Se dice medio en broma que los gatos que pueden salir a la
calle tienen más de una familia. Como no se sabe muy bien a qué dedican estos
el tiempo, bien podría ser que cuando se marchan de una casa, se dirijan a otra
donde también viven, se quedan durante
un rato, con otras personas. Y esta es la idea que una película de animación
aprovecha para contar las aventuras de un felino y sus distintos dueños.
Un gato en la catedral de Notre Dame. La mejor película de la historia
Une vie de Chat cuenta las andanzas de Dino, un gato doméstico que durante el día vive con la hija de una policía. Zoe es una niña taciturna y que no ha vuelto a hablar desde que su padre fue asesinado por un delincuente, al que su madre persigue sin descanso. Por las noches, es el gato de Nico, un ladrón al que acompaña en todos sus golpes, donde se hace con un botín tan solo con su habilidad y sin violencia. La llegada a París de una importante obra de arte, conocida como el Coloso de Nairobi, sirve para poner en marcha el último intento para atrapar a Victor Costa, el gangster que mató al padre de Zoe. Pero la policía también sigue tras la pista de Nico, al que unas huellas de gato en todos los escenarios de sus robos lo delatan. Y cuando Zoe decide seguir a su gato en sus escapadas nocturnas, acabará encontrándose no solo con delincuentes peligrosos, sino con un aliado.
Lo primero que sorprende es la escasa duración, quedándose
en menos de setenta minutos. muchas producciones de animación suelen ser más
breves que la media, pero esta se queda en algo cuya proyección solo podría
parecer viable en un festival o en un
cineclub. También es cierto que está muy lejos de los clichés típicos de los
dibujos destinados a todos los públicos: no hay secundarios graciosos, ni
grandes efectos, ni exceso de colorines. Pero lo que sí cuenta es con una
historia muy compacta, llena de matices. En un principio, esta parece consistir
en un sencillo cuento de hadas moderno sobre ladrones, gatos inteligentes y
situaciones que llevan a un final feliz. Pero en realidad cuenta también con
matices más cercanos a los miedos adultos que a la fantasía. Se trata de
secuencias como la madre de Zoe enfrentándose a sus miedos, encarnados en el
mafioso que mató a su marido, el temor a que la persona que cuida de los hijos
no sea de fiar o el propio antagonista de la película, el mafioso Costa. Este y
su banda de delincuentes empiezan con todos los clichés típicos de los villanos
cómicos del cine infantil: son tirando a ridículos y no muy listos. Pero a
medida que avanza, este se convierte en un personaje más peligroso y obsesivo,
aunque se intente suavizar con un final un tanto más blanco donde todo se
soluciona sin grandes daños.
La animación también queda lejos de lo habitual: el diseño
de los personajes es muy esquemático, lineal, y recuerda un poco a las primeras
ilustraciones cubistas. La animación de estos es muy fluida, especialmente en
lo que concierne al personaje del ladrón, para el que sin duda han tomado como
referencia los movimientos del gato. En los escenarios, un París muy simple y
en colores suaves, en el que se ven sobre todo los edificios del barrio antiguo
y las construcciones emblemáticas, se olvidan de la perspectiva y del realismo
para presentar un cuadro que recuerda más a una ilustración infantil. Incluso
los vehículos, que destacan en los escenarios como si hubieran sido recortados
en cartón, proporcionan un efecto muy curioso, pero bonito.
Aún con algunos defectos, como recurrir a algún truco rápido
para poder resolver en desenlace, Une vie de Chat es una preciosa historia,
tanto por su guión como por la calidad de su animación…Además, el protagonista
es un gato ¿Qué otra cosa iba a opinar?
3 comentarios:
Muy de acuerdo con todo lo que dices, a mí me gustó muchísimo y obviamente, teniendo un gato de protagonista, pues ¿como no me iba a gustar?
No sabía de su existencia, me encanta el argumento y tengo que verla YA.
martinyfelix: es breve, estilísticamente preciosa y tiene un gato de protagonista...¿qué más podemos pedir?
Kaoru Himura-Takarai: te la recomiendo mucho. No solo es una historia bonita, sino que es un tipo de animación de esa que por lo simple, consiguen recrearse en unos escenarios de París preciosos.
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