Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

jueves, 30 de septiembre de 2021

Book tag literario. No se habían extinguido en 2010.

 

Hacía un montón de tiempo que no veía un cuestionario de estos por ahí. Tanto, que pensé que se habían declarado extintos con el progresivo desuso de los blogs. Parece que no, y con este queda inaugurado el primer meme de la década. 

  1. ¿Cuántos libros son demasiados libros en una saga?

Depende de lo que se quiera contar y cómo se planteen. He sido capaz de leerme más de 20 novelitas de Harry Dickson (y continúo. Jean Ray escribía mucho), mientras que cosas como Anita Blake, Nightside e incluso los últimos tomos de Canción de Hielo y fuego han perdido el Norte.

  1. ¿Qué te parecen los cliffhangers?

Que mientras pueda saber qué pasa después, no tengo ningún problema con ellos. Como lectora y espectadora de la época pre internet me he quedado con demasiadas historias in media res.

  1. ¿Tapa dura o tapa blanda?

Solo dos palabras: Valdemar Gótica y Alianza Editorial. Ahora, infierno y condenación enternos para esas horribles ediciones en rústica que pretenden hacerse pasar por tapas duras. Y que las cobran a ese precio.

4) ¿Libro favorito?

Esto es como preguntarle a un niño si quiere mas a papá o a mamá...Lo son, en cada momento, Los mitos de Cthulhu, Portadora de tormentas, Titus Groan, La fábrica de pesadillas, La conjura de los necios, Las cosas que perdimos en el fuego o Lemuria.


5) ¿Libro menos favorito?

Los archivos de la atrocidad de Charles Stross. La mezcla entre amenazas sobrenaturales y chistes de funcionarios tenía todo para gustarme, pero no puedo con el protagonista.


6) Triángulos amorosos, ¿sí o no?
Debe ser por leer más género fantástico que otra cosa ,pero eso ha sonado a anime de instituto.


7) ¿El último libro que no pudiste terminar?

El cabo atrapado, de Jacques Perret. Lo terminé por cabezonería, pero me supuso mucho esfuerzo.


8) ¿Un libro que estés leyendo actualmente?

El jardín de Suldrun de Jack Vance.


9) ¿El último libro que le recomendaste a alguien?

Paperbacks from Hell, de Grady Hendrix, hasta el punto de regalarlo. Pero un ensayo repasando las portadas de la literatura de terror desde los 70 hasta los noventa debería ser lectura obligatoria. .

  1. ¿El libro más antiguo que has leído? (Publicado)

La muerte de Arturo, de Thomas Mallory.


11) ¿El libro más nuevo que has leído? (Publicado)

Meddling Kids de Edgar Cantero



12) ¿Autor favorito?

Y otra vez con “a quien quieres más”. En cada momento, Lovecraft, G. K. Chesterton ,Jean Ray, Thomas Ligotti o Laird Barron.


13) ¿Comprar libros o prestar libros?

Comprarlos por desgracia. Aunque después no tengo reparos en ir por ahí regalando varios cada vez que tengo que mudarme.


14) Un libro que no te gusta y que todo el mundo ama.

Me viene a la cabeza la trilogía Millenium, de Stieg Larsson. Parecía que todo el mundo había perdido la cabeza con Lisbeth Salander cuando me parece uno de los personajes menos creibles de la novela policiaca.


15) ¿Marca páginas/separadores o doblar las esquinas?

Marcapáginas, con especial mención a las aplicaciones prácticas de los billetes de metro.


16) Un libro que siempre releeré.

Las aventuras de Harry Dickson se han acabado convirtiendo en mi zona de confort.


17) ¿Puedes escuchar música mientras lees?

Sí, si no tiene letra. En cambio, la tele o los ruidos de fondo no me molestan.


18) Un punto de vista o varios puntos de vista.

Si se usa correctamente dentro de la narración, no me importa.


19) ¿Lees un libro de una sentada o en varios días?

Depende de su longitud y densidad de la narración. A Terry Pratchett soy capaz de despacharlo en una tarde.


20) ¿A quién etiquetas?

Etiquétese libremente y por su propia voluntad.



jueves, 23 de septiembre de 2021

Maligno (2.021). El lado oscuro

 


James Wan es el responsable de las sagas de terror más conocidas de la última década. Tras la franquicia interminable de Saw, la serie y precuelas de Insidious, la trilogía y spin offs de Expediente Warren suponía en palabas de su director, su retirada del género..pero parece que es difícil alejarse de lo que a uno le gusta, porque ha decidido regresar con una historia distinta, donde su intención parecía ser ofrecer algo alejado de lo anterior y seguramente, visitar todos aquellos elementos cinematográficos que lo fascinaron. 


