No sé por donde les ha dado a las televisiones, pero en estas semanas se han estrenado dos series de temática muy parecida: Grimm y Once upon a Time, en las que los personajes de los cuentos de hadas viven en el mundo actual, y los protagonistas están relacionados de una u otra forma con ellos.
La primera vez que lo ví, creí que era el cantante de ColdplayEl tema fantástico ya había empezado el año anterior, con
Lost Girl, que, aunque no se refiere directamente a los cuentos clásicos, aparecen hadas y criaturas de distintas mitologías, desde banshees y brownies (el duendecillo, no el bizcocho de chocolate), hasta licántropos. Esta contaba la historia de una chica que, tras descubrir que es un súcubo, decide no formar parte de ninguno de los dos bandos de hadas, buenas y malas, lo que aprovecha para trabajar como detective…Vamos, que partiendo de una idea original, acaban montando una historia de investigación con una ambientación popular. Por suerte, el tema detectivesco es bastante anecdótico y acaba por tirar a episodios más relacionados con los distintos tipos de hadas y la relación entre la protagonista y un policía hombre-lobo. Lo más divertido de la serie es su enorme parecido con Changeling, aquel juego de rol de hadas de Mundo de Tinieblas, hasta el extremo en que parece una adapción no oficial del juego, con las hadas viviendo escondidas, las distintas cortes, y todo el ambiente de fantasía urbana. De hecho, la segunda temporada acabó por volverse bastante friki, si eso era posible, aunque, por otro lado, debió sufrir una bajada de presupuesto bastante drástica: si en sus primeros episodios aparecía algún monstruo caracterizado, ahora salen todos sin más disfraz que algún traje extraño. Lo que es una forma bastante cantosa de intentar colar la historia de “las hadas se ocultan en la sociedad humana”, ahorrándose unos dólares.
Once upon a Time empieza con la boda de Blancanieves y el Príncipe, la aparición de la bruja…y después, la historia de Emma Swan (más conocida como Cameron, la médico de House), que tras encontrarse con un chaval que dice ser su hijo, llega a un pueblo donde, según este, los personajes de los cuentos han sido encerrados y no recuerdan su orígen. La madrasta del chico es nada menos que la propia bruja de Blancanieves, que se ve que ya tiene currículum en estas lides, y sigue siendo una víbora de cuidado. Y es que esta lanzó una maldición sobre los protagonistas, precisamente la que el niño intenta demostrarle a la protagonista, que resulta ser la hija de Blancanieves y, supuestamente, la única que puede romper la maldición. El planteamiento está bastante bien llevado, y aunque solo se haya emitido el piloto esta semana, no tiene pinta de convertirse en una serie con “caso de la semana”, además de llevar bastante mejor el tema de los personajes de cuento y sus caracterizaciones porque, bueno, técnicamente la maldición consiste en haberlos convertido en personas normales.
Grimm, en cambio, tiene más pinta de ser una serie de casos, y de ser un poco Sobrenatural, pero con monstruos de cuento y menos gasto en gasolina que los hermanos Winchester: un policía descubre que es el último de los Grimm, una saga de cazadores de monstruos, y que tiene el poder de descubrirlos bajo su apariencia humana (que, por cierto, son bastante más grotescos y tirando a siniestros). En el primer episodio hereda una roulotte con armas y un libro donde le catalogan todo el bicherío al que tendrá que hacer frente, cosa a la que se dedica ya en este primer episodio: en este caso, un lobo devorador de niñas vestidas de rojo, tal cual. Aunque entretenido también (para qué negarlo, me encantan las series fantásticas), va por un camino más tópico y este primer episodio, además de la presentación del personaje, deja también la aparición del tipo que será el malo de turno, aunque aún no se sepa ni quien es, ni que hace.
Como estrenos, han pasado la prueba y me ha picado la curiosidad para seguir viéndolas, especialmente en el caso de Once upon a Time, que tiene pinta de tener más trama. Eso sí, sigo sin tener ni idea de a qué este mini-aluvión de historias con cuento.
9 comentarios:
Yo sigo con Lost Girl aunque no se bien porqué, si solo fuera por el factor Anna Silk ya la hubiera abandonado, y es cierto que tiene un aire muy marcado a Changeling.
Once Upon a Time me gustó, dio lo que proponía, y toca bastante la fibra sensible de la infancia, y la de los fans de Lost en parte también.
Grimm se queda en procedimental del montón, con dos protagonistas sin carisma, me esperaba otra cosa, aunque le daré dos capítulos como es de fantasía.
Je, ya sabía que cualquiera que conociera un poco el juego, iba a pensar "Otia, Changeling" en cuanto viera esa serie.
Y Grimm, en cambio, me pareció una serie episódica bastante entretenida...Pero es que a mí, en cuanto aparecen monstruitos de pantalla, pierdo los criterios. Creo que ya me viene de antes.
Pues lo siento por ti, pero Once Upon a Time también va a caso por semana.
Desde luego, para los guionistas, es una salida sencilla. Yo por eso sigo quedándome con los británicos y sus minitemporadas.
Once Upon a Time me gustó mucho (verlo en pantalla grande en el Festival de series probablemente tenga parte de culpa), la Morrison no es tan sosa como en House, el niño no solo no es repelente sino que es incluso adorable y el rollo este medio Disney pero con un puntillo adulto me ha convencido. Estoy deseando ver el siguiente, espero que no me decepcione.
Aunque me gusten más las historias de hadas tipo Dentro del laberinto, estas dos series sí me han picado la curiosidad. En lo del niño no había caído: estoy tan acostumbrada a que salgan chavales repelentes que ya ni me fijo.
Al final tengo curiosidad por saber si desarrolló un poco el arco de temporada Grimm, que los capítulos que vi eran de un procedimental muy marcado. La parejita de detectives, nada, muy poco carismática. "Patoshik", sin embargo, tenía potencial.
Y Once Upon a Time piloto y nunca más. Eso sí, marcado parecido con la Fábulas de Winingham.
Un saludo.
Grimm sigue siendo un procedimental, practicamente no hay argumento de temporada. Aunque por suerte se dieron cuenta que la gracia de la serie es el lobo, y hasta incluyeron otra a mayores con la que tiene bastante química.
Once Upon a Time bastante bien. tiene bastante punto episódico porque dedica practicamente toda la primera temporada a que identifiquemos a los personajes de los cuentos, pero ahora está epezando a moverse un pelín más.
Grimm en general me pareció poco imaginativa. Al fin y al cabo es como una revisión de Supernatural pero con menos muertes, carisma de los personajes y gancho en general. Eso sí, por lo menos los CGI son algo mejores que los de la séptima temporada de Supernatural ¡Qué horror los leviatanes!
Por cierto, si disfrutas con las minis británicas y te gustan las historias tipo Dentro del laberinto, ¿has probado con Neverwhere? A mí me pareció muy sugerente dentro de sus limitaciones.
Un saludo.
Publicar un comentario