A la hora de hacer caja en los cines, el factor nostalgia es
uno de los sistemas más fáciles. Los ochenta van quedando lo suficientemente lejos
como para que todo lo que ofreció esta década empiece a ser atractivo. Y como
para que los miembros de esta generación puedan gastarse el dinero en lo que
ofrezcan los estudios. Esto no se queda en remakes de series de tv o películas
como fueron El equipo A o Karate Kid, sino a los juguetes y su merchandising. Y
los GI Joe, junto con los Masters del Universo, debieron ser de los más
populares entonces. Tanto, que los primeros tuvieron su película en el 2009,
una historieta muy poco complicada, llena de vehículos imposibles, peleas,
ninjas y un par de trasfondos actualizados para los personajes principales. El resultado
fue un episodio de los dibujos, en imagen real, pero igual de entretenido y
poco complicado que la serie que lo inspiraba. Vamos, que no era una película
muy buena...no, era tirando a floja. Pero entretenida. Y desde luego a algo
basado en unos muñecos no se le puede pedir que sea un clásico del cine.
Como en toda franquicia, si una idea funciona, toca
explotarla. Y en GI Joe Retaliation los protagonistas continúan con sus
misiones mientras los principales miembros de COBRA han sido encarcelados. Bueno,
y mientras Snake Eyes, el ninja del equipo, anda por ahí supervisando las
pruebas de acceso de su prima a los GI (tal cual. Pero ahí en vez de superar
pruebas físicas tienes que enfrentarte en duelo con katanas). Pero hay algo que
ellos no sospechan: el presidente ha sido suplantado por un integrante del
grupo terrorista, experto en el disfraz, que pretende deshacerse de ellos para
poder amenazar al mundo con una peligrosa arma.
Sin ser fan de los dibujos, sí vi unas cuantas repeticiones como para que me hiciera gracia la idea de una película sobre ellos, de ahí que la primera respondiera a las expectativas. Pero esta segunda parte, no han terminado de acertar. Por un lado, cuentan con un argumento más simple que el mecanismo de un chupete, del que cae simpático solo por recordar las películas de acción de entonces. Esta no tiene más que unos personajes bastante planos, una trama imposible, y unos cuantos cientos de explosiones entre naves y armamentos complicados. A ratos se hace excesiva, dependiendo de lo que guste la pirotecnia, y a ratos, se disfruta a base de tomársela a broma. Porque, ¿de qué otra forma se pueden ver a un grupo de tíos con una caracterización digna de los carnavales, peleándose y soltando frases chorras? Secuencias como las del malvado comandante Cobra amenazando a los líderes mundiales con su Satélite de Destrucción Masiva hacen pensar que esto no se trata sino de otro episodio de la serie, alargado y agrandado de acuerdo a lo que se estila hoy. Por otro lado, la trama de los ninjas, que básicamente consiste en estos yendo de un lado a otro, peleándose y arreglando esos temas suyos de venganzas y maestros asesinados, hasta que parecen acordarse de encontrar al resto de personajes y terminar la película. con un guión tan pobre, este no fue el recurso más adecuado: no funciona, y más bien da la impresión de estar viendo dos películas en una.
A quien se le ocurre ir de blanco a la guerra, con lo manchadizo que es...
Aunque pueda funcionar por su falta de prejuicios y parecido
con la serie original, le falta parte de la diversión de la primera. Tiene sus
puntos buenos, precisamente en el parecido, pero la mala pata a la hora de
juntar las dos tramas hace que resulte bastante desordenada, y la presencia de
Don the Rock Johnson se hace excesiva, eclipsando bastante al resto de
personajes (en concreto Duke y Lady Jaye). No es que resulte muy difícil,
porque son bastante planos, pero parece que decidieron aumentar el numero de
minutos en pantalla de The Rock para asegurarse más público. Y aunque no
pudiera hacerse nada al respecto, falta la presencia de Christopher Eccleston,
quien interpretó a Dextro en la primera parte y que, pese a ser uno de esos
papeles que aceptó por el cheque, era uno de los mejores personajes. En esta
segunda parte, no solo no se cuenta con el actor, sino que optan por despachar
al personaje dejándolo colgado en la carcel sin motivo aparente. Una cosa es no
exigirle mucho al argumento, y otra, no esforzarse lo más mínimo. Y esto es lo
que hace que esta secuela se quede en una de esas películas que se ven por ser
domingo, y no tener otra cosa más a mano.
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