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jueves, 4 de febrero de 2016

The Veil (2016). Sectarios, documentales y documentalistas sosos


Cuando una película de terror tiene en su argumento algo sobre grabaciones, documentales y equipos de rodaje, lo primero que se viene a la cabeza es ya el formato en primera persona, los bailes de cámara y los personajes corriendo despavoridos. Por lo que, cuando dicha grabación es parte del argumento y no de la filmación en sí, el tema resulta algo más atractivo. Y lo es más cuando se recurre a sucesos algo menos explotados en el género, pero mucho más cercanos a la realidad como serían las sectas y los suicidios rituales. Suficiente como para generar interés en el público, y el resto, sería cosa de la mañana de los realizadores.

 


Este sería el caso de The Veil, una de las primeras películas de terror que se han estrenado este año y que recoge ambos temas: han pasado 25 años desde el suicidio colectivo de los miembros de una secta. La única superviviente, una niña entonces, es contactada por un grupo de realizadores que pretenden realizar un documental sobre lo sucedido allí. Pero su organizadora no es una observadora imparcial: es la hija del agente que llevó a cabo la redada el día de los hechos, y quien a su vez, acabó con su vida un tiempo después. Para ella, visitar el lugar de los hechos tal vez sea la clave para comprender lo que sucedió. Pero Sarah, quien se salvó siendo una niña, cree que hay algo allí que la estaba esperando.



El argumento, por los motivos anteriores, resulta bastante prometedor. Quizá bastante cercano a The Sacrament, que también trataba un tema similar, pero con la diferencia, en este caso, de optar por la vertiente sobrenatural y terrorífica. Y donde la estética es uno de los puntos más fuertes: especialmente el escenario, un terreno boscoso donde practicamente no falta un solo enclave siniestro. Desde bosques, hasta lagos, pasando por una mansión ruinosa donde se desarrolla gran parte de la trama. Los colores, pese a estar ambientada en California, son muy apagados y adecuados al tono de la historia, siendo capaces de que se mantenga una tonalidad gris incluso a plena luz del día. Incluso emplean de forma bastante hábil la diferencia temporal, al poder desarrollar el resto de la trama gracias a un antiguo proyector y a las cintas que son practicamente un elemento clave para contar la historia.

 


Después de la estética, el mayor punto de interés es el enfoque fantástico. Pese a no constituir un antagonista, la figura del lider de la secta y sus pretensiones resulta bastante enigmática y atrayente, además de recurrir a elementos muy sutiles a la hora de representar lo sobrenatural: algunas de las mejores secuencias son donde estos elementos solo es posible verlos a través de un filtro, sea el agua o una cámara. Algo también muy relacionado con la caracterización de este personaje.

 


En cambio, todo el interés se termina aquí. La historia, pese a lo prometedora, se defiende unicamente gracias al tema de los flashbacks presentados a través de las grabaciones, y de un giro final que pretende ser demasiado tremendista. Porque los personajes y el punto de partida, poco hacen. Pocas veces he visto un grupo tan homogéneo y tan carente de personalidad como en estos casos. Y si bien esto puede ser en parte por tratarse de un numero demasiado amplio de secundarios, que poco pueden hacer, en el caso de los protagonistas, simplemente, están poco definidos. Quizá la que salga mejor parada sea el personaje de la superviviente, quien además de tener algo más de trasfondo, está interpretado por Lily Rabe. Quien, con unos cuantos detalles, consigue dar la impresión de una persona con una gran carga emocional. No sale tan bien parada Jessica Alba, como organizadora del documental, quien, salvo por lo que se sabe de su personaje, no parece en ningún momento tan obsesiva y cabezona como se empeñan en asegurar en los diálogos, sino un tanto sosa y limitada a seguir lo que exige su papel.

Cuando una película depende más de los flashbacks que de su trama principal para mantener el interés, algo no funciona. Por eso The Veil, pese a sus puntos a favor, se queda en una producción un poco fallida, con momentos de suspense muy puntuales sin que termine de funcionar como conjunto, pero a pesar de todo, bastante correcta para disfrutar de una historia puntual cualquier tarde.

2 comentarios:

Anacrusa dijo...

No me ha parecido mala película, eso sí, quizá para que la historia desarrollase todo su potencial hubiese necesitado otro formato. Una miniserie, con tiempo para construir los personajes y desarrollar la trama sin el corsé de minutaje que supone una película, le habría sentado muy bien.

Renaissance dijo...

Sí, es muy entretenida, pero falla en un detalle importante. La atmosfera es interesante, la idea de la secta también, el antagonista resulta lo bastante fascinante para lo poco que sale, pero...¿Y los personajes? Porque pocas veces he visto una película que en realidad, funciona bien, pero en los que los protagonistas sean tan sosos e inexistentes.

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