Maligno es una de las formas de describir a la criatura que acecha a Madison. Gabriel, como ella lo llamaba en su niñez, o el demonio, como ella lo definía, parece haber regresado añs después de que lo hubiera olvidado. Después de una violenta pelea doméstica, una silueta se presenta en su casa, asesinando a su marido y desapareciendo sin dejar rastro. A partir de entonces, una serie de asesinatos, de los que ella se convierte en testigo involuntario, empiezan a sucederse. Sslvo que estos tienen lugar a kilómetros de donde se encuentra, y puede verlos a través de los ojos de su asesino. Solo ella, a través de lo que ha visto, y su hermana, a partir de la información que consigue acerca de su pasado, parecen ser las únicas capaces de ayudar a unos policías cada vez más perplejos ante lo sucedido, y cuyas sospechas empiezan a recaer sobre Madison.


A la película se la calificó enseguida de giallo, o como un homenaje a este género, dado que compartía una gran cantidad de elementos  inspirados directamente en las producciones más llamativas de Argento o Brian de Palma, pero especialmente  en el primero.  La premisa, retorcida y un tanto irreal, cuenta con una serie de asesinatos violentos perpretados por una figura de aspecto pesadillesco y una leve presencia de lo sobrenatural que puede, o no, ser útil para la resolución de la trama. Pero sobre todo, la estética, que opta por moverse dentro de una escala de tonos grises y negros, de escenarios donde no faltan los caserones absurdamente góticos o los hospitales abandonados. . Que mantiene un aspecto anacrónico, de vestuarios que procuran sugerir algún momento indeterminado de finales de los 70, donde la presencia de la tecnología se reduce al mínimo en favor de elementos analógicos y se apoya en una banda sonora que no esconde la exageración de acordes electrónicos para acompañar esos planos de mansiones improbables, de ruinas  y de hospitales en medio de la nada. Todos ellos extraños, casi fuera de lugar en este siglo pero que parecen querer acercarse a un tipo de cine donde lo importante no es la coherencia, sino la atmósfera. 




Una estética que, al igual que Insidious, si consigue desarrollar, hacer que al menos sea algo distinto de lo que se ha visto desde hace tiempo. Pero a la que no la acompaña un guion que queda lejos de las producciones que quería tomar de referencia. Los saltos de conclusión rápidos, los diálogos donde todo el mundo acepta lo ilógico como algo viable, están ahí, pero le falta la capacidad del giallo para hacer que el público se lo crea. Porque, pese a lo retorcido, es fácil, en muy poco tiempo, saber lo que sucede con la protagonista y el enigma de Gabriel, donde los indicios apunta demasiado rápido al giro final y donde se marcan demasiado las incoherencias más evidentes (¿en serio a nadie en un hospital se le ocurre revisar bien a alguien que ha sufrido un traumatismo craneal?). Y donde, en favor del espectáculo, olvida lo que mejor funcionaba en una serie B, que era aquello que no podía verse: lo extraño de las primeras apariciones d ela criatura, envuelta en un abrigo negro y con sus movimientos sobrenaturales, a paso a una secuencia de acción donde esta y sus desplazamientos artríticos despachan velozmente a una comisaría, en una secuencia más propia del cine de acción que del terror y donde toda posibilidad de creerérselo acaba desapareciendo. 

Pese a anunciarla como la nueva película del autor de Insidious y de insistir en sus referencias, Maligno parece una decepción. Un salto hacia atrás, más cerca de Dead Silence  (aunque a pesar de considerarse de las más flojas, la cantidad de muñecos de ventrilocuo y de caserones en la niebla, es un plus), que de sus películas más pulidas. Pese a no parecer el nuevo Expediente Warren que todos esperaban, puede reconocersele el haber querido regresar a todo aquello que a Wan le fascinaba. Y al menos, no es la enésima aparición de Anabelle mirando mal desde una esquina. 

jueves, 16 de septiembre de 2021

Dagon: la secta del mar (2001). Algo huele a (pescado) podrido en Imboca

 


De H. P. Lovecraft en el cine puede decirse dos cosas: que las mejores adaptaciones son las que se han hecho de manera tangencial, tomando como referencia su concepto del horror cósmico, y que las más literales acaban resultando un poco irregulares, aunque no les falten ganas y vocación. Bueno, y que los escenarios de H. P. L. no están reñidos con una buena cantidad de casquería. Sucedió con Herbert West, reanimador, que lo reflejaba de una manera bestia, enloquecida y tremendamente divertida, de la mano de Stuart Gordon en 1985, y en 2001 volvió, pero esta vez a las costas del Norte de España, como parte  de las películas que se produjeron por la Fantastic Factory. 


