Cuando se hace una película con una realización que difiere de la norma, sobre todo si esa realización es bastante cara, se corren bastantes riesgos: lo mismo tiene éxito, que se la ignora (aunque con un poco de suerte, 20 años más tarde se dan cuenta que no estaba tan mal y la recuperan), o lo que es peor, fracasa estrepitosamente y no se vuelve a hablar del tema. También es cierto que en estos casos, hace falta que el argumento enganche un poco para mantener en pie todo el tinglado. En el caso de esta película, no ha sido de los resultados más malos, aunque sí ha sido rara un rato largo…unas dos horas, para ser precisos.
De entrada, Bunraku en un teatro de marionetas japonés, según la wikipedia, y un nombre más que acertado para una película que en todo momento hace referencia a las figuras de papel y los escenarios. De hecho, la introducción del principio está montada con este tipo de figuritas y todo tipo de sombras, en la que se explica que la historia se desarrolla en un futuro muy particular: se han prohibido las armas de fuego, que han sido sustituídas por espadas y lanzas, y que un jefe del crimen conocido como Nicola es el dueño de una ciudad, aunque de vez en cuando alguna otra banda lo desafía por aquello de pasar el rato. La entrada de la película ya es llamativa de por si por el enfrentamiento, bastante teatral, entre dos de los grupos: lejos de ser una sucesión de puñetazos y patadas de artes marciales, está más planteada como un número musical en el que los figurantes dan volteretas, caen o se esquivan unos a otros.
Como era de esperar en una historia como esta, aparecen dos personajes, que, por un motivo u otro, tendrán que enfrentarse a los criminales y a su jefe que ha hecho de la ciudad lo que ha querido. Puede verse perfectamente que este guión ha aparecido en un montón de veces en las películas del oeste o en las de samurais, géneros a los que Bunraku homenajea a su particular manera. De hecho, no falta nada: el barman amargado, los aterrorizados dueños del restaurante japonés, la femme fatale...y aunque por repetitivo, tampoco es una mala historia: muchos clásicos se basan en este esquema y el que funcione bien, solo es cuestión de la maña del guionista y de su capacidad para crear personajes creíbles. De todas formas, el argumento de la película no interesa gran cosa, porque la principal gracia es la estética: mantiene una referencia contínua a los escenarios de marionetas y teatro de sombras, sobre todo al anime, y eso es solo el principio, porque hay de todo: desde vestuarios tipo steampunk hasta el cine noir, un poco adaptado al estilo de esta película, claro. De hecho, el manga parece una de las referencias más importantes, porque tanto la ambientación un tanto anacrónica como los vestuarios recuerdan a series del estilo de Samurai Champloo, que no la he visto pero me dicen que se parece mucho, y habrá que fiarse de la palabra de quien sabe más.
El reparto me sorprendió bastante para el tipo de película que es: aunque Ron Perlman es un habitual en este tipo de cine un tanto frikoso (y con tal de no estar enterrado en varias toneladas de maquillaje de Hellboy, hace lo que haga falta), aparecen Woody Harrelson, Demi Moore, Josh Hartnett y en la parte oriental, supongo que para animar a la comunidad otaku, Gackt, que por lo visto es un cantante de pop japonés bastante famoso, aunque esto último también me lo han chivado. Aunque pudiera tratarse de un trabajo de esos que pudieran aceptar para pagar las facturas, el talento se nota y los actores se defienden bastante bien en situaciones como peleas que recuerdan a un baile o duelos en un jardín o plaza que se notan, intencionalmente, hechos de papel. Incluso hay un par de secuencias en los que van un poco sobreactuados, cosa que, con el tono teatral de la película, no queda mal del todo.
Bunraku no ha sido un gran éxito y algunas críticas se quejan de un argumento bastante malo, pero a mí no me lo ha parecido: puede ser un poco simple, pero hay películas mucho más taquilleras que funcionan con historias peores. La realización es realmente imaginativa y tiene su mérito el crear una historia con una situación tan irreal y colorista ¿Qué el argumento es simple? Pues en Avatar estaban recontando Pohacontas con bichos azules y anda que no movió dinero ni nada.
