos personajes no están llamados a llevarse bien, aunque George RR Martin los convierta en compañeros de desgracia. En Tormenta de Espadas Arya compartió camino con Sandor Clegane, el Perro y una de las personas a las que tiene en su lista de asesinables. Y Sansa, casada en una patética boda con Tyrion Lannister. Las relaciones en los libros eran bastante frías, y mientras Sansa apenas tuvo trato con Tyrion, su versión en pantalla es algo más cercana. En más de una ocasión su doncella Shae admite tenerle cariño a la mayor de los Stark, cosa que ya se vio en la batalla de Aguasnegras, y tanto Sansa como Tyrion empiezan a tener una cierta simpatía…que se truncada tras la boda roja. La primera conversación amable entre el matrimonio, y el final de esta después de las noticias sobre la boda hace que la situación sea mucho más triste para los personajes que en el libro (donde más o menos, recuerdo que Sansa se pasaba el día llorando a moco tendido y Shae pasaba un poco de todo). Varys también ha sido un personaje que se ha ido ganando mis simpatías, por manipulador que este sea. Unos cuantos diálogos, especialmente su escena final con Shae, y acaba mostrándose como alguien mucho más complicado, capaz de hacer lo necesario para mantener un reino en pie y que también tiene sus propias cuentas personales en su pasado que se arregla para saldar (que se lo digan al tipejo que tenía guardado en un arcón)
Aunque Arya y el perro no lleguen a tener tanto tiempo en pantalla, y esta sea más breve que en el libro, también se suaviza, y a veces parece que a este la mala leche de la miniasesina le hace bastante gracia.
Como diría Finn: "¡¡Estoy muy loco!!
Theoy Greyjoy y el simpático Ramsay Bolton. A Greyjoy se le perdió la pista al final de Choque de Reyes, y no volvió a dar señales de vida hasta Danza de Dragones, sonde aparecía alguien llamado “Hediondo”. El truco estaba en que este era lo que quedaba de Theon, tras haber sido abandonado por sus propios soldados y torturado por el bastardo de los Bolton. Hasta entonces Canción de Hielo y Fuego había sido una narración muy lineal, lo que era bastante útil para la serie, y han decidido respetarlo, adelantando la aparición de Greyjoy de forma simultánea al Tormenta de Espadas, por ser esto más fácil que ponerse a trabajar con flashbacks dentro de unas tres temporadas. En una historia bastante sangrienta y gráfica esta ha sido posiblemente la parte más desagradable, cosa normal tratándose de una sucesión de torturas físicas y psicológicas hacia un personaje. El papel de Ramsay le ha tocado a Iwan Rheon, a quien había visto en Misfits haciendo de un personaje timorato y un tanto raruno, y que es una suerte que no haya salido mucho porque tampoco me ha convencido haciendo de sádico: las caras de demente que pone están un poco sobreactuadas, y más que dar miedo, me daban risa floja.
No es por nada pero el Bolton queda tal cual de tío borracho
Bodas, bodas por todas partes. Junio es el mes de las bodas y se ha notado. Nada menos que dos, primero el casorio de Tyrion Lannister y después la famosa Boda Roja, que fue el equivalente de la temporada a la Batalla de Aguasnegras. Todo lo que esperaban los lectores, una impresión para quienes se sorprendieron de la ejecución de Ned Stara y donde los actores se lucen todo lo que pueden y más. Frey es repulsivo, y la interpretación de Catelyn eclipsa por completo al resto.
Eso ha sido todo por este año.
Y mientras esperamos la boda de Joffrey, un par de cosillas no tan relacionadas con la serie:
Los personajes de Juego de Tronos, en su versión gatuna. Probablemente, la única forma de hacer que tipos tan repulsivos como Joffrey o Vyseris parezcan adorables (y den ganas de cederles el sofá sin que tengan que amenazar a nadie).
Seguramente muchos lo saben, pero me enteré hace poco que Alfie Allen, que interpreta a Theon Greyjoy, es el hermano de Lilly Allen. Que también le dedica una canción. A veces es mejor ser hijo único.