Dentro de la animación digital, el éxito (merecido en muchos casos) se la llevan un par de estudios estadounidenses. El resto de países, como suele pasar, pueden tener guiones interesantes pero igualar la calidad de las imágenes por ordenador es más difícil, y eso que he llegado a encontrar producciones bastante simpáticas, como
Ronal Barbaren…y otras de echarse las manos a la cabeza como fue el dichoso Tadeo Jones. El Reino Unido también aporta su granito de arena, con mejor o peor resultado, y si hace unos años pude ver Valiant, una particular versión de la segunda Guerra Mundial con palomas mensajeras, ahora le toca el turno a una versión de Romeo y Julieta con algo tan típico de los ingleses como son los jardines y su decoración.
Gnomeo y Julieta no esconde su inspiración directa en la obra de Shakespeare, abriéndose con las cortinas de un teatro en la que un enanito de jardín la mar de simpático y digno intenta recitar los primeros versos, sin éxito. El chascarrillo da paso a la historia, que esta vez no es en Verona sino en una calle inglesa donde dos vecinos se llevan a matar y la decoración de sus jardines opina lo mismo: los enanitos rojos y los azules son enemigos y los miembros más jóvenes de cada casa no dudan en pasarse el día peleándose o incluso, haciendo competiciones de velocidad con las cortadoras de césped. Pero teniendo en cuenta el título, Gnomeo, el gnomo azul, acaba conociendo a Julieta, la gnomita colorada, acaban enamorándose pese a los consejos de sus respectivos amigos, un enano y una rana con aspersor respectivamente (es decoración de jardín hortera…tampoco iba a aparecer por ahí un
Ángel Llorón), lo que acabará en un enfrentamiento mayor entre ambas familias. Vamos, lo que es Romeo y Julieta pero sin el drama y el aliciente pensado para todos los públicos de incluir un escenario un poco insólito para plantear la historia.
El nivel de la infografía que mantiene la película es bastante bueno. Si Valiant quedaba un poco básico y las texturas demasiado lisas, en esta se notan hasta los poros del yeso con el que están hechas las figuras, además de tener una animación muy fluída y unos escenarios que mantienen bastante ese nivel de animación, aunque también tiene alguna secuencia en la que se nota que “algo” ha fallado y parecen menos trabajadas. Estas, en realidad, deben ser una o dos como mucho y tanto la informática como el diseño de personajes no se queda lejos de otras producciones animadas de estudios más grandes.
El argumento acaba siendo el perjudicado en este caso, porque parece que se centraron tanto en querer hacer un producto bonito y exportable, que este en muchos casos parece una historia facilona para poder sacar enanitos de aspecto gracioso y meter secuencias de persecución con las que entretener a los chavales. Hay dos o tres números musicales, más de una de enredos típicos de comedia romántica, y unas cuantas de saltos y persecuciones para que tanto los niños como las niñas disfruten de la película. Además, sabiendo que se trata de algo para todos los públicos, el correspondiente final feliz tampoco pilla de sorpresa…y este es excesivamente pasteloso, incluyendo otro número musical que no viene a cuento, personajes que fallecen a mitad de la película y que aparecen de nuevo (tiene truco, son de cerámica y los pegan de nuevo), como si los guionistas optaran por olvidarse de la historia que estaban contando hace dos segundos y decidieran montar algo bonito para el final.
Las comedias románticas no me gustan, por lo que la primera parte, terminados las escenas de persecución y los chistes, que tampoco me parecieron muy brillantes, me aburrió bastante. Mejora a partir de la segunda, con la aparición de un personaje que, aunque con papeletas para ser bastante cargante, tiene su gracia tanto por su historia como por su naturaleza: un flamenco rosa de plástico, tipo de la decoración de jardín de hace bastantes años, y que como tal, se ha pasado un par de décadas encerrado en un cobertizo. Lo mejor, también, aunque breve, son las referencias al resto de obras de Shakespeare con detalles como una empresa de porcelanas que se llame La tempestad, o el cameo del propio autor como estatua que tiene una conversación con Gnomeo, en la que también hacen bastantes bromas sobre el carácter excesivamente trágico de la pieza más conocida de Shakespeare.
Con Gnomeo y Julieta queda demostrado que con un poco de esfuerzo, se pueden conseguir ya infografías en el cine que no desmerezcan mucho al lado de Dreamworks o de cualquier otra de las grandes, pero cuidar un poco el argumento tampoco hace daño.
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