Dagon es la versión cinematográfica de La sombra sobre Innsmouth, donde cambian al primigenio original por la criatura menor del mismo autor (hay que tener en cuenta que si en 2021 tenemos problemas para pronunciar Cthulhu, hace 20 años ni lo imagino). Salvo que el siniestro pueblo costero de Nueva Inglaterra ha sido trasladado a Galicia, siendo el puerto de Imboca donde Paul, su prometida y una pareja de amigos pasan sus vacaciones. Una violenta tormenta daña al barco donde se encontraban, obligando a Paul y Barbara a buscar ayuda en el pueblo. Aunque lo que encuentran es un lugar hostil, encharcado en una persistente lluvia, y donde los lugareños parecen esconder algo. Cuando Barbara desaparece misteriosamente, Paul acaba a merced de unos seres cuyo aspecto vagamente humano es solo una fachada, donde cualquier ser humano desaparece para no volver a ser visto y donde Paul teme seguir el mismo destino. Aunque Uxia, una joven del pueblo que intenta protegerlo del resto, está seguro que su llegada responde a un motivo distinto. 




La película tiene un profundo tono de serie B, en la que conviven los efectos especiales artesanos, caracterizando a las criaturas híbridas  de forma grotesca y con una textura orgánica, con varios CGI que han envejecido rematadamente mal. Al igual que su tono, donde prima el horror más directo frente a la atmósfera velada del relato: al protagonista, al contrario que su contrapartida literaria, empiezan a perseguirlo nada mas bajarse de un bote y no paran hasta los créditos, mostrando Imboca de una forma más gráfica  que lo que sugería Innsmouth.  


Los escenarios de Combarro, el pueblo de Pontevedra donde se rodó, muestra un aspecto más antiguo, anclado en el pasado, que las referencias al esplendor pesquero e industrial y a la refinería de los Marsh que se describió hace cien años. Una elección geográfica que también sirve para ofrecer particularidades en su versión original, donde los protagonistas hablan inglés, chapurrean castellano, y los habitantes de Imboca se comunican (y juran como carreteros) en gallego. 





Aunque el entorno y  la mayoría de los efectos especiales ofrecieran una atmósfera inquietante y opresiva, que fue sin duda lo más acertado, y el optar por la aproximación más dinámica de la historia, el desarrollo hacia el final acaba resultando torpe y parece separarse demasiado del entorno construido hasta el momento: simplemente, no hay medios ni quizá una idea clara para representar la ceremonia final con la que culminaría la narración, y la caracterización de las criaturas, utilizando pieles humanas a modo de traje ritual ,parece fuera de lugar, más cerca de La matanza de Texas que de una raza de seres marinos (de la peineta y la mantilla morada que porta Macarena Gomez en el papel de Uxia no voy a decir nada dado mi desconocimiento de los trajes regionales de los Profundos). Junto a una interpretación de Raquel Meroño tirando a floja, y la presencia de un Paco rabal un tanto despistado, que recuerda al truco de contratar un actor  a punto de retirarse para dar empaque a una producción menor, hace que lo que podía resultar una producción eficiente dentro de sus limitaciones, ponga de manifiesto sus defectos. 

