No hay peluches, ni puntos rojos que se mueven...normal que se aburra
Llevaba algún tiempo sin subir entradas sobre libros. En realidad no mucho, pero sí bastante para la frecuencia con la que aparecen por aquí. Y además esta vez vienen con una sorpresa: los que he estado leyendo esta temporada son libros muy conocidos y que se han vendido muy bien en los últimos años. Esto, comparado con la cantidad de novelas en inglés, escritores desconocidos por no decir altamente frikis y argumentos marcianos, es una novedad. Ha quedado un poco más corta de lo normal, pero eso es porque en el último libro se me ha ido la mano escribiendo, por lo que a Patrick Rothfuss le toca una entrada para él solito.
Suzanne Collins. En llamas (Los juegos del Hambre 2). Aunque esta saga de literatura juvenil haya tenido bastante éxito, siempre ha contado con dos críticas previas: en un principio, las protestas por su supuesto parecido con Battle Royale, y tras el estreno de la película, las sospechas de que la trilogía iba a ser un nuevo Crepúsculo. Por suerte, ninguna de las dos es cierta, porque, aunque el punto de partida del libro (un juego televisado en el que los concursantes deben matarse entre sí), se ha visto en más obras de ciencia ficción que la dichosa película japonesa, está muy bien llevado y se mezcla con temas reconocibles como los reality shows absurdos, la manipulación de la información o las guerras televisadas. Y respecto a la segunda acusación, todavía menos, ya que esta es una novela de ciencia ficción postapocalíptica en la que, si bien la protagonista va a tener sus dramillas por tal o cual chico (recordemos que el público objetivo es gente de diecisiete años), está más preocupada en salvar a sus seres queridos de una dictadura y, de paso, derrocar a un régimen totalitario que lleva casi 75 años en activo. En Llamas cuenta cómo la protagonista, tras haber superado los primeros juegos, empieza a convertirse en un símbolo de rebelión entre los distintos Distritos, y por cierta triquiñuela (vamos, que al dictador esto de los símbolos libertarios no le hace ni puñetera gracia), debe volver a participar en los Juegos del año siguiente. La novela es más lenta que la anterior, ya que dedica gran parte de los capítulos a describir cómo es la vida de la protagonista tras haber ganado, las revueltas que se producen en los distritos, e incluso la aparición de una Resistencia que, o se pone un poco las pilas, o podría ser la Más Inútil de la Historia, y a los 75 años de antes me remito. En algunos puntos es algo más flojo que el libro anterior, sobre todo por las neuras sentimentales que se empieza a plantear la protagonista, y especialmente, por algunos pasajes un tanto absurdos, como los personajes hartándose de marisco en una playa donde supuestamente están celebrándose unos juegos de supervivencia. Pero por lo demás, me ha dejado con ganas de saber qué pasará en el último libro, y sobre todo, de recomendarla a los lectores más jóvenes.
Matilde Asensi. El último Catón. Es raro que lea novelas españolas, y más de una temática que me interesa tan poco como las investigaciones vaticanas y las reliquias cristianas. Y si le añadimos que la protagonista es una monja, uno de los colectivos que más mal rollo me provocan, después de los médicos, sería un libro que tiene muy pocas posibilidades conmigo…Pero lo más raro ha sido que al final sí las tuvo. El último Catón cuenta cómo tres protagonistas bastante dispares (la susodicha monja, un profesor egipcio y un capitán de la Guardia Suiza) deben investigar el robo de varios maderos de la Vera Cruz, que supuestamente, es cosa de una secta antiquísima que les hace pasar una serie de pruebas basadas en el Purgatorio de la Divina Comedia. Aunque esta línea de argumento esté hoy bastante explotada por el exitazo de Dan Brown, no tiene ni punto de comparación: es infinitamente mejor que cualquier otro thriller. Obviamente, la historia es bastante improbable, pero la autora, además de narrarla bien, se la toma con el punto justo de incredulidad que necesita: la descripción, y la cantidad de aventuras que implican las pruebas que pasan los protagonistas tienen un montón de elementos clásicos: suelos de fuego, mausoleos subterráneos, cámaras secretas, trampas imposibles, y hasta alguna referencia a la Tierra Hueca que imaginaron muchos escritores de aventuras hace años.
