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lunes, 9 de junio de 2014

Yo, Frankenstein (2014). De experimento científico a superhéroe. Y con demonios


Esta foto demuestra que en internet hay gatos para todo


Suele decirse, medio en broma, que el único monstruo que falta por aplicarle el tratamiento de romance paranormal es Frankenstein. Y en cierto modo, también se ha ido librando de otro género menos pasteloso, como es el de la fantasía urbana. Los vampiros y los hombres lobo son habituales por ahí desde hace mucho, pero la criatura ideada por Mary Shelley, tal y como la ideó esta, parecía demasiado recosida y poco atractiva como para ser una nueva aportación. Pero fue gracias a un comic de Kevin Grevioux con el que este dio el salto a la pantalla en una historia que va más allá de los experimentos de Victor Frankenstein.





I, Frankenstein, continúa las andanzas de la criatura tras la muerte de su creador. Esta, poco después de enterrar al científico como último respeto, es atacada por un grupo de seres inhumanos y salvada por uno de guerreros, sin tener esta muy claro cómo ni por qué. Estos últimos le explican que la orden de la Gárgola, a la que pertenecen, lleva los últimos siglos luchando contra los demonios, y que él parece ser la clave para acabar con unos u otros. Como prueba de voluntad le dan un nombre y le ofrecen unirse a sus filas. Pero bastante asqueado de la humanidad (y solo hace falta haber leído el libro para entenderlo), declina la oferta. Los siglos posteriores transcurren luchando contra los demonios que siguen empeñados en llevárselo a alguna parte hasta que, volviendo a la civilización, descubre el por qué: él es la clave para crear un nuevo ejército de demonios que acabarán con las gárgolas y con la humanidad.






Hasta ahora no conocía el comic en el que se basó la película, por lo que desconozco el nivel de fidelidad que ha tenido la adapción. Pero por lo que parece, tras ver alguna viñeta y reseñas, esta no ha sido muy fiel. La criatura de las ilustraciones ha pasado de ser una que todos podríamos reconocer como tal a un tipo medianamente atractivo, con unas cicatrices en su cara que van desapareciendo a medida que avanza el metraje, y con el que no se cortan a la hora de incluir una escena sin camisa. Porque parece que en toda historia de fantasía urbana de segunda fila todo el mundo debe ser atractivo, luchar con espada, y llevar abrigos largos. Tampoco se han esforzado mucho con los escenarios. entre las calles oscuras, los edificios ruinosos, la base científica de turno y una catedral gótica con miles y miles de arcos, hasta el punto de que esta resulta imposible y recargada a la vista. Todo ello, junto a lo poco cuidado del planteamiento la convierte en la típica película que ha optado por reciclar cosas que se han visto mil veces, sin ninguna gracia, y magnificarlo con unos cuantos efectos digitales. Incluso hay caras en el reparto que suenan de cintas anteriores, como Bill Night haciendo de príncipe de los demonios en este caso. Y que hace algunos años, repitió papel como rey de los vampiros en la franquicia Underworld.






La ambientación también ha debido sufrir lo suyo, porque es el universo más atropellado que han debido presentar para una película en los últimos tiempos: toda la historia de Frankenstein ayudando a un grupo de gerreros celestiales da la impresión de no tener sentido. O más bien, de no tener la suficiente coherencia como para ser creíble. Muchos guiones tienen puntos de partida absurdos o extraños, pero que a la hora de desarrollarlos, se convierten en situaciones coherentes y coordinadas con lo que se narra. Pasó en rarezas como Repo! O en otras de acción como Snowpiercer, pero no en este caso.  Los protagonistas se limitan a aparecer, soltarse unos a otros una explicación sobre lo que está pasando, pelearse, y encontrarse con el siguiente personaje con el que tendrán una conversación intentando establecer la ambientación. Y el resultado es un escenario bastante errático, en el que lo mismo da que Frankenstein se hubiera encontrado con una lucha ángeles y demonios que de vampiros y hombres lobo, o de banqueros e inspectores de hacienda. Se nota bastante que estaban trabajando con un material preestablecido, pero con el que no mantuvieron ningún cuidado a la hora de trasladarlo a la pantalla y que este tuviera el suficiente peso.






El argumento se mueve de la misma forma: de forma resumida, se limita a ser un prólogo y una sucesión de escenas de lucha tan arbitrarias como las explicaciones de los personajes, para llegar a un final bastante pensado a establecer al personaje principal como protagonista de una secuela, que vistas las reseñas, dudo mucho que llegue a rodarse.


Esta ha sido una de esas películas en las que, como decía Bernard Black: disfrute del libro. Es horrible, pero bastante corto. A los diez minutos de metraje, se es consciente de estar ante una cinta bastante mala, sin originalidad ni buen argumento…solo son noventa minutos escasos de escenarios vistos, peleas y poses dramáticas. Lo que se aguante con ello, depende de las ganas de ver algo sin complicaciones, o de lo adormilado que esté uno en ese momento.





2 comentarios:

satrian dijo...

Teniendo una base buena como era el comic, han hecho una adaptación horrible, en fin, unas horas perdidas.

Renaissance dijo...

Si hubiera sido buena, se habría disfrutado sin conocer el comic, como pasó con Dredd. Esta es todavía más floja y genérica que Cazadores de Sombras.

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