Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

jueves, 1 de diciembre de 2016

Lecturas de la semana. Esto me suena...


 
Después de terminar un par de libros, me di cuenta que lo que contaban me recordaba mucho a otras historias. En realidad no era la impresión de leer una copia, porque poco tenían que ver, sino que las situaciones resultaban familiares: otros libros, alguna película...Nada que resulte al final poco original, sino más bien desconcertante al encontrarse algo de lo que no me había acordado desde hacía mucho.



Mike Carey. Melanie. Gracias al trailer de la película donde se adaptaba, descubrí este libro. En el que, también gracias a los documentales de la TV2, y en concreto al Cordyceps unilateralis, la existencia de los zombies (al menos entre las hormigas), parecía mucho más real. Solo era cuestión de tiempo que se utilizara como premisa en alguna ficción. En el caso de la novela de Carey, una mutación en este hongo desencadena una pandemia que diezma a la humanidad, convirtiendo a sus víctimas en poco más que huéspedes de esporas que han cubierto el planeta. Treinta años después, lo que queda de Inglaterra sobrevive como puede, y los escasos científicos que quedan han descubierto un cambio aún más extraño: algunos niños parecen relativamente inmunes al Cordyceps, si bien la agresividad hacia los humanos no infectados permanece. Desesperados por encontrar una cura, en un laboratorio se estudia el comportamiento de varios de ellos. Entre los cuales, Melanie es consciente de la situación que vive: atada la mayor parte del tiempo y rodeada por soldados que la temen. Y ella, su monitora la señorita Justineau y unos pocos soldados, acaban siendo una vez más los únicos supervivientes de un ataque al laboratorio que fue su hogar.

Desde el enfoque que se dio en Guerra Mundial Z, no había leído un escenario tan particular y detallado: por un lado, desarrolla muy bien el tratamiento de los zombies, o infectados más bien, que admite un enfoque distinto e incluso más desolador debido a su naturaleza. La epidemia que describe no solo afecta a los humanos sino que ha cubierto las ciudades y la vegetación, haciendo que el entorno sea tan hostil como pudo serlo en La carretera de Cormac McArthy. Por otro, las referencias, muy breves, a la situación de los protagonistas, son también interesantes: la última ciudad sometida a un régimen fascistas, en las que viven ya varias generaciones de jóvenes nacidos en una situación similar a la de una posguerra, o las bandas de saqueadores que sobreviven como tribus en el exterior hacen que el escenario sea mucho más desesperanzador...Bueno, tampoco ayuda al panorama que en un momento el autor decida que la protagonista utilice a un gatico como desayuno..¿No se podía haber comido un humano?

Pese a lo original, la historia acaba teniendo un fallo habitual cuando se recurre a un elemento real: la solución proporcionada por la propia naturaleza acaba siendo un deus ex machina, muy pensada para asegurar un final algo menos negro que el que se auguraba. De todas formas, la historia ha confirmado que el género zombie puede ser tan innovador como quiera el escritor que lo maneje en ese momento. Aunque muchas de sus ideas, como los niños salvajes, o la referencia a los hongos, me recordó mucho, para bien, a El juego de los niños de Juan José Plans.



Tom Piccirilli. Clase nocturna. En el libro no hay ninguna clase nocturna, ni tampoco hace falta, porque la historia ya es lo bastante extraña: el protagonista, un estudiante de universidad, regresa a su dormitorio para saber, mediante muchas medias verdades y alusiones veladas, que una de las alumnas de los cursos de invierno ha sido asesinada allí. Cada vez más obsesionado con ella, su tesis, sus horas de estudio y sus preocupaciones comienzan a girar entorno a la joven asesinada. Un comportamiento un poco morboso que según se conoce al protagonista y sus allegados, resulta comprensible: este, huérfano, vive atormentado por las premoniciones que sufre desde la muerte de su hermana. Su novia comparte un carácter obsesivo y perfeccionista, intendando huir de una situación familiar desestructurada. Sus colegas, pese a parecer arquetipos reconocibles como el cachas de gimnasio o el vago, parecen tener algo a su alrededor, al igual que el profesorado de un campus donde en todo momento se produce una sensación de absurdo y de estar sucediendo algo qu estos apenas llegan a intuir.

La historia, muy condensada, es más bien una novela corta donde se aprovecha muy bien esa atmósfera malsana y de no saber muy bien que sucede: no es un policiaco porque ahí nadie investiga nada. Tampoco es psicológica aunque hay bastantes quebraderos de cabeza...y el componente sobrenatural no llega a quedar claro, debido al cáracter de un personaje principal muy desequilibrado. En cambio, va incluyendo de una forma muy fluida los rasgos de este, como las visiones, los personajes que aparecen en ella y sobre todo, el escenario, donde un campus se convierte en un entorno muy cerrado y bastante ambiguo, donde los personajes parecen un poco confusos sobre su papel como estudiantes (una sensación de “¿qué demonios estoy haciendo?” que seguramente han tenido todos los universitarios en su último año) y que, de una forma bastante inesperada, abandona la premisa de thriller para llegar a un desenlace que recuerda muchísimo a Society de Brian Yuzna, donde plantea una situación muy similar.
Sin embargo la estructura de novela corta juega muy en su contra: en todo momento da la impresión de que hubo cosas que se quedaron fuera, que tuvieron que desarrollarse, o directamente personaje que aparecen en un momento dado para no hacer nada en concreto, como si se hubieran descartado tramas. Y sobre todo, aunque esto no sea cosa del autor, la traducción parece jugar mucho en su contra: hay frases que resultan incomprensibles, otras donde parece que no se ha elegido la palabra correcta y el sentido de estas resulta raro, y en algún momento resulta confuso. Teniendo en cuenta que el libro fue editado por La factoría de ideas, que en su día era bastante infame por la mala calidad de sus traducciones, sospecho que esta puede ser la causa.

2 comentarios:

Anacrusa dijo...

Me apunto 'Melanie'. Ya sólo por las referencias que comentas, 'Guerra Mundial Z' y 'La carretera', tiene pinta de gustarme.

Renaissance dijo...

A mi me gustó mucho el libro, como aproximación al tema de los zombies, bueno, infectados, me gustó mucho. Del otro todavía estoy intentando averiguar si era cosa de una mala traducción o es que el autor escribe raro XD.

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