Los videojuegos, poco a poco, se han convertido en una
fuente más de guiones para el cine. Aunque a diferencia de los libros y los
comics, esta siempre ha estado marcada por unos resultados muy irregulares. Sin
tener en cuenta las cosas raras que hicieron durante los noventa y lo que
perpetra Uwe Boll a ratos, series como la de Resident Evil conserva de su
original solo el nombre, a Doom le pasaba lo mismo, Silent Hill dedicaba más
tiempo a una estética muy cuidada que al guión, además de tener una secuela muy
floja. No puede decirse que en general sean una fuente de material
cinematográfico de calidad, aunque de entrada, el caso de Dead Rising parece un
poco distinto. Esta es una franquicia relativamente reciente, de menos de diez
años, de la que solo conocía el nombre. En la imdb cuenta con un modesto 5.2,
nota bastante competente teniendo en cuenta los resultados anteriores. Además, había zombies, que por mucho que hoy
parezcan un recurso sobreexplotado, me siguen gustando más que a un tonto un
lápiz.
Otro detalle distinto de Dead Rising respecto de una
historia de zombies al uso es el emplear la epidemia como un hecho puntual y no
una situación global. En este caso, el virus zombie (porque aquí no se cortan
de utilizar la palabra) ha sido controlado, tratándose de una enfermedad más.
Los infectados pueden llevar una vida normal gracias a un medicamento que es
administrado regularmente. Pero un nuevo brote parece ser resistente y las autoridades
declaran a la ciudad en cuarentena. Chase, un periodista que sospecha que el
fallo de la medicación puede ser deliberado, y una infectada que parece inmune
al nuevo virus son algunos de los pocos supervivientes que han quedado en las
calles, ahora pobladas por zombies y saqueadores más peligrosos que los muertos
vivientes.
Aún sin conocer el videojuego en cuestión, hay muchos
detalles de los que se denota su origen. Algunos, como el vestuario del
protagonista, muy reconocible por cualquier cartel, o determinados objetos como
un televisor analógico o un radiocassete, demasiado aparatosos y llamativos
para la tecnología y estética del resto de la película, pueden tomarse como
guiños. Otros, además de notarse ya más su origen en el juego, resultan bastante
chocantes: durante toda la película los personajes parecen empeñados en hacer
armas a base de lo que encuentren, desde bates, mazas, machetes o escobas hasta
rebarbadoras (que es como elevar al cubo el cliché de las motosierras), además
de insistir bastante sobre ello durante los diálogos. Quizá para el juego tiene
gracia, pero es una de esas cosas que teniendo en cuenta el tipo de personaje y
sus características, no tiene mucho sentido más allá de la referencia al
formato original.
La realización de la película resulta bastante correcta.
Queda bastante lejos del nivel que una serie B puede alcanzar en los últimos
años, pero por suerte, también bastante lejos de lo que podría ser un telefilme
de Syfy: el presupuesto es bastante limitado para lo que querían hacer y
procuran grabar en interiores durante el mayor tiempo posible, pero por suerte,
las escenas de acción cumplen bastante bien y en ningún momento llegan a verse
efectos digitales de mala calidad. Incluso emplean el argumento a su favor,
recurriendo al poco tiempo que transcurre desde la epidemia, pudiendo utilizar
así unos maquillajes muchos más sencillos, que están al nivel de cualquier
Marcha Zombie de esas que organizan con fines promocionales, pero que es
efectivo y gracias a lo cual, al menos, no escatiman en la aparición de muertos
vivientes, que es el primer reclamo del guión.
Este último también queda bastante corriente: no llega a ser
malo, pero tampoco memorable: mantiene bastante bien las dos tramas sobre los
protagonistas y los planes del gobierno, además de conseguir un desenlace
bastante eficiente para la historia, donde esta, como tal, queda bien cerrada
pero da pie a una posible secuela, sin tener que recurrir al truco del final
abierto o peor, de terminar en cliffhanger. Aunque esta parte vaya funcionando,
las secuencias del noticiario resultan un tanto absurdo: no sé si estas son un
guiño a algo que salía en el juego, pero la actitud y diálogos de los
personajes que aparecen en ellas, en lugar de ser el alivio cómico que pretendían,
quedan bastante raras, como si las hubieran sacado de una película de menos
presupuesto y pegado ahí.
El reparto está formado por caras vistas, como mucho, en
alguna película de estreno limitado, y sobre todo de televisión: tanto su
protagonista como dos de las actrices principales, a las que se reconocen
enseguida como Caperucita y el Hada Azul de Érase una vez…y como en muchas de
estas producciones no puede faltar la cara que fue conocida, Virginia Madsen
aparece con un papel bastante secundario, tanto por tiempo en pantalla como por
lo poco que lleva a cabo: a ella le correspondería el elemento más dramático,
que no llega a aportar gran cosa porque el guión, al igual que el videojuego,
está más pensado para la acción y no para lo emotivo.
Dead Rising: Watchtower
ha tenido suerte como adapción, funcionando bastante bien para los que
la vean sin saber nada del videojuego y que para que engañarse, no la vean
teniendo grandes esperanzas respecto a originalidad o historia. En cuanto al
resto, la nota por la que me había guiado también era acertado: es correcta, y
poco más.
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