De los personajes, quizá un poco estereotipados en algunos casos, y algún detalle a mayores no vendría mal, pero, el caso de la protagonista, mi principal problema, ha sido un éxito: consigue retratar a una persona con una gran formación, que, siendo religiosa, no es exageradamente meapilas ni conflictuada, sino que lleva, al menos hasta el momento de la historia, la vida que ella cree que ha elegido, y esta cambia por más motivos que llevar a cabo una investigación un tanto extraña. Por supuesto, los mayores vapuleos se los lleva la Iglesia, y en menor medida, sus poco recomendables contactos, mafia siciliana incluída.
4 comentarios:
No he leído los juegos del hambre. Por lo que veo, no entiendo como dices que la gente se suba a la parra con lo de que es igual que Crepúsculo. Sus similaridades parecen acabar en que son novelas principalmente dirigidas a adolescentes. Y entre otras cosas está para animar a leer al público en esa franja de edad.
Y bueno, original no es, porque su referente claro es Battle Royale, aunque al final todas sean hijas bastardas del El Señor de Las Moscas. "Homo Adolescenti Homini Lupus Est".
El último Catón no estuvo mal, aun no he empezado con Los Juegos del Hambre.
A mí también me gustó EL ÚLTIMO CATÓN y también me sorprendió, pues no tiene un tema que me atraiga tampoco y en lo de las monjas vuelvo a coincidir contigo. Aunque he de decir en honor a la verdad, que estudié en un colegio de monjas y sí, en efecto, la mayoría son para echar a correr, pero tuve la suerte de conocer a una que era absolutamente diferente y maravillosa. Siempre la recordaré con gran emoción... Lo mismo que a las otras, pero con gran aversión!! Volviendo a los libros, lo cierto es que no sé qué ocurrió con Dan Brown, pues hay infinidad de novelas mejores que la suya, esta misma de Matilde Asensi, y que pasaron sin pena ni gloria o por lo menos con menos alboroto. Me leí la que todos sabemos y jamás volveré a abrir ninguna otra. Me daba mucha rabia que de pronto personas que jamás leían te defendían el libro como si fuera la octava maravilla. Increíble!!!
El gatico de esta entrada está para ir a molestarlo un poquito!! Qué adorable. Mi gato me encanta cuando está dormido dormido y te acercas a tocarlo. Te dedica un maullido apenas audible muy lastimero y que lleva un mensaje implícito: "Cuando me espabile ya me vengaré" jajajaj. Qué lindezas. Sé que mi cursilería no pega mucho en este blog, pero, hija, yo soy así y me encanta venir por aquí. Vas a tener que sufrirme un poquito!!
Me ha gustado mucho tu entrada literaria! Cuando leí esta novela estaba en un momento muy lindo y me lo has recordado. Claro, que también me has recordado a las monjas y eso ya no me ha gustado tanto.
Besos!
Ana.
Ex Nihilo: la comparación con Crepúsculo a la que me refería viene sobre todo por las películas, porque la gente, en cuanto ha visto a un par de personajes del reparto, empezó a pensar que el tema de esta sería un "Team Fulanito/Menganito" como en la otra..Por lo demás, nada que ver (aunque también me fastidia un montón que vengan a decir "eeh, es que ese argumento se parece un montón a Battle Royale y..."Será que tengo el día fastidiado). Del resto, además de promover un poco la lectura entre la chavalada, no está mal escrito y hasta tiene temas bastante interesantes.
El Señor de las moscas...qué olvidado está hoy y qué mal rollo daba ese libro.
Satrian: Los Juegos del Hambre, incluye Sello de Garantía Barrilete Cósmico ¡Puedes empezarlo!
La Minomalice: Precisamente El último Catón me daba cosa por el sambenito de "uuy, esto va a ser un Código Da Vinci español" (libro que, hasta que lo batió la trilogía Millenium, no entiendo como pudo tener tanto revuelo), pero me sorprendió tanto por los personajes como por el argumento, que equilibra muy bien entre aventuras realistas y cosas algo más fantásticas.
Aunque yo también estudié los últimos años en un centro religioso, no llegué a tratar tanto con las monjas como otros alumnos, al ser los cursos superiores los daba otro profesorado. Pero de las pocas veces, bueno, no estaba muy de acuerdo con sus forma de ver las cosas, más preocupadas porque las presentaciones de los trabajos salieran "bonitas", una fijación por la puntualidad un poco amenazante y...leñe, que pelín clasistas también eran.
Mi gata también maulla con penita cuando voy a incordiarla mientras duerme, aunque ha descubierto una nueva forma de vengarse: sentarse en los folios que estoy utilizando y quedarseme mirando fijamente ¡Este bicho empieza a ser más rara que la dueña!
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