De los tres libros, el más memorable sería el de Fantasmas. O al menos para mí, que era el que tenía y lo releí hasta aprenderlo de memoria. El primero y en el que en sus páginas se pretendía dar una visión general de lo sobrenatural, entre lo fantástico y lo científico: estos hablan de fantasmas a través de la historia, desde las tablillas de Gilgamesh hasta los espectros en la antigua Grecia o los campos de batalla históricos. Pero también de los aparecidos alrededor del mundo, con especial hincapié en las islas británicas y en un pueblecito que tiene el dudoso honor de contar con una docena de fantasmas. Y un repaso, quizá lo más curioso, a los fraudes espiritistas y fotográficos practicados a lo largo de la historia, junto con las reproducciones de algunas fotos que, si bien ene l momento de la primera impresión del libro existían dudas sobre su veracidad, hoy quedan descartadas con un solo vistazo. Pero que,e n retrospectiva, eran parte del encanto que conserva este libro para muchos niños: esa mezcla entre los relatos tradicionales y lo racional, las reproducciones de las fotografías plagadas de grano setentero, y ese tono en general de “yo no digo que existan los fantasmas pero haberlos haylos” que lo convertía en una especie de manual con todo lo que un chaval necesitaría saber sobre fantasmas en una primera aproximación.
La distribución del segundo tomo, dedicado a los monstruos, es similar: na aproximación a los de la mitología clásica, una posible explicación racional, en este caso, recurriendo a los fósiles de dinosaurios, monstruos cinematográficos y criaturas inexplicables de la actualidad, hoy un poco lejana, donde se habla del abominable hombre de las nieves o el monstruo del lago Ness.
De los tres, quizá el dedicado a los ovnis es el que han tenido que tirar mas´de la imaginación (aun no se ha reimpreso en España y he tirado de una copia en inglés para echar un vistazo rápido). Aunque la primera parte es un resumen de los avistamientos más famosos de los setenta y sesenta, las teorías sobre las pirámides o los visitantes alienígenas a lo largo de la historia, dando paso a la parte “racional” con descripciones de prototipos de aviones o fenómenos meteorológicos, incluye también hipótesis sobre como sería la vida en otros planetas y que especies los poblarían. Estos son tan improbables como cualquier otra toería desarrollada a posteriori, pero sí resultan tremendamente coloridos, setenteros, y con el estilo de ilustración tan propio de la colección.
Los tres libros incluyen, además, un glosario de referencia, una serie de consejos prácticos sobre como empezar una investigación sobre fenómenos paranormales o críptidos, y una bibliografía, al menos, en las ediciones nuevas. Como todos esos libros que se leen de nuevo tras haber sido repasado hasta la extenuación en la niñez, es un poco difícil hablar de ellos sin recordar lo que supusieron entonces . Y que su desaparición de las librerías era algo normal con el cambio de intereses de cada generación. Quizá dentro de cuarenta años los adultos de entonces se emocionen ante un video de Five Nights at Freddy´s o un post sobre Slenderman del mismo modo en que muchos no pudimos contenernos, y llevarnos a casa, ahora desde la sección de libros “nostálgicos”, los ejemplares que nos faltaban o que se habían quedado demasiado matrechos con el paso del tiempo.
2 comentarios:
Alguna vez has citado la magdalena de Proust en algunos de tus comentarios. Bueno, pues con esta entrada me has dado un buen magdalenazo xD. Durante años recordaba un libro sobre fantasmas de la biblioteca del colegio, y con total seguridad, es el que mencionas en esta entrada. Era el típico libro que había pasado de la biblioteca de la caja de ahorros a la biblioteca de un colegio público. Así que gracias por la magdalena y por el libro, porque se viene para casa xD.
Es muy difícil no acercarse a ciertas obras, especialmente a las dirigidas a un público infantil y juvenil, sin cierta nostalgia. Obviamente, si las leíste con esa edad. Si no, muchas veces resulta un ejercicio curioso. Es como esa tradición que viene, sobre todo, de la alfabetización de las mujeres en el siglo XIX que se dedica a la ficción dirigida a un público infantil femenino.
Sobre los libros que comentas el que se quedó grabado a fuego fue el de Fantasmas, aunque vista la portada del dedicado a los monstruos, he sentido otra magdalena impactando en mi cabeza xD. Entre libros de estos, capítulos de Expediente X y películas de terror transcurrió mi infancia.
Será curioso ver, si llegamos, las obras que generen nostalgia dentro de cuarenta años. Lo que es seguro es que Eurovisión seguirá existiendo y Jordi Hurtado estará presentado la edición número tropecientos mil de Saber y ganar.
La verdad es que era, o escribir esta entrada o abrir una panadería ,porque estos dos libros publicados por Diabolo sí que han sido un magdalenazo xD. En Inglaterra Usborne sacó de nuevo el de fantasmas, pero el resto del catálogo (creo que era Haunted Houses y Supernatural guide) no sé si los han reeditado para los que necesitamos volver a los ochenta.
Con algunos libros, o juguetes, o formas de entretenimiento, da la impresión que su tiempo ha pasado. Mattel comprendió que sus Masters del universo tenían ya solo valor como series limitadas para los mismos que ponemos funkos en las estanterías (prometo no volver a meterme con los platos decorados de la casa de mi abuela xD) y estos libros de fantasmas les pasa lo mismo: son un texto de un momento muy concreto, para los que conviviamos con la fascinación por lo sobrenatural, los capítulos de Expediente X, las películas de terror que todavía pasaban por la tele, y un rango de acceso al ocio que nos interesaba muy limitado, porque nostalgia sí, pero hay que reconocer que poder conseguir este material en una ciudad pequeña, con el futbol o las series de Aaron Spelling como entretenimiento masivo, era todo un logro.
Con todo esto, también me pregunto cómo será esa nostalgia dentro de cuarenta años: hay toda una generación que ha crecido con Slenderman y Jeff the Killer, por no mencionar a los que ya conocieron a huggy wuggy (pasaron meses antes de enterarme de qué era ese peluche azul bracilargo que veía en todos los bazares). De momento, oigo que ahora está volviendo, o están intentando hacer que vuelva, la moda y nostalgia por el 2000. No se si bajar a la calle a prevenir a los jóvenes al grito de "¡Deteneos insensatos! ¡Que no sabéis lo que estáis idealizando!".
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