No sé si la pistola es para defenderse de los zombies, o para matar al director
Lo reconozco: las películas de Resident Evil entran en la categoría de placer culpable. Son atroces y muchas veces no tienen el más mínimo sentido, pero son tan simples que no se puede hacer otra cosa que disfrutarlas sin problemas. Además, sigo creyendo que la primera película estuvo francamente bien para lo que esperaba, y ni siquiera me pareció tan mal que pasaran de los personajes oficiales del videojuego para el guión.
Siendo una saga con cinco películas, hay algunas más flojas que otras. Pero esta quinta parte ha sido mala con avaricia, y tratándose del Resident Evil de Paul Anderson, esto ya tiene delito. Después de las dos últimas entregas donde Milla Jovovich en el papel de Alice se dedica a repartir leña y enseñar modelito por una tierra postapocalíptica, deciden darle la vuelta y volverla a encerrar en un complejo subterráneo (y de paso, que vuelva a mostrar algo de cacha, que también es todo un clásico).
El motivo es más o menos un batiburrillo de conceptos que fueron apareciendo en las anteriores entregas: el programa informático que aparecía en el primer Resident Evil ha decidido acabar con toda la vida en la tierra, ahora Albert Wesker, el antagonista de las anteriores, está de parte de los supervivientes a los que antes se dedicó a destripar o almacenar en tubos de ensayo, y la protagonista, junto a otro personaje del juego, Ada Wong en este caso, tendrán que abandonar la base submarina de Umbrella en la que se recrean continuamente distintas ciudades y distintos ataques zombie a base de clones, que también sirve para recuperar a personajes de las entregas anteriores, y de monstruos aparecidos en los correspondientes videojuegos.
Las dos tendrán que atravesar los laboratorios gigantes que representan ciudades como Moscú o Tokio (los científicos pensaron en hacer una de España, pero descubrieron que eran los políticos los que se comían a los zombies), otro equipo intentará encontrarlas para sacarlas de ahí y de paso, dejar un final abierto a la siguiente secuela. Pero el programa informático dispone de un montón de zombies y monstruos distintos que no dudará en hacer salir para acabar con ellos.
Por tener tiene un poco de todo: hay acción, muchas secuencias a cámara lenta y, debido a las escenas en las ciudades, hasta persecuciones y explosiones de coches, pero, pese a lo poco que se le pide, toda la historia es un completo sinsentido. No solo a estas alturas es ridículo que intenten presentar a un personaje con su traje de fiesta rojo con el que aparecía en el videojuego, si se supone que hace varios años que no se celebra ninguna gala. Sino que, aún haciendo un esfuerzo y pensando “es solo una película y no tiene por qué tener sentido”, resulta imposible: que haya gigantescas bases supersecretas, vale. Pero si estas no tienen otro objetivo que repetir una y otra vez escenarios pregrabados y generar clones a los que masacran de cada vez, una acaba por plantearse quien se encarga del mantenimiento y la limpieza. Además, ¿es que no han oído hablar de los recursos escasos? ¿Quién se encarga ahora de conseguir gasolina y sobre todo, confeccionar trajes?
Estarán en una base submarina, pero hay que seguir yendo divina de la muerte. Y con una abertura en la falda hasta la garganta.
El montaje de la película produce bastante sensación de ser un enorme timo: empieza con una secuencia de acción marcha atrás, para poder resumir, como suelen hacer, lo sucedido hasta entonces. Pero poco después, repiten la misma escena hacia delante, y con ello se comen más de cinco minutos de metraje. Las escenas entre un laboratorio y otro se resumen a base de montajes en los que se muestra el programa de ordenador recreando las simulaciones, lo que una vez tiene un pase, pero a la tercera, se empieza a pensar si esto no era una forma astuta de ahorrarse presupuesto. Del argumento, mejor no hablar, porque no es que se pasen por el forro lo sucedido anteriormente, sino que directamente les importa un pepino lo que les hubiera pasado a los supervivientes de la última película. Y, ¿Qué el malvado Wesker pasa de ser una alteración genética devoradora de seres humanos y ahora es el lider de la resistencia? Pues vale ¡qué facil es olvidar tras la caída de la civilización!
Esto a una película italiana de los ochenta se lo pasaba, pero hagan el favor, que hoy el cine va caro.
