Las momias y Egipto no han sido muy habituales en el cine
desde hace diez o quince años. Como mucho, La sombra del faraón, que se había
estrenado en plena expectación por el remake de La Momia y sus secuelas, aunque
esta última fuera en realidad una cinta de aventuras para todos los públicos y
no de terror. Bueno, y La máscara del faraón, aunque esta fuera la adapción de
una serie francesa de los sesenta. Tras estas, que recuerde, todo lo relacionado
con pirámides quedó bastante relegado al olvido, y por eso encontrarse de nuevo
con una película que recupere todo lo relacionado con Egiptos, maldiciones y
arqueólogos fisgones es una novedad, o al menos, algo bastante inesperado.
Lo que no es, de entrada, demasiado original, es el título:
algo tan simple como The Pyramid, que es precisamente lo que se encuentra una
familia de arqueólogos, en concreto padre e hija, y el pequeño equipo de rodaje
que los acompaña en un Egipto sumido en plena revuelta social. Una pirámide
que, según ellos, es muy distinta a las que se habían descubierto hasta
entonces: solo tres lados, y quizá la más antigua construida. También la más
peligrosa hasta entonces, tanto por la toxicidad y los hongos del aire que ha
quedado sellado en su interior, como por lo arriesgado de la situación política
que les obliga a desmontar el campamento antes de poder descubrir el mayor
secreto de la historia. Este resulta demasiado tentador como para abandonar el
país sin poder visitar la pirámide, por lo que el grupo decide entrar con el
pretexto de recuperar la cámara móvil que habían enviado. Pero tal vez esta no
fue construida hace miles de años como tumba, sino como prisión de algo que
todavía pueda estar vivo.
Recordando un poco lo que fue La momia a finales de los noventa, esta historia no podía estar más lejos de la de Stephen Sommers. De entrada, es una película de terror al uso. A ratos sobre maldiciones egipcias, a ratos claustrofóbica, y en algunos momentos, una de monstruos. El presupuesto también es todo lo contrario: no hay grandes efectos especiales, ni..bueno, ni siquiera planos generales y detalles visuales para mostrar laberintos o pirámides gigantes, sino que recurren al truco de la filmación documental para que esta sea lo más claustrofóbica y cerrada (además de poco cara) posible. No es que se trate de una de metraje encontrado al uso, porque aunque en la mayor parte utilizan las cámaras personales y las de los reporteros protagonistas, en otros momentos recurren a la filmación habitual en tercera persona para dar una visual completa del grupo y su situación. Lo cierto es que, exceptuando lo cerrado de la mayoría de secuencias, estas son tan firmes que perfectamente podría haberse tratado de una película filmada de la manera habitual, por lo que se integra bastante bien con los momentos en los que se recurre a esta última. Claro que esto hace que en las escenas del principio todo el gimmick de las cámaras personales y la documentación gráfica resulte bastante innecesario.
El aspecto más interesante es precisamente la ambientación. Probablemente,
porque lo de Egipto y las pirámides sea un escenario en desuso, pero también porque
resulta bastante efectivo: en realidad se alejan de todos los clichés que se
vieron en guiones anteriores sobre faraones, reencarnaciones…y momias
precisamente. Porque en realidad aquí no sale ni una sola venda, sino que han
tomado como referencia algunos tópicos, como todo lo relativo a las pirámides,
las trampas y los laberintos. Otros han sido incluídos a modo de guiño, como el
que dos de los personajes principales sean un arqueólogo y su hija. Y es que
hoy es practicamente imposible pensar en una historieta sobre maldiciones
egipcias sin que hagan su aparición estos dos estereotipos. El resto se aleja
ya de todo esto y recurren mucho más a la mitología, sin explayarse demasiado,
pero que es lo que la hace más interesante, al intentar ofrecer un guión más
original basándose en esta, y sobre todo, incluyendo, primero a modo de
amenaza, y después de ayuda inesperada, al papel que tuvieron los gatos en el
antiguo Egipto. Sí: solo con esto último ya me engancharon un 50% más que al
principio.
Tanto por la realización como por la forma de recurrir a la mitología, la película puede recordar un poco a As Above so Below, donde hacían una mezcla muy particular entre la filmación manual con la Piedra Filosofal, pero comparada con ella, The Pyramid sale perdiendo. Probablemente, por intentar ser algo más ambiciosa, o porque el guión no es tan redondo. La ambientación resulta más errática, y aunque en su mayoría era interesante, en muchos momentos incluyen elementos, como ponerse a hablar de alienígenas, de los que se olvidan al momento, y no queda claro si es un intento de caracterizar las opiniones de los personajes, o si no sabían muy bien que hacer con eso y se olvidaron del tema. Y estos tampoco son especialmente brillantes: quizá los dos arqueólogos salen algo más favorecidos, por el tiempo que pasan en pantalla. Pero los dos integrantes del equipo de rodaje se quedan en una víctima bastante arbitraria y en un secundario que se pasa media película con diálogos bastante flojos y siendo el personaje más irritante. Y cuando un intento de dotar a alguien de características negativas hace que, en vez de resultar comprensible, sea irritante, esto no ha funcionado. Además de provocar que cualquier giro para redimir al personaje resulte bastante ilógico.
El ritmo tampoco resulta una ventaja: la ambientación
promete, y la segunda mitad de la película resulta bastante más interesante y
dinámica. Pero tras las secuencias de presentación habituales, todo lo relativo
a la primera entrada en la tumba resulta carente de interés: van para un lado,
para otro, se pierden más que un paraguas, se angustian y procuran recordar al
público varias veces lo fascinante que es encontrarse en una pirámide
milenaria. Si fuera tan interesante, no tendrían que estarlo diciendo de viva
voz, probablemente. No empieza a remontar hasta la aparición de los elementos sobrenaturales,
que, entre los diálogos flojos y el alargar demasiado el tema de la entrada a
la pirámide, se hace esperar demasiado.
The Pyramid no es precisamente la película de terror que
traerá de vuelva el interés por Egipto. Ni la superproducción que estrenan el
año que viene, tampoco, porque la han anunciado más como una película de acción.
Pero, cuando la mayoría de las producciones recientes incluyen posesiones
demoniacas varias, asesinos en serie, y la mayoría de zombies se han vuelto a
quedar en la serie Z más absoluta, no viene mal variar un poco.
2 comentarios:
A lo mejor le echo un vistazo, que tengo el género un poco dejado de lado.
Te recomiendo más As Above, So Below, que es mucho más divertida. Aunque por otro lado, ¿Cuánto hace que no vemos momias en una película?
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