El domingo pasado terminó Fear the Walking dead. El próximo vuelve
The Walking Dead. Y hace dos o tres semanas, se estrenaba la segunda temporada de
Z Nation. Entre tanto zombie, y bien feliz que estoy, me acordé de una colección de comics que había sido un experimento muy limitado, a finales de los noventa, y que en España se quedó en la publicación de un único número.
Lo primero que entonces me llamó la atención de Zombieworld fue el título. ¡Zombies! Cuando a estos no los había visto más que en las películas, y ninguna anterior a 1991. lo segundo fue el precio. 1200 pesetas por un comic de 64 páginas. pero la portada compensaba el sablazo que me había pegado la editorial Norma: una ilustración de Mike Mignola repleta de gente disparando, espectros...y zombies. De los que hasta entonces no había imaginado encontrarlos en viñetas.
Ese tomo, por llamarlo de algún modo, incluía una introducción donde se explicaba la intención de la colección. Mike Mignola proponía un nombre común para varias series limitadas, independientes entre sí, que tenían como nexo común el tratarse de historias de zombies. La primera de ellas, El señor de los gusanos, era un guión del propio Mignola lleno de elementos pulp y lovecraftianos. Pero sobre todo pulp: la hija de un arqueólogo descubre que una reliquia robada servía para mantener en su tumba a un poderoso no muerto, quien ahora pretende convertir al mundo en un páramo poblado por cadáveres. Y de paso, convertir a la moza en cuestión en su reina...¿Por qué, si después de un par de milenios está más seco que una mojama? Ni idea, pero todo villano pulp que se precie tiene que empeñarse en pasar a alguien por la vicaría. Mientras, un grupo formado por un profesor achacoso, un grandullón, una pistolera y un médium parecen los únicos capaces de detener al nigromante.
O podrían haberlo sido, sino fuera porque la serie limitada terminaba con un final abierto y con el nudo de la trama por llegar. Porque parte de la idea de la colección parecía ser que cada historia presentara el inicio de una epidemia zombie. la que fuera: desde los radiactivos a los vengativos, pasando por la versión más clásica y más cuidada que era este primer número.
Además del guión, pese a que sea una especie de relato a medio terminar, el dibujo también era toda una peculiaridad. A ratos este parecía similar a los comics de la EC, a ratos con viñetas que no desentonarían en un álbum de Blake y Mortimer o cualquiera de línea clara. Y los colores, de textura plana, oscuros o más chillones según la situación, le daban un aspecto muy clásico, haciendo que los dibujos de Pat McEwon fueran completamente distintos al dibujos de superhéroes y el manga que empezaba a instalarse y que prácticamente era lo que podía verse en las librerías generales que se atrevían a trabajar con comics.
Zombieworld se quedó en cuatro series limitadas, una de las cuales continuaba El señor de los gusanos con muy poca fortuna: sus nuevos guionistas y dibujantes plantearon un guión muy distinto, alejado de los cánones del anterior, pero que por desgracia no era capaz de seguir la historia inicial y se quedaba en algo anecdótico. El resto, como mucho, eran historietas de esas que se han visto mil veces si se es aficionado a los zombies. Y en España se quedó tan solo en un único número que recopilaba los tres o cuatro comics originales. número que en su día, pese a ese final abierto (y de guionista vago, me parecía entonces en pleno disgusto), releí muchísimas veces y que aún hoy conservo entre mis comics favoritos.
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