Hoy voy a hablar de una película de mierda. Pero
literalmente. De mierda, de fosas sépticas, de trastornos gastrointestinales y
de sinsentidos varios. Lo primero, al menos, sería el argumento de Septic Man. Lo
segundo, se va poniendo de manifiesto a medida que avanza la película. Una película,
que, con semejante título, tampoco podía esperarse que fuera el colmo de la
limpieza.
Todo empieza con un problema en el suministro de aguas en
una pequeña ciudad: la gente comienza a enfermar gravemente por lo que el
alcalde, un tipo de aspecto un poco desquiciado, anuncia la evacuación
inmediata durante un período de tiempo. Esta medida de seguridad parece
esconder algo más grave: el ejército ha empezado a vigilar la zona, y un
individuo que asegura representar al Consejo de la ciudad ha contactado con
Jack, un trabajador del servicio de
alcantarillas solicitando su ayuda. Él más que nadie sabe cómo encontrar el
origen del problema y solucionarlo durante el tiempo que dure la evacuación. A
cambio de una importante suma y de la promesa de guardar silencio, Jack dedice
investigar la planta de tratamiento de aguas, quedando atrapado por accidente
en una de las fosas sépticas y a merced de una pareja de asesinos que deambulan
por la planta, y que han decidido que la mejor manera de acabar con él, y de
justificar la duración de la película, es hacer que se quede ahí a fermentar. Porque,
si algo se ha aprendido sobre los residuos tóxicos en el mundo de la ficción,
es que lo que no te mata, te convierte en un horrible mutante.
Lo más importante que se puede señalar de la película es que
gran parte de todo lo que pasa no tiene ningún sentido. Ni el punto de partida,
que parece querer ser un homenaje a los héroes monstruosos como Darkman o La
cosa del pantano, ni el planteamiento, donde todas las referencias a la actuación
del gobierno, la evacuación y el agente misterioso que contacta al protagonista
son olvidados a los quince minutos…ni el desarrollo. Donde a la media hora la
historia se convierte en una sucesión de situaciones un poco grotescas,
derivadas en su mayor parte por el hecho de explotar la idea de un tipo deslizándose
por unas alcantarillas, y en menos parte, por incluir por ahí a una pareja de
psicópatas tirando a grimosos, que no se queda muy claro que pintan ¿Es que el
agua se ha envenenado porque tiraban los cadáveres a los pozos, como en la Edad
Media? ¿Una planta de tratamiento de residuos de semejante tamaño no debería
tener al menos unos cincuenta trabajadores en distintos turnos y medidas de
seguridad varias, en lugar de a unos tíos raros deambulando por ahí? Al final
todo esto se reduce a los intentos del protagonista por salir de la
alcantarilla, la aportación del guiño de serie B con todo el tema de las
mutaciones, y a intentar explotar todo lo que se pueda el componente escatológico.
Porque desde la primera temporada de South Park no veía a tanta gente vomitando
de forma continuada como gag recurrente.
No hay KH 7 suficiente en este mundo para limpiar este WC
Precisamente esta falta de lógica hace que la película no
funcione. Muchas series B se mantienen gracias a la suspensión de credibilidad
del espectador, pero para eso hay que aportarle alguna razón: sea el truco de
los residuos tóxicos, lo sobrenatural, alienígenas..o cualquier cosa. Pero aquí
no hay más que un montón de conceptos apenas utilizados, hilados de una manera
muy pobre y que no sirven de gran cosa porque el desenlace establecido habría
llegado de una manera u otra.
Este guión tan absurdo va de la mano de unas actuaciones que
le hacen justicia: los cuatro personajes que aparecen se limitan a decir sus
frases de una forma muy forzada y mecánica. Más que interpetar se limitan a
aparecer ahí y hablar..pero con el
material, tampoco es que puedan hacer gran cosa. Se salva en principio Stephen
Mchattie, con un brevísimo papel como alcalde, explotándo al máximo un estilo
muy excesivo y desquiciado. Pero en realidad su aparición es casi una anécdota
y simplemente se limita a aparecer en una película que comparte guión con otras
del mismo autor: Tony Burgess, además de novelista, también es el guionista de
Pontypool y Hellmouth. La primera, me pareció una historieta muy original sobre
un virus zombie que se trasmitía a través del idioma inglés (la película estaba
filmada en Québec por lo que hacían muchas bromas sobre las dos lenguas
oficiales). La segunda está pendiente de estrenarse pero su trailer promete
bastante. Y el que cuente también con un director distinto a Septic Man ayuda a
que no haya perdido el interés tras ver este truño. Lo de truño, esta vez, va
también en sentido metafórico.
Una expresión similar se me quedó tras ver la película
No me queda muy claro cual era la intención de este Hombre Séptico
¿Una parodia de los héroes de aspecto monstruoso? ¿Una historia de orígen de la
que tendremos una secuela con un monstruo de alcantarilla sembrando el pánico? ¿O
es simplemente una broma donde hacen parodia de todos estos elementos? Teniendo
en cuenta la secuencia de los créditos, que casi es lo más divertido de la película,
y sobre todo, la canción especialmente escrita para ella, que suena al final,
es probable que se trate de esto último. Pero al chiste este, tras unos cuarenta minutos, acabé por no ser capaz de
encontrarle la gracia. Por el momento, en cuanto a humor escatológico, me sigo
quedando con Arale y sus cacas sonrientes. Al menos son más monas.
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