Dagon es una película que no engaña: no es la mejor serie B que podría haberse conseguido pero si una producción modesta y a la que tengo especial cariño, por la ilusión que me hizo en su día poder ver, en el cine, nada menos que un relato de Lovecraft adaptado directamente, y ambientado en Galicia, nada menos. Lástima que  la carrera de la Fantastic Factory no siguiera mucho más, porque me hubiera gustado ver otra adaptación de los Mitos de Cthulhu por qué no, por tierras orensanas. Incluso no hubiera estado mal ver algún cartel anunciando El horror de Punxin. 





miércoles, 8 de septiembre de 2021

Meddling Kids (Edgar Cantero). Y hubiera podido desatar el horror primigenio de no ser por esos chicos entrometidos y su perro


 

La nostalgia ha acabado por convertirse en un género de pleno derecho, en el que recrear los 80 y los 90 no es un recurso sino un escenario al que volver una y ora vez. aunque en lo audiovisual se a habitual encontrarse  niños en bici, tecnología analógica, camisas de cuadros y música de los 90, en la literatura no constituía un recurso tan vistoso...al menos, hasta que un escritor barcelonés y afincando en EEUU se le ocurrió preguntarse: ¿qué hubiera pasado si Los Cinco, los Tres Investigadores o a la pandilla de Scooby Doo, se hubieran encontrado con un monstruo real? Uno que hubiera podido salir de las páginas de H. P. Lovecraft...


Han pasado 13 años desde que el Club de Detectives de Verano de Blyton Hills  resolviera con éxito su último caso. El monstruo del lago Sleepy no era otro que un delincuente disfrazado que se hubiera hecho con todo el oro de la antigua mina, de no ser por esos chicos entrometidos y su perro. Pero algo más sucedió aquella noche durante la que estos investigaban lo que sucedía en la mansión De Boer, que afectaría al resto de sus vidas. Kerry, que ha adoptado al descendiente del perro que los acompañaba, ha desperdiciado su carrera como bióloga para trabajar de camarera el tiempo que se mantiene sobria. Nate está encerrado voluntariamente en el manicomio Arkham y se mantiene en contacto con Peter, que triunfó como actor y el haber fallecido no impide que se aparezca a su amigo en los momentos más inoportunos. Andy, tras ser expulsada del ejército y buscada en varios estados, está decidida a reunir al club, regresar al lado y terminar lo que empezó aquella noche...aunque ninguno recuerde qué es lo que sucedió exactamente. 


A menudo se resume la novela de Cantero como Scooby Doo se encuentra con los Mitos de Cthulhu. Que no resulta negativa dado que su intención parece ser la de homenajear a ambos, aunque sí escasa, porque en realidad está llena de referencias a la literatura juvenil, siendo los Cinco la más cercana hasta al punto que la localidad de sus aventuras se llama, adecuadamente, Blyton Hills. Al igual que el componente terrorífico de la trama, donde las referencias lovecraftianas se usan con habilidad integrando la mitología de El ser en el umbral y El caso de Charles Dexter Ward en un marco temporal que resulta ya tan lejano como los ochenta: un 1990 tirando a desencantado, donde el regreso a Blyton hills de la infancia devuelve un pueblo vaciado por la crisis y el fracaso de los negocios locales, donde la referencia de pasada a la Generación X y sus problemas recuerda mucho a las críticas que se escuchan hoy a la de los millenials, y donde cuestiones como el género y la identidad se reflejan de la forma adecuada:  la percepción de estos no es la existente en 2020, sino la que los personajes tendrían a principios de los 90. 


La novela  podría considerarse corta para las longitudes que se manejan habitualmente. adecuada para una historia tan deudora d ela nostalgia, lo referencial, y un ritmo de road movie donde los viajes y el reencuentro tienen un papel muy importante. Esta alterna la narración  entre los puntos de vista de los protagonistas (incluso de Tim el perro, y su pingüino de plástico), y que en determinados momentos varía de forma un tanto extraña al formato de guion, donde los diálogos son sustituidos por bloques con el nombre de cada personaje que habla. Y que, además de resultar chocante, no tengo claro que es lo que aporta el cambio de formato frente a la narración en tercera persona. El conjunto, sin florituras y con un ritmo  rápido para una trama sobre viajes, encuentros y vuelta a lugares de la infancia, se vuelve vertiginoso en sus últimos capítulos, donde las persecuciones monstruosas no desentonarían en una serie B de Carpenter, o incluso, en una partida del Mansiones de la Locura, y donde reproduce una vez más la figura del villano desenmascarado, con un antagonista desquiciado e inesperadamente divertido al que lo mueve el aburrimiento centenario y ganas de fastidiar al personal...hasta el punto que a veces hubiera gustado que su presencia durara un poco más en lugar de algunos momentos de angustia juvenil. 

