lunes, 30 de junio de 2014

Une vie de chat (2010). La ciudad a vista de gato.


Se dice medio en broma que los gatos que pueden salir a la calle tienen más de una familia. Como no se sabe muy bien a qué dedican estos el tiempo, bien podría ser que cuando se marchan de una casa, se dirijan a otra donde también viven,  se quedan durante un rato, con otras personas. Y esta es la idea que una película de animación aprovecha para contar las aventuras de un felino y sus distintos dueños.

Un gato en la catedral de Notre Dame. La mejor película de la historia 

Une vie de Chat cuenta las andanzas de Dino, un gato doméstico que durante el día vive con la hija de una policía. Zoe es una niña taciturna y que no ha vuelto a hablar desde que su padre fue asesinado por un delincuente, al que su madre persigue sin descanso. Por las noches, es el gato de Nico, un ladrón al que acompaña en todos sus golpes, donde se hace con un botín tan solo con su habilidad y sin violencia. La llegada a París de una importante obra de arte, conocida como el Coloso de Nairobi, sirve para poner en marcha el último intento para atrapar a Victor Costa, el gangster que mató al padre de Zoe. Pero la policía también sigue tras la pista de Nico, al que unas huellas de gato en todos los escenarios de sus robos lo delatan. Y cuando Zoe decide seguir a su gato en sus escapadas nocturnas, acabará encontrándose no solo con delincuentes peligrosos, sino con un aliado.
 

Lo primero que sorprende es la escasa duración, quedándose en menos de setenta minutos. muchas producciones de animación suelen ser más breves que la media, pero esta se queda en algo cuya proyección solo podría parecer viable en un festival  o en un cineclub. También es cierto que está muy lejos de los clichés típicos de los dibujos destinados a todos los públicos: no hay secundarios graciosos, ni grandes efectos, ni exceso de colorines. Pero lo que sí cuenta es con una historia muy compacta, llena de matices. En un principio, esta parece consistir en un sencillo cuento de hadas moderno sobre ladrones, gatos inteligentes y situaciones que llevan a un final feliz. Pero en realidad cuenta también con matices más cercanos a los miedos adultos que a la fantasía. Se trata de secuencias como la madre de Zoe enfrentándose a sus miedos, encarnados en el mafioso que mató a su marido, el temor a que la persona que cuida de los hijos no sea de fiar o el propio antagonista de la película, el mafioso Costa. Este y su banda de delincuentes empiezan con todos los clichés típicos de los villanos cómicos del cine infantil: son tirando a ridículos y no muy listos. Pero a medida que avanza, este se convierte en un personaje más peligroso y obsesivo, aunque se intente suavizar con un final un tanto más blanco donde todo se soluciona sin grandes daños.


La animación también queda lejos de lo habitual: el diseño de los personajes es muy esquemático, lineal, y recuerda un poco a las primeras ilustraciones cubistas. La animación de estos es muy fluida, especialmente en lo que concierne al personaje del ladrón, para el que sin duda han tomado como referencia los movimientos del gato. En los escenarios, un París muy simple y en colores suaves, en el que se ven sobre todo los edificios del barrio antiguo y las construcciones emblemáticas, se olvidan de la perspectiva y del realismo para presentar un cuadro que recuerda más a una ilustración infantil. Incluso los vehículos, que destacan en los escenarios como si hubieran sido recortados en cartón, proporcionan un efecto muy curioso, pero bonito.

Aún con algunos defectos, como recurrir a algún truco rápido para poder resolver en desenlace, Une vie de Chat es una preciosa historia, tanto por su guión como por la calidad de su animación…Además, el protagonista es un gato ¿Qué otra cosa iba a opinar?

3 comentarios:

  1. Muy de acuerdo con todo lo que dices, a mí me gustó muchísimo y obviamente, teniendo un gato de protagonista, pues ¿como no me iba a gustar?

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  2. No sabía de su existencia, me encanta el argumento y tengo que verla YA.

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  3. martinyfelix: es breve, estilísticamente preciosa y tiene un gato de protagonista...¿qué más podemos pedir?

    Kaoru Himura-Takarai: te la recomiendo mucho. No solo es una historia bonita, sino que es un tipo de animación de esa que por lo simple, consiguen recrearse en unos escenarios de París preciosos.

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