Hay películas con las que parece no haber medias tintas. O
se aman con locura, o se odian y no se les encuentra ningún sentido. Algo así
pasó con las dos partes de Guardianes de la noche, de quien conozco a nadie que le pareciera entretenida sin más
complicaciones y no se cortan en quejarse del sinsentido que les pareció. Yo,
en cambio, soy de las que les gustó esa combinación de fantasía urbana y terror
tan particular que Timur Bekmambetov
dirigió antes de volver a desconcertar al público con Abraham Lincoln, cazadorde vampiros.
Aunque dividida en dos películas, Guardianes de la noche y
Guardianes del día cuenta una sola historia: el mundo, el que ignoran los
humanos corrientes, está dividido en dos bandos: la luz y la oscuridad, bien y
mal…vamos, en principio lo de siempre. Pero hace siglos, para evitar males
mayores, estos pactaron una tregua donde se acordó que ninguno de sus miembros cometería
actos que alteraran ese precario equilibrio. Así, nacen las dos Guardias: la
nocturna, formada por la Luz ,
se encarga de vigilar a los licántropos, vampiros y criaturas que puedan hacer
el mal. La diurna, en cambio, vigila que nadie haga buenas obras en exceso..y
aquí es cuando todo se vuelve más complicado. Antón Gorodetski es un miembro de
la guardia nocturna, y ni siquiera de los más brillantes. Su trabajo se limita
a patrullar junto a sus compañeros y realizar detenciones, como cualquier
funcionario del orden más. Hasta que una noche empieza a complicarse demasiado:
una chica normal y corriente es víctima de una maldición que podría destruir
toda la ciudad de Moscú. Un niño es perseguido por una vampira sin licencia
para alimentarse. Y Zavulon, el jefe de la Guardia del día, ha empezado a verse demasiado
cerca de estos lugares, por lo que tal vez esa noche no se trate de un turno
cualquiera.
Ambas películas adaptan de una forma muy libre los dos
primeros libros de una saga escrita por Sergéi
Lukiánenko. Y por cierto, que hoy sin google, no sería capaz de escribir
correctamente la mitad de las palabras.
Cuando digo libre, me refiero a que esta llega a cambiar completamente
el final y muchas de las tramas que adapta. La primera parte es la más fiel,
relativamente, donde se conservan elementos claves como la maldición y la
aparición de Yegor, el niño víctima de una vampiro. Pero estas, que parecían
quedar cerradas, continúan desarrollándose en la segunda parte entrelazándose
con otras que en el material original, eran capítulos nuevos del siguiente
libro. Así, la Tiza
del Destino que aparece como una historia casi independiente, se convierte en
un elemento clave para las líneas argumentales que empezaron en la primera
entrega, y la ruptura de la
Tregua entre ambos bandos se convierte en algo muy
relacionado con la vida de los protagonistas y algunos secundarios.
Otro de los elementos más curiosos es la forma de tratar los
efectos especiales y todo aquello que implique magia y elementos
sobrenaturales. Y es que la película tuvo que destinar la mayoría del
presupuesto para efectos especiales, y aún así, se quedaba escasa para los
estándares occidentales. La solución empleada fue muy hábil: algunas
secuencias, como todas las correspondientes a explosiones o la aparición de la Penumbra (un limbo por
donde pueden moverse los personajes) fueron creadas con los cánones del cine
habitual, y añado como inciso que en este último, los gatos pueden moverse con
libertad debido a su naturaleza..Puntazo a favor. Pero la mayor parte de
escenas correspondientes a situaciones fantásticas se rodaron estableciendo una
serie de referencias. En ellas, las acciones de determinados personajes servían
para saber que estaban llevando a cabo un hechizo o cualquier otra cosa, que en
muchos casos, se superponía a secuencias más breves donde podía verse lo que en
realidad pasaría. El ejemplo más claro sería el de una de las batallas, donde
las escenas de una fiesta cualquiera se mezclan con fotogramas de un ejército
luchando. La idea puede parecer un tanto extraña, pero se adapta muy bien al
tipo de historia que en todo momento quiere contarse: lejos de los excesos que
podrían tener lugar en un argumento fantástico, el mundo creado por guardianes
de la noche es bastante común, ordinario casi. Y en un mundo de fantasía urbana
donde los magos tienen pinta de funcionario o de mafioso, donde los vampiros
trabajan o van a clase, y donde las Guardias que vigilan una tregua milenaria
parecen oficinistas, las secuencias más sutiles donde prime la imaginación y la
intuición del espectador a la hora de ofrecer situaciones fantásticas son mucho
más efectivas. En principio puede sonar difícil, pero su director tuvo mucha
maña a la hora de presentar los escenarios que él quiso sin explayarse con los
efectos especiales. Más tarde, y con más presupuesto, hizo lo mismo con la de Abraham Lincoln y
también me gustó el resultado, lo que dice bastante de su buen hacer.
En los casos más recientes, y sobre todo en el cine de
entretenimiento, una adapción tan libre haría temblar a cualquiera: solo puede
significar que han pasado amplicamente del material original y que lo han
comprado por cuestión de licencias. Pero este caso es una de esas situaciones
que no se veía desde hacía mucho tiempo. El guionista trabaja con una historia
determinada, que hace suya y adapta a lo que él le gusta y lo que quiere
contar. Naturalmente, esto hace que, menos los personajes, los Guardianes de la
noche cinematográficos poco tengan que ver con los del papel impreso. Pero
también implica que hay dos obras con resultados distintas, unidas por un
orígen común, y que el material filmado es tan respetable como el impreso…lo
cierto es que a mí me gustaron ambas. Aunque debo reconocer que quizá un poco
más, la versión en cine. Por un lado, hay dos o tres libros de fantasía urbana
que no tiene nada que ver con lo que había leído hasta entonces, pero que en
cierto modo, se mantenía dentro de las normas a la hora de establecer
personajes negativos y sus acciones. En cambio, Guardianes de la noche y
Guardianes del día es una película de fantasía urbana donde la trama principal,
lejos de las criaturas sobrenaturales y los magos, es una curiosa reflexión
sobre el poder de las decisiones, lo aleatorio del destino, y donde los
personajes centrales, o más bien, los jefes de ambos bandos, son tratados con
mayor ambigüedad, pero también con muchísima más simpatía que en el original.
3 comentarios:
A mí no me acabó de convencer la primera así que no ví la secuela, no me atrajo lo suficiente para ver que pasaba.
No me desagradaron y me pareció una historia peculiar... pero el recuerdo ya es muy vago.
Salu2
satrian: a mí me pasó al contrario. Vi la primera y pensé "¿¡Pero como me dejan así colgada!? ¡Tengo que enterarme de lo que ha pasado!"
Fernando: efectivamente, es peculiar, la ví hace unos ocho años y me sorprendió lo suficiente como para recordarla a día de hoy. Se sale mucho de los cánones habituales de fantasía urbana.
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