Sigue resultando un poco extraño que la fecha elegida para una película de terror sea durante el mes de agosto. O más bien lo es si el guion está destinado a un público más joven y cuando se estrenan todo tipo de películas para todos los públicos aprovechando la época estival. En todo caso, además de ser una forma de asegurarse más público que durante el año lectivo, también sirve para que a muchos adultos les tire un poco la nostalgia y se animen a ver una película que también puedan disfrutar como niños. Y más si el material que adaptan es una serie de libros de terror muy populares en los ochenta y noventa, y quien está detrás de la producción no es otro que Guillermo del Toro.
Historias de miedo para contar en la oscuridad es el título de una serie de libros que recogían historias cortas, basadas en relatos populares algunas, en leyendas urbanas otras, y unas pocas inventadas para la ocasión y que, en este caso, son el entorno que rodea a una premisa escrita especialmente para la película: todas ellas fueron escritas Sarah Bellows, una especie de hombre del saco local en la pequeña ciudad de Mill Valley. Cuando, una noche de Halloween un grupo de chicos encuentran en cuaderno que usó para escribirlas, descubren que la leyenda acerca de los relatos contados por ella puede ser cierta: las páginas en blanco se llenan de nuevas historias, donde se relata cómo diversas criaturas vienen a llevarse a cada uno de ellos. La única forma de detener un libro indestructible animado por una imaginación sobrenatural y morbosa, es descubrir cuál es la historia que dio origen a todas ellas: lo que ocultaba en realidad la mansión Bellows y quien fue Sarah.
Los libros de Alvin Schwarz fueron muy populares en las bibliotecas de los niños, y sus ilustraciones, responsables de que estos permanecieran en la memoria una vez adultos (además, seguramente, de unos cuantos terrores nocturnos). Hasta el punto en que los dibujos de Stephen Gammell son más recordados que unos relatos que en realidad, son bastante simples. A estos seguramente se les deba la existencia de la película porque varios de ellos han sido recreados uno por uno como parte de las criaturas que toman vida: el espantapájaros de aspecto siniestro, el cadáver al que le faltan alguno de sus miembros, la mujer pálida de cabellos negros y alguno que otro diseñado ex profeso para su versión en cine pero cuya estética es muy similar a las ilustraciones en gris, y muchas veces construidas a partir de manchas de tinta, de los libros.
Los libros de Alvin Schwarz fueron muy populares en las bibliotecas de los niños, y sus ilustraciones, responsables de que estos permanecieran en la memoria una vez adultos (además, seguramente, de unos cuantos terrores nocturnos). Hasta el punto en que los dibujos de Stephen Gammell son más recordados que unos relatos que en realidad, son bastante simples. A estos seguramente se les deba la existencia de la película porque varios de ellos han sido recreados uno por uno como parte de las criaturas que toman vida: el espantapájaros de aspecto siniestro, el cadáver al que le faltan alguno de sus miembros, la mujer pálida de cabellos negros y alguno que otro diseñado ex profeso para su versión en cine pero cuya estética es muy similar a las ilustraciones en gris, y muchas veces construidas a partir de manchas de tinta, de los libros.
El resultado, a veces, depende demasiado de la estética de las ilustraciones y de no saber cómo enfocar algunas escenas terroríficas, que se saldan de la forma más simple mediante apariciones súbitas acompañadas de un grito. No queda muy claro si es una solución de lo más cutre, o si en realidad es adecuada al tratarse de una producción de terror enfocada al público más joven, y en ese sentido, bastante fiel a los libros, cuyos relatos también dependían mucho de una revelación final.
Historias de miedo para contar en la oscuridad es una producción muy curiosa ¿Es una película juvenil o infantil? En ese caso, es una decisión inesperada, al centrarse más en contar una historia en un escenario que a muchos niños les parecerá muy lejano ¿Es una película para adultos nostálgicos? En ese caso, el conjunto se quedaría un poco escaso para lo que podría esperarse, pero resulta mucho más disfrutable que muchas producciones juveniles recientes.
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