Esta semana vuelvo a los libros de siempre.O, más bien, a mezclar un poco de todo y para más sorpresas, sin libros de terror a la vista. Creo que estoy confusa...
Portada. Con foto de la autora. Igual que en Les petits cailloux. Los de Livre de Poche no se esfuerzan
Faiza Guène. Kiffe Kiffe Demain. Se trata de una novela muy cortita de esas que hoy llaman “slice of life”. Vamos, que cuentan parte de la vida de un personaje en un momento determinado, y lo que pasa en ese espacio de tiempo. En este caso, es la vida de una chica de quince años, aficionada a la tv, y un poco de vuelta de todo después de que su padre la abandonara a ella y a su madre por otra mujer. La protagonista cuenta de una forma bastante ácida y desenfadada, o más, bien, resabiada (como solo puede serlo un crío de quince años) su vida y la de la gente que la rodea, en especial la del chico que no le cae muy bien y, como era de esperar, acaba enamorándose de ella. Tiene un estilo muy directo, sin florituras y con bastantes expresiones típicas del argot francés, y una de las cosas más reseñables a su favor es que es una lectura muy rápida, porque a mí la protagonista no me ha despertado mucha simpatía (más bien al contrario). Y cuando en un libro de este tipo no te cae bien el personaje principal, algo falla. También tiene algunos detalles que no han envejecido bien desde el 2004, como las referencias al sistema de asistencia social del que la protagonista vive descaradamente, y todavía presume porque se lo paga el Estado. Estamos en crisis y cosillas como esas han perdido su gracia hace ya algunos años.
Silueta de superheroína y perro de fondo. Qué hipster y moderno...
Laura Fernández. Wendolin Kramer. Una novela que intenta ser cómica, se queda en absurda, y sobre todo, en desordenada. La protagonista, convencida de ser una superheroína, decide montar una agencia de detectives en su cuarto, lo que la llevará a conocer al resto de personajes: un dependiente de tienda de comics bastante tópico, una bibliotecaria, un detective metido a gigoló, y finalmente, toda una miniconspiración sobre una escritora de novelas románticas y su club de fans. La principal gracia consiste en trabajar con personajes de esos que ven la vida como ellos quieren, y no como realmente es. Y aunque esto se ganaría mi simpatía, el punto de locura excesivo que tienen todos ellos, y lo atropellado de las situaciones, hace que resulte un despropósito. El estilo tampoco ayuda: pretende ser dinámico y moderno, pero se queda en pobre, limitándose a ir contando unos cuantos chascarrillos y rarezas, y si en una contraportada puede tener gracia que un personaje “se dedique a venderle muebles por catálogo a su perro”, cuando eso es parte de la caracterización de este (bastante pobre por otro lado. Salvo para recordar que todos están muy pasados), en la novela no lo tiene tanto. Por lo demás, muchos nombres raros, referencias a Barcelona, al mundo editorial y poco más para una libro que no pasa de intentar ser modernillo.
Odio cuando la portada de los libros es el poster de la pel...eh, ¡un momento! ¡¡es Christopher Eccleston!!
Susan Cooper. The Dark is rising. Segunda novela en una saga de fantasía para niños (que hay muchas y buenas, más allá de Narnia y Harry Potter) en la que el protagonista descubre que es uno de los Antiguos, una especie de personajes con poderes y la capacidad de viajar en el tiempo, esto último, después de haber visto varios libros y películas, debe ser como un deporte nacional en Gran Bretaña. Además de magias, hay un enfrentamiento entre Luz y oscuridad, representados respectivamente por los Antiguos y un Jinete, y en medio, la búsqueda del protagonista de siete objetos…Vamos, que nada es nuevo, y además la saga ya tiene sus años, porque es de los setenta. Lo más interesante es la cantidad de elementos que la autora toma de las tradiciones populares y las leyendas, como el tema básico de la Luz y la Oscuridad, representada por un invierno perpetuo, la magia basada en los objetos personales o que representen a determinadas personas, Herne el Cazador o la aparición de la Cacería Salvaje. Incluso el protagonista es el séptimo hijo de un séptimo hijo, lo que tradicionalmente se le supone algo especial.
El principal fallo que pueda tener el libro es más bien cosa mía, porque no leí el primero, y a diferencia de otros, como los de Narnia, en los que es fácil irse enterando de quien es quien, o cómo son los personajes, hace que me resultara un poco difícil entender algunas situaciones o la intención de la trama principal, que seguramente se estableció en el primer libro. Pese a que la serie tenga varios años, se le intentó dar movimiento, sin mucho éxito, en el 2007, con la película del mismo nombre que, aunque digan que es flojita, a mí me hizo mucha gracia: salía Christopher Eccleston haciendo de Señor de la Oscuridad. Por lo demás, y al margen de mi despiste con el orden de los libros, me ha dejado buen sabor de boca y seguramente siga con los siguientes. En realidad, con el primero, antes de nada.
4 comentarios:
Me resulta realmente curioso que la peli The Dark is Rising a pesar de todo su "biblismo" con lo de buscar siete objetos y tratarse del séptimo hijo del séptimo hijo en España (y ser escrita en los setentBUENO, ESTO YA NO) se tradujera (por lo visto también el libro) como Los Seis Signos de la Luz. ¿A la vista de la lectura tiene sentido o se trata de una cagada legendaria?
Qué razón tienes en que en estos momentos las gracias con los Servicios sociales no hacen nada de gracia. Creo que la autora creía como la mayoría que esa bonanza iba a durar siempre y ahora vemos tristemente que no es así y que acabamos pagando los mismos de siempre. Ay, dejo el temita que me indigna!!
De las tres novelas me quedo con la última, que parece más especial.
Qué lindo el gatico, tan dormidito y adorable. No hay nada que me guste más que un minino durmiendo sobre unos libros.
Besos y buen domingo!
Ana.
A mí me parece más bien una mala decisión, porque es un buen libro, y a la vista de lo que he leído, los siete signos esos están más relacionados con tradiciones (como los cuatro elementos) que con tema bíblico. Ahora, a falta de haberme leído el primero, y perderme bastantes cosas, no puedo opinar mucho más.
La Minomalice: uf, para mí fueron unas 180 páginas de indignación continuada: la protagonista va a un psicólogo que le pagan los servicios sociales, su madre aprende a leer y consigue un mejor trabajo gracias a un proyecto social del ayuntamiento, la asistenta social les consigue vacaciones...Y mientras, la protagonista se queja de que los funcionarios y toda esa gente que trabaja como asistenta social son unos pijos que viven en barrios de gente bien ¿ein? Efectivamente, no me hizo mucha gracia, y así es imposible cogerle simpatía a ningún protagonista. Pero no sigo, que hoy he tenido un buen domingo: desayunar yogur helado y buscar libros en el rastro ¡con que poco se es feliz!
Yogur helado y rastro!! Qué envidia. Últimamente es mi plan favorito: librería Diego Marín y después a hojear los libros comprados mientras me tomo un yogur helado con un montón de fruta y chocolate líquido.
Hoy te odio, mañana se me pasará. Qué mala es la envidia!!
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