Pero lo peor, sin duda, han sido los zombies. Cuando se siguen estas películas por el tema que me interesa más, que son estos, se espera al menos que aparezcan unos cuantos, o que al menos, aparezcan en condiciones. De las anteriores no hubo queja, porque salían a puntapala. Pero en Resident Evil Venganza han sido sustituídos por un montón de monstruos hechos por ordenador y sacados de los videojuegos, que aparecen por ahí sacando tentáculos y similares. Los pocos que aparecen parecen directamente sacados de una película de serie Z: calvos y con traje de cortaba genérico, cosa que a Lucio Fulci se lo pasaba, pero al señor marido de Milla Jovovich, no. E incluso unas tales Plagas, también del videojuego, están pésimamente caracterizadas: no son maquillajes, son directamente máscaras planas. Pero como la cámara se mueve tanto y hay tantas cosas que explotan, seguramente los de efectos especiales contaban con que nadie se fijara. Cuanto daño han hecho los efectos digitales…
A día de hoy, con la entrada de cine cotizándose a 8.50 €, Resident Evil Venganza es una de esas películas en las que debería considerarse un robo pedir semejante cifra para entrar a verla. Menos mal que mi gata encontró una copia decente para poder pasar la tarde y matar el gusanillo hasta la siguiente entrega (que acabaré viendo, para qué engañarse). Hoy más que nunca, Dalek se ha ganado una lata de mousse de las de lujo.
5 comentarios:
Supongo que la veré cuando se pueda (en el cine ni loca), ya que me he tragado todas las anteriores, pero la cuarta parte no me gustó nada, y excepto la primera, el resto tampoco es que fueran gran cosa.
Saludos!
Me temo que la saga comenzó a decaer desde la primera, ahora me parece que ni el reclamo de Milla me llama.
Estoy de acuerdo con que la primera tenía un pase, y que para lo que me esperaba de ella lo único que no la perdonaré jamás es tener como reclamo el ser la adaptación de uno de mis videojuegos favoritos sel cual se pasa por el forro historia y personajes. Pero como película, satisfacía.
A partir de ahí, la saga ha ido a peor, y ahora ya llega al nivel vergüenza ajena tan popularizado por Uwe Boll.
Por favor, que saquen a Milla de esta franquicia, que ella es digna de más, y que su marido no se atreva a tocar una cámara más en su vida.
Bien por Dalek!!! Desde luego de mousse de la mejor marca y de absoluto gourmet. Es cierto que el cine está por las nubes y cómo no te compras una palomitas y algo para beber. Y si es en 3D pues ya una locura.
No sabía que el director era el marido de Milla Jovovich. Qué faena, pues esta chica tuvo buenas críticas en sus inicios en el cine, pero claro, si le hace el favor al marido va a hundir su carrera.
Siento lo de los zombies. Aunque a mí ya sabes que no me gustan nada, sé que a ti sí y cuando algo gusta e ilusiona y esperas encontrártelo, da rabia que te lo cambien.
Mary-Chan: yo también vi toda la serie (en el cine, dos de ellas, para más delito). La tercera y la cuarta no me parecieron tan malas, por lo del tema postapocalíptico, pero esta me pareció darle vueltas a lo de siempre.
Satrian: sí, decaen bastante. Se salvan porque su público sabe perfectamente lo que se va a esperar, y que en teoría, las películas no van a tener una factura excesivamente cutre.
Puto Maiden: la primera me pareció una película entretenida, y teniendo en cuenta que no suele salir bien esto de que los estadounidenses trabajen con personajes creados en videojuegos japoneses, el aportar los suyos propios no me pareció tan mal. El resto empezaron a ir un poco a su bola y me da la impresión de que hay por ahí seguidores de los videojuegos (y sus versiones en animación infográfica) y de las películas de Paul Anderson. Además, ¿qué le pasa a Milla ultimamente? Parece que solo es capaz de trabajar en las películas de su marido...
La Minomalice: la verdad es que, por mala que fuera la película, Dalek se ganó un huevo casero para ella sola (que le doy en ocasione especiales, porque le encantan y además es muy bueno para el pelo de los gatos). Y desde que ví el precio de la entrada post-IVA, decidí que no pensaba entrar en una sala ni para el estreno del Hobbit: ninguna película puede valer semejante cifra.
Y efectivamente, Milla era una chica prometedora en el cine de acción, solo hace falta acordarse de El quinto elemento, pero me parece que en realidad el favor se lo hace el marido a ella: todas las películas de Resident Evil son metraje de la actriz corriendo, saltando, luciéndose como heroína de acción y mostrando un modelo futurista distinto (además de semidesnudos sugerentes. No hace falta saber cual es el público objetivo de esta saga)..vamos, un videoclip protagonizado por ella y con secundarios de fondo.
No son de las peores que he visto, pero con lo que me gustan los zombies, ultimamente están mucho mejor las películas europeas: menos medios, más guión, y un poco de todo a la hora de enfocarlos, desde dramatismo hasta humor negro.
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