Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

miércoles, 22 de diciembre de 2010

Cazadores de sombras. El entretenimiento vergonzoso de la semana.



Por una vez, deberíamos hacerle caso al gatico.

Hay una parte dentro de la literatura juvenil que suele tener mucho peligro: desde que apareció Crepúsculo, esto del romance paranormal empezó a convertirse la norma en cualquier libro que incluyera vampiros, hombres lobo y zomb..no, bueno, estos últimos, por suerte, no. Al finalizar la saga del vampiro más repunante de toda la historia, y visto su éxito, las editoriales se dedicaron a la caza y captura de cualquier novela juvenil que tuviera un mínimo parecido con el éxito del año. De este modo, se llegaron a recuperar cosas bastante antiguas, como el Vampire diaries de L. J. Smith, muy del estilo, y visto el interés por lo fantástico y los dramas adolescentes, se publicó una serie llamada Cazadores de Sombras.

Los libros en cuestión son una trilogía, como debe ser en estos casos, en los que se cuentan las aventuras de un grupo de gente con sangre angélica (los nephilim) que protegen el mundo de los demonios. Y, aunque los humanos corrientes no pueden verlos, también hay todo un catálogo de seres fantásticos con los que mantienen una tregua. La protagonista descubre que desciende de uno de estos cazadores, y que para variar, debe encontrar a sus padres.



El argumento es como el algodón: no engaña. Y esto es una de las cosas más topicazas que he visto en los últimos tiempos: el argumento está sacado un poco de Buffy y de varios cientos de novelas fantásticas anteriores. También hay un Instituto, Organización o lo que sea, que dispone de alojamiento y tecnología rara para liquidar demonios. Y una patria para los cazadores que está oculta al público. En resumen, lo que se ha leído ya en Harry Potter o cualquier novela de fantasía urbana, con mayor o menor fortuna, pero adaptado para chavales de quince años.

Lo peor en este caso es el componente adolescente, algo que hace que el libro me parezca muy poco exportable a públicos un poco más talluditos: las neuras y problemas son los típicos de este tipo de lectura: la protagonista es una chica monísima no consciente de su belleza. Por otro lado, tiene un amigo pagafantas (personajes odiosos donde los haya ¿cómo se puede tener simpatía por alguien con esa afición por arrastrarse?), perdidamente enamorado de ella, del que pasa ampliamente en favor de fijarse en todo chico misterioso que se manifieste ante sus narices. Está también la chica de buena familia, fría y altiva, pero de buen corazón en el fondo. Tampoco podía faltar el Han Solo de la historia, el jovencito cínico, un poco irritable, pero con un terrible pasado a sus espaldas. Y por supuesto, dramas familiares: grandes revelaciones del estilo "Yo soy tu padre", hermanos perdidos, madres desaparecidas...Lo mismo que salió antes en cualquier novela fantástica.



A un lado, fan art de la protagonista. A otro, la autora

Dentro de este catálogo de topicazos, ha sido especialmente divertido descubrir el elemento compensatorio en el personaje protagonista: una chavalita pelirroja, que durante todo el libro se la describe como "menuda", "mona", y se hace hincapié a menudo en su figura un tanto esbelta, llegando a mencionarse varias veces "sus delgadas piernas". Sin embargo, también indica más de una vez que la nena come como una lima. El que sea una forma de cubrirse las espaldas ante las asociaciones de padres preocupados, o también forme parte de ese tipo de personajes idealizados, queda en el misterio.

No todo es malo..o, bueno, sí lo es, pero hay que tener en cuenta que no se puede pedir peras al olmo. Y si se tiene en cuenta el tipo de narrativa que es, tampoco resulta de las peores: como principal ventaja, no es Crepúsculo ni se le parece. Y mientras que la novelita de vampiros por excelencia consistía en una protagonista llorona, porque Edward la dejaba día si y día tambien para protegerla (ejem), esta es más bien una serie de corte fantástico, en el que coge un montón de elementos conocidos para contar una historia mil veces leída, pero que no incordia si uno no se pone muy exigente. Porque como se ponga, este Cazadores de sombra no se salvaría de la quema ni por asomo, ya que la autora viene del mundo de los fanfiction (en concreto, creo que es autora de una trilogía sobre Draco Malfoy. Muérete de envidia, Proust), y aunque se ha pulido lo suficiente como para hacer una novela juvenil al uso, todavía conserva muchos de los defectos de las historias escritas por fans. Así, contamos con esa protagonista que se le parece un poco-mucho, y una insistente aparición de personajes gays y temilla hermano/hermana, todavía no confirmado.
A título personal, no me resultó un suplicio de libro ni nada por el estilo, en parte porque lo cogí con una completa falta de exigencias, y sobre todo, porque reconozco que en una novela en la que aparece un gato llamado "Presidente Miau", no seré todo lo dura que debería (aunque su propietario sea un calco de David Bowie).

¿Que se puede hacer con Cazadores de sombras? Desde luego, es una buena opción para regalar a una adolescente cuando hay que convencerla para que empiece a leer un poco, y tiene la principal ventaja de no resultar tan insoportable como Crepúsculo y sucedáneos...Ahora, si el regalado en cuestión sí muestra interés por la lectura, es mejor dejarse de Cazadores y regalarle la trilogía de Corazón de Tinta, mucho más original, interesante, y sobre todo, disfrutable para quien haya traspasado la frontera de los 21.

2 comentarios:

Atticus dijo...

Hay que ver como se parecen la autora y la protagonista...

Renaissance dijo...

Al ser un dibujo de una fan, el parecido puede ser relativo, pero en la descripción que dan es más obvio. El que empiece a ser consciente de esta abundancia de heroínas adolescentes palillescas debe ser señal que me estoy haciendo vieja.

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