Aunque la mayoría de entradas durante el mes fueron de películas, los libros no podían faltar. En este blog se aprovechan las vacaciones y lo mismo da para pasarse la tarde viendo cine que para terminar novelas.
Robin Jarvis. Deathscent. Este es uno de esos casos en los que la portada engaña...o no tanto: el diseño del hombre-murciélago-cosa podría valer perfectamente para cualquier novelilla de terror o fantasía oscura, cuando en realidad se trata de una novela juvenil...De todas formas, la ilustración, en cuanto a llamativa, funciona para atraer gente, y lo original del argumento, también: el autor ha desarrollado un mundo muy extraño, en el que durante la época isabelina los habitantes de la tierra ascendieron a lo que ellos creen que es el cielo, y viven en islas flotantes unidas entre sí por cadenas gigantes. La reina Isabel ha cumplido más de ciento cincuenta años, y no existen los animales vivos, por lo que los artesanos fabrican todo tipo de criaturas. Sí, esto quiere decir que en ese mundo no hay gatos, lo que supondría el peor escenario posible para ciertas blogueras (ejem). Al margen de mis horrores personales, Deathscent cuenta la historia de uno de esos aprendices de artesano y su encuentro con una criatura de otro planeta, así como las particularidades y sospechas que recaen sobre este. Está un poco limitada por su creación como libro para gente joven, y por desgracia la ambientación es tan original que supone su propio fracaso: la originalidad de ese imperio británico flotante, del mercader de esencias, de los animales mecánicos e incluso la aparición del doctor
John Dee, no pareció cuajar entre sus lectores, por lo que el libro, pese a su final abierto y su evidente intención de empezar una serie, se quedó en un único volumen sin indicios de tener una segunda parte: fue escrito en el 2001, mientras que otras series del autor posteriores continuaron, y en la
página de este queda una explicación acerca del universo en el que se desarrolla la no-serie.
Darren Shan. Trials of Death. Siguiente parte en la segunda trilogía de
La saga de Darren Shan, en la que, como suele pasar debido a la brevedad de los libros, parece más los capítulos separados de un libro completo que una novela en sí. Se lee muy rápido, pero también junta un exceso de acción y alguna que otra absurdez.
Terry Pratchett. Papá Puerco. Se están acabando las fiestas, y como no me daba tiempo de terminarme algo más clásico para antes de fin de año, Terry Pratchett, que le ha dado un repaso a todo, era una opción: Papá Noel y el ajetreo de las compras navideñas no iban a quedarse a salvo de su particular visión, y en Mundo Disco es Papá Puerco el que se encarga de repartir juguetes a los niños buenos. Aunque algunos creen que son los padres. Como es habitual en los libros de mitad de la serie, salen personajes conocidos, como La muerte, Susan (su nieta), y los magos de la Universidad Invisible, que intentan mantener como pueden la creencia en Papá Puerco, una idea que a los Auditores (entidad que prefiere los universos con átomos y piedras que giran en órbitas elípticas) no les gusta y con la que han decidido adoptar. Como es habitual en los libros, detrás de la historia de aventuras y de comicidad, está el tema más trascendental, como la adapción de las creencias a través del tiempo, la influencia de estas, y el desengaño. El principal defecto es en muchos casos la acumulación de situaciones y personajes que buscan más el sketch cómico que el argumento, aunque la mejor de estas situaciones breves es la decisión de Pratchett de dar al lector algo que todos hemos querido en algún momento: que la Pequeña Vendedora de Cerillas no se muera de frío en Navidad, leñe.
Por hoy eso es todo. Ha sido un año con unos setenta libros, algunos de los cuales, por poco interés o por malos de remate, no he llegado a incluir. Este año, si es posible, otro tanto.
5 comentarios:
Noooooooo, un mundo sin gatos no podría soportarlo! Aunque fuera la mejor novela del mundo no podría perdonárselo a su autor. De todos modos, muy interesante lo que nos cuentas. Siempre aprendo en tu blog sobre autores que no conocía. Y tomo nota de tus recomendaciones y antirecomendaciones!!
Durante todo este año recién comenzado continuaré viniendo por aquí, pues soy gaticoadicta y me quedo enganchada a cómo describes tus lecturas, series preferidas y no tanto, etc., etc. Un placer, la verdad!
Besos!
Ana.
Ah, se me olvidaba. A los Reyes Magos les he pedido algún libro de H. P. Lovecraft. Con lo que me dijiste de que le gustaban los gatos se ha granjeado mi absoluta simpatía. Estoy esperando una biografía de L. M. Montgomery, la autora de ANA DE LAS TEJAS VERDES. Era tan fanática de los gaticos que hasta firmaba dibujando uno pequeñito. Búscalo por Internet, ya verás qué curioso!!
Ahora sí, vale, ya me voy!!!
Lo de la falta de gaticos fue algo que me vino a la cabeza con horror en cuanto leí la contraportada, pero exceptuando esto, el mundo del libro es una rareza muy divertida, y es de esos que no se encuentran en formato digital.
Para encontrar referencias gatunas en H. P. Lovecraft el mejor libro es Viajes al Otro Mundo, de Alianza editorial, que son sus relatos de corte más fantástico y no tan terrorífico. Solo una palabra: gatos gigantes lunares combatiendo a los monstruos habituales de Lovecraft. Hm...sospecho que mi gata podría con Cthulhu ella sola.
Y, por supuesto, no olvidemos el maravilloso cuento "Los gatos de Ulthar": "El gato sabe lo que la esfinge ha olvidado".
"Papá Puerco" es de las que menos me han gustado del Mundodisco. En general, la Muerte y familia me gustan más como secundarios que cuando les dan todo el libro para ellos.
Supongo que como fan de los gatos ya te habrás leído "El increíble Mauricio y sus roedores sabios", pero si se pasa por aquí alguien que aún no lo haya leído, ¡que lo haga ya!
Y el poema Pequeño Sam Perkins, que le había dedicado a uno de sus gatitos...creo que ese solo está publicado en La noche del océano, de Edaf.
El Increíble Mauricio todavía no lo he leido, me he vuelto a poner con Pratchett hace poco, aunque en la frikioteca tienen casi todos sus libros. Además de su selección habitual de cosas raras.
Publicar un comentario