El Doctor Who ha empezado con un episodio doble que incluye un poco de todo: viajes temporales, alienígenas de aspecto inquietante, y bastantes pistas para los siguientes episodios. Este es un repaso a lo mejor y lo peor de The Impossible Astronaut y Day of the Moon:
Los arcos narrativos. Desde el 2005, el Doctor Who se ha caracterizado por una frase recurrente que avisa de un suceso importante, que servirá como final de temporada. Esta vez han ido un paso más allá, y la temporada anterior muchos de los personajes le anunciaron al doctor que “Silence will fall”, situación que abre esta temporada y que sirve, a la vez, para dar paso a un arco argumental mucho más amplio y ambicioso, que implica el propio futuro de una de sus acompañantes.
Los arcos narrativos. Desde el 2005, el Doctor Who se ha caracterizado por una frase recurrente que avisa de un suceso importante, que servirá como final de temporada. Esta vez han ido un paso más allá, y la temporada anterior muchos de los personajes le anunciaron al doctor que “Silence will fall”, situación que abre esta temporada y que sirve, a la vez, para dar paso a un arco argumental mucho más amplio y ambicioso, que implica el propio futuro de una de sus acompañantes.
¡¡AAAgh!! Esa corbata es aterradora
Los Silence. Si los Weeping Angels le habían valido un premio a Steve Moffat, estos alienígenas encorbatados y cabezones también se las traen: sin que el Doctor lo supiera hasta ahora, esta raza ha estado detrás de los humanos desde los inicios, escondiéndose de ellos mediante órdenes posthipnóticas. En palabras del doctor, “no se trata de combatir una invasión, sino de llevar a cabo una revolución”. Y es precisamente el poder de dominar la mente lo que supondrá la perdición de esta especie.
Los cruces temporales. Junto con dar miedo, es otro de los temas favoritos de Steve Moffat. Y en estos dos episodios los ha habido a base de bien. Siendo una serie sobre , viajes en el tiempo, él ha sido el guionista que retuerce las posibilidades de este concepto al máximo, tendencia que empezó ya con la primera temporada de Matt Smith. En este caso, ha ido un paso más adelante, jugando con la propia muerte del Doctor, las huídas de River Song aprovechando las apariciones de la Tardis, y esa niña que parece estar relacionada con Amy Pond.
Las paradojas (otra vez). Russell T. Davies nos acostumbró a que el más mínimo detalle argumental tuviera su conclusión, cosa que Steve Moffat no sigue a rajatabla. Entre sus vicios, se cuentan la preferencia por un montaje mucho más rápido, los golpes de efecto (que esta vez implicaron varios muertos. O no) que dan paso a una situación explicable, y a saltarase explicaciones que, si a veces acelera la narración, otras dejan un montón de dudas que pueden no ser resueltas.
La caracterización. Aunque no me hacía mucha gracia esta ambientación en Estados Unidos (y el hecho que su emisión por BBC America incluyera la voz en off de Karen Gillian poniendo sobre antecedentes al público. Viva la ampliación de audiencia), el tema de la carrera espacial sirvió para incluir algún que otro elemento siniestro, como el traje espacial y la niña misteriosa, las apariciones de Richard Nixon no son muy allá. El tema de los personajes famosos funciona más o menos bien cuando tienen sus siglos encima, como fue el caso de Charles Dickens en 2005, pero tanto este Nixon como el Winston Churchill de la temporada anterior no han quedado gran cosa.
Tras el mareo inicial, el próximo episodio promete una historia bastante más llevadera y con más componentes de aventuras sin complicaciones: barcos, piratas, fantasmas y alguna sorpresa. Todo mejora con piratas.
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