Sin el blanco y negro, y con un gato rollizo, los hospitales dan muy poco mal rollo
Hacía tiempo que no dedicaba una entrada a La película del sábado, esa sección en la que principalmente, me dedico a lo que implica su título. También suele incluir la ingesta de algún aperitivo, o una gata echándose la siesta al lado, pero si le dedicara una entrada a una taza de té y galletas, sería demasiado aburrido. O muy británico (de los gatos ya no digo nada. El blog les pertenece).
Los diseñadores del Tren de la Bruja se han encargado de este poster
Esta vez le tocó a Dark Floors, una película que encontré en una página de cine hecho en Europa, y que pese a lo simplote de su argumento, me la apunté para ver a ratos muertos. Su premisa consiste en un grupo de personajes bastante típico (niña autista, papá preocupado, policía, enfermera, vagabundo y señor borde) que, tras un corte de luz que los sorprende en el ascensor de un hospital, salen a una planta completamente vacía, en la que empiezan a producirse alteraciones temporales y algo comienza a perseguirlos. La clave para salir de ese lugar parece ser la niña autista...y con esto viene a quedar claro que la historia no descubre la pólvora, pero funciona por el mismo principio por el que lo hacen cosas como Silent Hill y un montón de películas de serie B: los limbos inquietantes molan. Y los hospitales siniestros, también. Por tanto, si juntamos los dos, tenemos entretenimiento geek asegurado.
La sorpresa llegó cuando el nombre del archivo venía como "The Lordi Motion Picture" ¿La película de Lordi? ¿Pero esos no eran los monstruos finlandeses que ganaron Eurovisión hace cinco años? Ahí me empezó a echar para atrás, porque si bien tuvieron gracia en su momento, cualquier película patrocinada/protagonizada por músicos ya no me convence tanto, y menos si es una de terror...Es como si hicieran una del estilo, protagonizada por Héroes del Silencio.
Como era bastante corta, y la actuación en su momento me había gustado, decidí darle una oportunidad. Y como suele pasar cuando ya no se confía demasiado en una producción, el disgusto no suele ser tan grande: como me había esperado, la caracterización de los personajes es muy tópica, porque en estas películas donde hay un grupo encerrado, siempre va a haber un valiente, un insoportable, un abnegado, y si hay un autista de por medio, va a tener poderes, o ser un fenómeno matemático. Además, en estos casos en los que una historia se sustenta en una situación extraña, la explicación a lo que sucede suele ser bastante cutre, si es que la dan. Y en este caso, ni se molestan: Tenemos un hospital vacío, gente escapando como alma que lleva el diablo..¡al cuerno con la coherencia! Y lo de la coherencia, nunca mejor indicado, porque además de no saber a santo de qué los personajes se ven en esa situación, la aparición de los monstruos (en este caso, los miembros del grupo), ni tiene mucho sentido, ni es acorde con la ambientación. Cuando aparecen, los protagonistas tienen que escapar de una fantasma que grita, un bicho con los dientes grandes, una momia, otro que no sé lo que és, y hasta de otro que tampoco sé muy bien a qué especie monstruosa pertenece, pero es el cantante de la banda y hace de señor de las tinieblas o algo por el estilo.
¡¡Rápido!! ¿¡Alguien tiene una Espada de Luz +2 para acabar con él!?
En conjunto, no deja de ser el equivalente terrorífico a un telefilme de tarde, al que no se le puede pedir más que lo que hay y que, después de haber visto tantas películas europeas en las que intentan parecer más internacionales, cuando no estadounidenses de cara al mercado, el que utilizaran actores extranjeros y se rodara en inglés, me acaba resultando entrañable y todo.
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