Aunque de forma general podría decirse que los dos libros
que he terminado en estos días sean de temática fantástica, no lo es tanto si
nos ponemos picajosos con las clasificaciones. Y saliendo de ellas, todavía
más: uno lo he leído en papel, el otro en ebook. Uno es una novela, y el otro,
recopilación de relatos. Y el primero forma parte de una exitosa saga de fantasía
urbana mientras que el segundo son escritos que seguramente hoy no recuerde
nadie.
Del tal Dresden no conozco gran cosa, porque no llegué a
terminar el primer libro ni leí el segundo, pero lo que tienen a su favor estos
libros es lo independientes que resultan unos de otros: aparecen personajes que
el protagonista conoce, o hacen referencias a cosas que este ha vivido, pero lo
suficiente concisas como para que el lector se entere de lo que pasa, y sobre
todo, que estas no tengan una gran importancia en lo que cuenta en el siguiente
libro. Aunque el protagonista evolucione a lo largo de la serie, hasta el punto
de tener una novia, bastante insoportable ella, en este libro, en ningún
momento provoca sensación de confusión o de haberse perdido algo en concreto. Y,
tomándolo tal cual, el libro se disfruta bastante por la cantidad de acción que
incluye e incluso el esfuerzo a la hora de crear una sociedad propia para las
criaturas sobrenaturales.
Varios Autores. Dossier Negro. Hay gente a la que se le
debería hacer el trabajo que realizan mucho más, como la persona a la que se le
ocurrió recopilar digitalmente todos los relatos aparecidos en la revista de
comics de terror Dossier Negro. Lo más famoso de la revista fue más bien
algunos comics, y seguramente todas estos relatos cortos acabarían
desapareciendo como lágrimas en la lluvia (más que nada, porque si no escribo
la frase, reviento).
Conservo algunos ejemplares en papel, en general los relatos
no pasaban de dos páginas a doble columna. El que no recordara ninguna en
concreto demuestra lo poco memorables que eran, porque en realidad, no había
nombres conocidos, sino que la mayoría eran escritos con seudónimos, más algún
texto adaptado de Poe, y los cuentos solían trabajar con escenarios y
situaciones tópicos del género de terror para llegar a un final sorpresa: mujeres
que engañan a sus maridos haciéndoles creer locos, científicos, selvas y
salvajes, nobles despiadados, fantasmas e incluso una historia en los Cárpatos
por ser un lugar que no podía faltar en una buena recopilación de terror de
consumo.
A pesar de no tener una calidad para echar cohetes, me
divertí un montón leyéndolos. Porque ante todo, no engañan, y no quieren ser
otra cosa que historias de terror entretenidas e incluir un final de infarto
que haga que las dos páginas de texto merezcan la pena. Hace años leí bastantes
novelitas de terror publicadas por la editorial Bruguera, con el mismo estilo,
el mismo truco de autores escribiendo con seudónimo inglés y sus mismos
escenarios fuera de España porque, como todo el mundo sabe, esas cosas solo
pasan en Inglaterra y en lugares apartados de Europa. Y el volver a encontrar
este tipo de historias, y sobre todo, conservadas en un nuevo soporte, hace que
al menos la lectura merezca la pena por lo nostálgico de esta.
3 comentarios:
Yo leí el primero de Harry Dresden y vi la serie de tv, ninguna de las dos cosas me satisfizo mucho.
El gatico de hoy es de una insolencia que me lo comía... a besos!!!
Los buenos finales me han dado los mejores momentos. No todos saben terminar bien las historias. Un académico como Arturo Pérez Reverte tiene finales horribles. El final de 19Q4 de Haruki Murakami es de decepcionante, después de una magnífica novela leída como si me fuera la vida en ello. Y así muchos. Siempre lo digo, hay historias en la que lo menos importante es el final, pero hay otras en las que es imprescindible. Otra novela adictiva, EL OCUPANTE de Sarah Waters con un final para no leerla jamás. Deberían existir unos premios para escritores que saben cómo proporcionar un final maravilloso y otros para los que jamás saben terminar bien una novela que lo requiere.
Al hablarnos de "Dossier Negro" he recordado unas historias de terror que disfruté muchísimo hace años y que no recuerdo en qué publicación eran. Es horrible, porque me encantaría releer algunas de ellas. Pero nada, no logro acordarme.
Las relecturas de vez en cuando son tan gratas!!
Un besazo y gracias una vez más por una entrada muy interesante!
satrian: la serie no llegué a verla, pero los libros, aún siendo entretenidos, no es algo que me compraría habitualmente.
La Minomalice: hace un montón de tiempo que no leía relatos, y estos de Dossier Negro, aunque flojos, funcionan muy bien por la nostalgia de ese tipo de literatura de rellenar páginas.
De publicaciones de terror recuerdo un par, una era la revista de Historias para no Dormir, que publicaban relatos extranjeros muy buenos, y una tira cómica de humor negro. La otra se llamaba Biblioteca Universal de Misterio y Terror, traían a cuatro o cinco relatos por tomo, y se reconocían bien porque en la portada siempre presentaban una carota monstruosa.
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