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martes, 31 de diciembre de 2013

El especial de navidad del Doctor Who (2013). Borrón y cuenta nueva


 

 
El pasado día de navidad los fans del doctor Who nos despedimos de Matt Smith, como habíamos venido rumiando desde hace un año. El cambio de doctor era algo que venía anunciado, pero la pregunta era qué camino tomaría la regeneración, después de cerrar la trama de los últimos siete años en el especial del 50 aniversario. Y sobre todo, qué harían con el tema de las regeneraciones limitadas: técnicamente, esta sería la última vez que el Señor del tiempo podría regenerarse. Pero teniendo en cuenta que en la serie clásica a su enemigo, the Master, también le fue concedido un ciclo nuevo de regeneraciones,  no iba a ser una cuestión muy difícil.

 

Después de los acontecimientos del último especial, el Doctor y Clara siguen caminos no muy separados. Al igual que pasó con los Pond, sus despedidas no son definitivas y Clara no duda en llamarlo para invitarlo a la comida de Navidad mientras el doctor está un poco ocupado huyendo de daleks y cybermen. Su llegada a la casa de los Oswin es muy breve, porque ambos siguen la pista de un enigmático mensaje en el que se encuentran implicados una grieta en el tejido de la realidad y el planeta Trenzalore, donde se encuentra la tumba del Doctor. Todo parece indicar que los señores del Tiempo siguen vivos, a salvo, e intentando que el Doctor los traiga de vuelta. Cosa que un grupo denominado el Papado central pretende evitar a toda costa.
 


La intención de los dos últimos especiales parece ser muy clara: cerrar todas las tramas aparecidas hasta ahora, y empezar desde cero en todo lo que se pueda. Incluso el tema de las regeneraciones del doctor, cuestión que procuran adelantar para que la aparición del que será el Doctor Número 12 sea la primera de una nueva etapa, lejos de todo lo que se ha visto hasta ahora. Tras el 50 aniversario parecía que no quedaba mucho con lo que sorprender, al librar al doctor de una de sus mayores cargas, que sería la desaparición de Gallifrey. En este caso, han optado por recuperar elementos que sí parecían cerrados, como la grieta que acompañó a Amy en su primera temporada e incluso la organización que se encuentra detrás de los Silence. Y al igual que pasó con el Doctor encarnado por John Hurt, estos son presentados desde una óptica menos amenazadora y más como aliados accidentales del Doctor. Lo más interesante que consiguieron no fue gracias a los viajes temporales ni las paradojas, sino hacer que el doctor de Matt Smith, ese personaje un tanto marciano y absurdo, fuera capaz de pasar sus dos últimas regeneraciones afincado en un planeta, encargándose de protegerlo y sin intención de abandonarlo aún contando con la TARDIS. La regeneración en el doctor número 12 (para el público al menos) podía ser algo que se esperaba, pero gracias a esto, y a sus últimas secuencias, resultó mucho más emotiva aún sabiendo que esto sucedería sin problemas.


 Aquí una secundaria con bastante chicha
 
Tampoco ha sido un especial redondo, y su principio un tanto flojo, desconcierta un poco: determinadas situaciones, como hacerse pasar por el novio de Clara, resultan bastante extrañas con el carácter del Doctor, y todavía más algunas insinuaciones picarescas que se gasta con uno de los secundarios. Este doctor ha evolucionado mucho desde su aparición con su actitud estrafalaria, pero esta actitud queda demasiado lejos del señor del tiempo que casi sale corriendo la primera vez que River Song lo besó. Clara Oswin, que durante esta temporada se descubrió el por qué de sus apariciones a lo largo de la vida del doctor, no termina de convencerme tampoco. Su primera trama como “la chica imposible” fue interesante, pero en estos dos especiales sus capacidades empiezan a convertirla en una Mary Sue: su papel consiste en solucionarlo todo en el último momento a base de frases dramáticas soltadas al personaje adecuado, habilidad que, vista una vez, parece un poco pillada por los pelos, y utilizada de nuevo, resulta un truco bastante pobre. No suelo quejarme mucho de los acompañantes, e incluso Amy Pond me siguió cayendo bien incluso cuando la mayoría de los fans se habían aburrido, pero espero que a Clara Oswin le den un giro nuevo ahora que empieza con un doctor muy distinto a los anteriores.

 Aunque con la etapa de Moffat hayan aparecido enemigos bastante inquietantes, y mucho más adecuados al giro de la serie, el especial se cierra de nuevo con la aparición de unos clásicos: nada menos que los Daleks, exterminando a todo lo que se mueve. Nunca pensé que lo diría, pero casi se agradece que sus apariciones sean muy esporádicas: después de haber visto criaturas como los Weeping Angels, los Silence, o incluso la aparición en un par de episodios de los Vashta Nerada, el ver a unas aspiradoras con un desatascador pegado sembrando el pánico resulta bastante desconcertante.

2 comentarios:

satrian dijo...

Un final muy bonito para Matt Smith, pero no demasiado original, ni innovador para resolver las tramas, y es cierto que Clara ha ido perdiendo interés con el paso de los episodios, de personaje enigmático, ha pasado casi a chica florero con minifalda.

Renaissance dijo...

En general me gustó, aunque se nota que estaban intentando cerrar todo lo poco que quedaba de las temporadas anteriores.
Lo de Clara es un poco cansino ya, parece que todo lo soluciona con cuatro frases. A ver qué tal va la temporada con Capaldi.

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