Seth Grahame Smith empezó su carrera por todo lo alto: aprovechando la moda de los muertos vivientes para reescribir Orgullo, Prejuicio y Zombies, y de paso, ganándose la enemistad eterna de Hewl, que es fan de
Jane Austen y todavía no le ha perdonado sus chistes sobre ninjas en plena campiña inglesa.
Después decidió seguir escribiendo pero sin destrozar clásicos y en su lugar, tomarla con la Historia, convirtiendo a Abraham Lincoln en un cazador de vampiros que compagina esta profesión con su carrera política. Vamos, como si en España a alguien le diera por escribir un libro titulado “Mateo Sagasta, Zombie Killer” o “Manuel Fraga, Cazador de Lobishomes”. La diferencia es que en Estados Unidos cualquier historia puede acabar convertida en guión de cine, y Abraham Lincoln, Cazador de Vampiros, se convirtió en poco tiempo en una película, y con unos realizadores que no podían ser más raros: el propio novelista se encargó del guión, y Timur Bekmambetov de la dirección. Para más señas, este es el director de las dos películas de
Guardianes de la Noche, y solo por lo que me gustaron, esta idea de poner al presidente cazando vampiros, me acabó llamando la atención.
El argumento enseña lo que promete el título: el jovencito Abraham Lincoln, tras perder a su madre a manos de un chupasangre (que además era esclavista), encuentra a un tipo un tanto misterioso que lo entrena en la caza de vampiros. Por mucho que el protagonista esté interesado en vengarse del asesino, su maestro lo envía a Illinois junto con unas cuantas instrucciones para acabar con los vampiros locales, que son desde farmacéuticos hasta banqueros (bueno, esto último ya es bastante obvio a día de hoy). Su historia se irá entrelazando con la biografía verídica del presidente: conocerá a su mujer, empezará su carrera política, y acabará en plena guerra de Secesión y la Batalla de Gettysburg, en la que los vampiros, que son los principales partidarios de la esclavitud por aquello de tener comida gratis, también participarán.
Hacer una película con ideas tan contradictorias como un presidente y los vampiros me parecía un poco difícil: muchas veces han intentado hacer cosas del estilo, pero han optado por la vía de la comedia y estas cosas solo acaban haciendo gracia a los que las ruedan, y ahí están Jesucristo Cazavampiros o Karate a Muerte en Torremolinos para demostrarlo. En cambio, el cazador de vampiros Lincoln optó por contar una historia seria, o al menos, todo lo seria que puede ser ver al personaje tal y como se lo conoce en la historia, con su sombrero kilométrico y su barba, cogiendo un hacha y partiendo en un tren hacia Gettysburg mientras se enfrenta con una banda de vampiros. Su biografía la presentan de forma en que todo esté relacionado con su lucha contra los vampiros, desde lo de irse a Illinois hasta la muerte de su hijo. Más o menos, lo que Seth Grahame-Smith demostró que sabía hacer a la hora de meter párrafos en sus libros favoritos.
El principal problema, si se hace un copia y pega de estos, es que en muchos casos queda bastante acartonado: si Abraham Licoln conoce a su mujer y se casa con ella, entonces tiene que aparecer, pero poco hace hasta la segunda mitad de la película, y sinceramente, esa parte está muy mal traída, parece más un pegote añadido que parte del guión. Además, los actores son bastante simplotes, y más allá de parecerse al personaje histórico, y defenderse bien en las escenas de acción, poco hacen. Sale Rufus Sewell, que es la cara más conocida, haciendo de malo, que debe ser el que mejor se defiende a la hora de interpretar un poco.
A una película como esta se le pide muy poco, y seguramente, por eso funcione: la historia procura mantenerse lo más simple posible para poder ofrecer lo interesante, que son los vampiros y las peleas. Además, cuentan con un director que en Guardianes de la Noche demostró que cuando quiere, tiene una forma de rodar muy particular. Y esta vez, con un presupuesto más amplio que una película de ciencia ficción rusa, se le nota: hay peleas con forzudos imposibles, primeros planos de hachas volando, y sobre todo, secuencias bastante fantasiosas, como la típica escena del mapa para señalar el lugar de una batalla, que se va convirtiendo en un tablero tridimensional. Además, la limitación de presupuesto hace que el director aproveche todo lo que pueda, y en vez de aburrir con artes marciales y explosiones, prefiere ofrecer secuencias que parecen más ilustraciones fantásticas.
Viniendo de quien viene Abraham Lincoln, Cazador de vampiros (del guionista. Del señor Timur no tengo ninguna queja), me esperaba algo mucho más chorras…bueno, chorras es un rato largo, pero no me esperaba que fuera tan divertida. Y teniendo en cuenta el típo de película que es, no se puede pedir más.
5 comentarios:
Le tengo muchas ganas a esta peli. La idea es lo suficientemente absurda como para que me parezca genial.
Me temo que esta se queda sin verse.
Pues si es divertida, es todo lo que le pido :). Realmente no se puede esperar mucho más de una película con semejante punto de partida :P.
Esta frase define mi pensamiento frente a esta película: "A una película como esta se le pide muy poco, y seguramente, por eso funcione"...
Kaoru Himura-Takarai. Yo me esperaba un sinsentido como Orgullo Prejuicio y zombies, pero se ve que el señor Grahame ha aprendido de sus errores y le ha salido algo bastante potable.
Satrian: creo que no tuvo mucho éxito y han parado bastantes proyectos frikistraños que tenían en mente.
Akane: divertida y bien hecha, no se le puede pedir más.
María del Mar: habitualmente es el punto de partida que tengo en la cabeza a la hora de escribir sobre una película: qué tipo de producción és, a quien está dirigida y si realmente cumple con lo que se había propuesto ¡Te aseguro que si veo una en el cineclub soy mucho más estricta!
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