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lunes, 16 de diciembre de 2013

Exit Humanity (2011). Una de zombies. En la Guerra de Secesión


Si hay un género del que me cuesta aburrirme, además de los gatos y H. P. Lovecraft, es el de los zombies. Los ha habido deambulando en las ciudades, en los centros comerciales, y han traspasado fronteras hasta hacer de las suyas en España, Francia o Alemania (e incluso en África). Lo que no es habitual es que estos se salgan de la época actual, y exceptuando los esqueletos medievales de Army of Darkness, no recuerdo ningún otro intento. Los guionistas de Exit Humanity decidieron aprovechar este nicho todavía no saturado por los muertos vivientes, y decidieron plantear una epidemia de cadáveres ambulantes como cualquier otra en una época tan puntual como es la post-guerra de Secesión americana.

 


En este sentido, el argumento no es muy complicado: un prólogo muy breve da a entender que los muertos están volviendo a la vida, pero que un diario de más de cien años contiene las notas acerca de una situación muy similar. Empieza así la historia del protagonista, un veterano de la guerra de Secesión en cuyos últimos combates empiezan a verse cadáveres de ambos bandos volver a la vida y devorar a los soldados. Su familia sufre la misma suerte, y su único interés tras enterrar a su mujer y a su hijo es moverse por los caminos liquidando a todos los cadáveres que encuentre. Solo en un pueblo vacío encuentra a otro superviviente, quien le pide ayuda para rescatar a su hermana: como no quedan pocos vivos, un médico, al mando de un general confederado, los está utilizando como pruebas para conseguir una cura para el proceso. Y teniendo en cuenta que se encuentran en la época en la que sangrar a la gente con sanguijuelas les parecía una buena idea, su procedimiento científico consiste en ver como a estos los muerden los zombies y esperar a que alguno no se convierta.

Los cambios de siglo en las ficciones de zombies, al menos en papel, no son una novedad: un relato de The Book of all flesh los presentaba en plena guerra civil americana, y Max Brooks en la Guía de Supervivencia Zombie incluía un apéndice con supuestos casos a lo largo de la historia. Pero en pantalla sí es algo distinto, y bastante interesante en este caso al jugar con dos elementos: el plantearlo como un hecho pasado, y el que las características de un siglo distinto, desde la demografía, bienes disponibles y forma de pensar, hagan que la manera de enfrentarse a los zombies sea muy distinta a una ambientación contemporánea. La falta de personajes y figurantes en pantalla hace que en ningún momento de la sensación de tratarse de una epidemia zombie al uso, y que la explicación de esta se dirija más hacia lo sobrenatural que al tema de los virus, más recientes, además de explicar el tema de la Peste Negra de una forma parecida. Lo  amplio de las distancias y reducido de los pueblos hace que en muchos casos, esto se quede en unos cuantos zombies dando vueltas por el bosque y que los protagonistas pueden irse encontrando. Esto, más que deliberado, seguramente sea por cuestiones de presupuesto, porque practicamente todos los escenarios consisten en bosque, cabañas aisladas, y el interior de un pueblo abandonado al que sospechosamente, no sacan mucho.

 


Otro truco recurrente con el que cuentan es el de narrar los flashbacks, que hay bastantes, a base de ilustraciones y animaciones. Estas aparecen en el prólogo y serán algo habitual a la hora de separar las distintas partes de la trama o de que un personaje cuente lo que le ha pasado hasta entonces. Las integran bastante bien y como no es la primera película que veo recurriendo a este truco, no me resulta extraño, además de ser una forma bastante ingeniosa de poder expandir un poco la narración sin incluir secuencias que resultarían mucho más cutres al filmarlas. Aunque este truco tiene que utilizarse tirando a poco, y en este caso, las utilizan más de lo que deberían, haciéndose un poco aburrido hacia la segunda mitad de la película.

 


Tanto la ambientación como la forma de narrar tienen bastante interés, pero es el propio guión el que más flojea: la estructura por capítulos hace que la acción quede un poco estática, y muchas de las cosas parecen suceder de forma arbitraria: cuando el espectador empieza a aburrirse de ver al protagonista yendo de un lado a otro sin hablar con nadie, incluyen a un secundario que le pide ayuda. Y de paso, esto sirve para presentar a los malos de turno. Los personajes son bastante planos, y se quedan un poco en arquetipos de secundario, chica de la película, consejero y matones, más que en retratos que puedan tener interés. Una lástima, porque contaban como Bill Moseley haciendo de villano principal. Y quizá sea por ser la cara más conocida, o por haberse especializado en hacer papeles de loco peligroso, pero es casi el que mejor parado sale con menos metraje.

 
Contando con unas ideas bastante novedosas para el género de zombies, Exit Humanity resulta un poco decepcionante al no saber llevar mejor la narración, o no explotarlo todo lo que podrían. Pero no llega a ser un absoluto desastre y se queda en una forma de contar algo distinto en un género que, por mucho que  me guste, tiende a ser un poco limitado.

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