Mientras me disponía a escribir un comentario la mar de ingenioso y jacarandero, sufrí una revelación. No, de momento no he descubierto un nuevo sentido de la vida (que para quien no lo sepa, es 42), ni voy a fundar una religión ni nada de nada. Precisamente pensaba en escribir que en las series que veo no hay absolutamente nadie que haya vuelto de la muerte...¡falso! Precisamente en uno de estos escasos momentos de lucidez que me asaltan, recordé unos cuantos ejemplos.
Pensemos, en primer caso, en Dead Like Me, genial serie adelantada a su tiempo en la que precisamente TODOS los protagonistas están más muertos que la economía haitiana. De hecho, la protagonista principal comienza su nueva vida como reaper, o recolectora de almas, tras fallecer en un accidente cósmico y un tanto estúpido (y si alguien se pregunta cual es..que deje de perder el tiempo en internet y que vea la serie). Ella y sus compañeros son muertos en vida, no envejecen y parecen no dejar el mundo hasta que se encuentren preparados, posiblemente, desarrollar la vida que les correspondería o redimirse, como vemos a lo largo de la serie. La mayor particularidad de su estado es que la apariencia con la que se presentan al mundo es bastante distinta a la que tenían...la teoría que mantienen ellos es que es su aspecto dentro de unos cuantos años de haber llegado a vivirlos.
La serie, además del nuevo trabajo de Georgia como Parca, se basa en cómo se abre camino por la no-vida, sus dificultades a la hora de tener que abandonar a su familia que la cree muerta del todo y las relaciones que establece con sus compañeros de trabajo o clientes. Todo ello aderezado con reflexiones acerca de la vida, cómo aprovecharla..y especialmente unas cuantas coñas a costa de la obsesión tanatocéntrica de los góticos.
El segundo ejemplo sería Buffy, que Hewlatustra ya ha tratado antes con tino. Una de las ventajas de haber finiquitado a la protagonista principal al final de la temporada es que Whedon puede continuar el desarrollo de los personajes sin el liderazgo de Buffy, y especialmente, el plantearse toda la idea de la serie como la fantasía de una Buffy esquizofrénica, encerrada en el siquiátrico de una realidad alternativa...o más real que la serie.
Y para que no falten las series inglesas, está Robin of Sherwood, primer caso que recuerde de resurrección televisiva (el doctor Who no entra, que no se muere, se regenera). Debido a la marcha de Michael Praed, Robin in the Hood, no quedaba más remedio que matar al personaje, no sin dejar una posibilidad del regreso o resurrección de este, en este caso, como la herencia de una figura arquetípica llamada para proteger a los débiles en tiempos de necesidad. Por tanto, al final de la segunda temporada, nos encontramos con la muerte del primer Robin y la aparición de Robert de Huntington, quien responde a esa llamada y permite al guionista estudiar la segunda posibilidad acerca del origen de Robin: un noble sajón.
Y ya está...sí, se que ha quedado un poco escaso, pero, eh, que conste que me he dejado fuera a todos los zombies de Dead Set
The Seeding (2024)
Hace 4 horas
2 comentarios:
Eres una copionas
Aunque lo de Robin Hood es curioso, no vi la serie, pero me da la impresion de que debio de quedar un poco raro... todos los personajes están girando alrededor del Robin 1, y de repente pasan todos a girar alrededor del Robin 2?
Sí, de hecho atropellan mucho el entusiasmo con que todo quisque acepta a ese nuevo Robin (eh, lo ha envidado Herne the Hunter, eso es sinónimo de confianza), pero por el resto, bien.
Publicar un comentario