efectivamente, Meddling Kids responde a a esa extraña pregunta de qué hubiera pasado si Los Cinco se enfrentaran a un horror lovecraftiano, pero también construye toda una aventura deudora de los mitos de Cthulhu, más alejada del horror cósmico y cercana a su vertiente lúdica, la de matar oleadas de monstruos con una escopeta y la de huidas apresuradas, pero donde también hay espacio para hacer una versión muy curiosa del paso de la infancia a la madurez, de un arquetipo que ha acompañado a los lectores durante años. 

jueves, 2 de septiembre de 2021

La casa de las sombras del pasdo (1983). Con un reparto así, el argumento no importa

 


Después de haber crecido con el ciclo Poe de Corman, los pases de la Hammer en tv2 (incluso las peores de Dracula) y más de una antología de relatos de la Amicus, he acabado acostumbrada a que, si en una película sale Vincent Price, me quedo a verla. Si sale Peter Cushing, también. Y hasta de Christopher Lee, que no solo consiguió ser el ultimo de su quinta sino llegar a participar en un par de trilogías del siglo XXI. Y cuando esta consigue juntar no solo a estos tres, sino también a John Carradine, en un solo escenario, ya puede ser mala que de delante de la pantalla no me van a mover...Aunque la productora que consiguió el logro fuera una tan ligada a las series B y a las cintas hechas como churros como la Golan-Globus. 


Cuando Kenneth McGee, un escritor, apuesta con su editor que es capaz de escribir una novela en una sola noche, no sospechaba que la mansión en la que se refugió para llevar a cabo la apuesta iba a ser el centro de reunión de sus propietarios: los Grisbane, una antigua familia que oculta un secreto durante años, regresa a su hogar donde hace varias décadas Roderick, el hermano menor, fue encerrado por haber cometido un crimen que acabaría con la reputación de su linaje. El comportamiento de estos es tan extraño como el momento en el que deciden que es el momento de liberar a Roderick de su prisión: la misma noche en la que el desconcertado escritor, una secretaria, el comprador de los terrenos y dos turistas despistados, acaban en el mismo lugar. Salvo que el último de los Grisbane ha escapado hace tiempo, y también ha elegido esa misma noche para vengarse. 



El guion intenta imitar el tipo de terror gótico que haría pensar en la Hammer y donde la atmósfera primaba sobre la coherencia y la trama, siendo capaces de funcionar a base de imaginación y talento. No puede decirse que sea el caso, porque si bien la historia aprovecha el cliché del espacio cerrado para poder reducir el número de escenarios, esta carece de la atmósfera tétrica que podría haber hecho funcionar una trama tan improbable: el entorno parece teatral, pero muy limpio pese a la cantidad de telarañas de atrezzo que han dejado por ahí, y no es hasta que hacen su aparición las cuatro estrellas principales hasta que este empieza a despegar. 

Es imposible hablar de la pelicula sin mencionar el trabajo de sus actores. Esta consigue poner en el mismo escenario a caras del cine de terror de los 60 (y de los 50, de los setenta, y de lo que hiciera falta), añadiendo al dúo habitual de Peter Cushing y Christopher Lee, Vincent Price y John Carradine. Actores de carácter, recordados entonces por su época dorada y que pese a su condición de todo terreno, eran capaces de interpretar un papel de manera profesional independientemente de los medios y la intención de la cinta. Este casi es el único modo en el que consigue sostenerse la parte central de la trama, donde los personajes principales declaman el drama familiar que les afecta y se mueven por un caserón lleno de trampas donde casi se recuerdan más los fotogramas que comparten juntos que el desenlace y los giros de guión. 



Este, y su ejecución, se mantiene entre lo correcto y lo simple. Queda muy lejos de lo que seguramente quería emular, que era la época de las series B capaces de recrear una atmósfera gótica, e intenta centrarse en los giros de guion mediante los que intenta sostener la trama: esta es absurda, pero no pasa nada, era todo una broma teatral. Que también está muy pillado por los pelos, pero en realidad es todo parte de una historia inventada. Y si da tiempo, jugamos un poco con la frontera entre la realidad y la ficción. Una serie de recursos que resultan en una historia poco memorable, pero que en su gran parte se desarrolla de forma adecuada y sin que la limitación de medios la convierta en algo demasiado flojo. 

La casa de las sombras del pasado es un título que hoy se conserva bien gracias a contar en su reparto con tres grandes (sin desmerecer a Carradine, pero por los primeros reconozco tener un cariño especial) que, por desgracia, y porque el tiempo pasa para todos, cada día quedan un poquito más lejos. 

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