Te voy a decir algo, me gusta tanto el teatro que cuando voy a ver una obra hasta enmarco el programa que te dan al principio. Y es muy cierto que al ver las secuencias que nos has presentado piensas inmediatamente en que tiene una estética absolutamente teatral y de marionetas. Incluso me ha recordado -algo que me ha encantado- a EL GABINETE DEL DOCTOR GALIGARI. Pues era un decorado también como de cartón. El tema puede ser simple, pero es que para hacer este tipo de películas con estos efectos, esta coreografía y guiños diversos, no se puede encima buscar un argumento muy complicado. Hay que tener claro el tipo de película que estamos viendo y saber que a veces el tema es secundario. Madre mía, AVATAR, era malísima en cuanto a tema principal, con un montón de meteduras de pata. MOULIN ROUGE, que me apasiona, también tenía un tema típico de folletín.
Además, tenemos en ella a un español, Jordi Mollá. No me entusiasma este actor, la verdad, pero hay que reconocerle su mérito. Seguro que él se lo ha pasado muy bien. Esperemos que el señor Harrelson no lo confunda también con Antonio Banderas como le pasó con Barden. Está además un actor al que tengo mucho cariño desde aquella serie, de hace un montón de años, LA BELLA Y LA BESTIA. Después no le he seguido demasiado, pero siempre me trae muy buenos recuerdos. Me encantaba aquella serie!
Satrian: Yo juraría que después aprovecharon la peluca de Ron Perlman en Bunraku para hacer la de Conan el Bárbaro.
La Minomalice: El gabinete del doctor Caligari no solo es una gran película del expresionismo (aunque en mi caso, compite con Nosferatu), sino que todos nos confundimos la mayoría de las veces a la hora de escribir el título. Y efectivamente, cuando se trata de una película tan visual, no le vamos a pedir el argumento de Inception ¿Que les parece simple? Pues Avatar movió pasta. Y Sin City, cuyos comics no dejan de ser una adapción noventera (con todos los excesos de la época) de las tramas de Raymond Chandler o Hammett, otro tanto. El mundo del éxito es bastante impredecible.
De los actores, me sorprendió ver a Jordi Mollá, aunque poco metraje, está haciendo muy buena carrera por Estados Unidos. Y de Ron Perlman en la Bella y la Bestia me acuerdo, la emitían en la tele autonómica...Junto a Doctor Who, Robin of Sherwood...Dios mío. Me pregunto quien demonios estaba al mando en la TVG en aquella época.
Lo peor de todo es que...¡en la tele autonómica la habían echado entera! Pero a mí me costaba un poco seguirla por ser tan pequeña y no me gustaba tanto como las otras dos. Bueno, es que entonces no sabía ni quien era George R. R. Martin.
7 comentarios:
Le daré una oportunidad aunque me echaba bastante para atrás la puesta en escena y el pelucón de Ron Perlman.
Te voy a decir algo, me gusta tanto el teatro que cuando voy a ver una obra hasta enmarco el programa que te dan al principio. Y es muy cierto que al ver las secuencias que nos has presentado piensas inmediatamente en que tiene una estética absolutamente teatral y de marionetas. Incluso me ha recordado -algo que me ha encantado- a EL GABINETE DEL DOCTOR GALIGARI. Pues era un decorado también como de cartón. El tema puede ser simple, pero es que para hacer este tipo de películas con estos efectos, esta coreografía y guiños diversos, no se puede encima buscar un argumento muy complicado. Hay que tener claro el tipo de película que estamos viendo y saber que a veces el tema es secundario. Madre mía, AVATAR, era malísima en cuanto a tema principal, con un montón de meteduras de pata. MOULIN ROUGE, que me apasiona, también tenía un tema típico de folletín.
Además, tenemos en ella a un español, Jordi Mollá. No me entusiasma este actor, la verdad, pero hay que reconocerle su mérito. Seguro que él se lo ha pasado muy bien. Esperemos que el señor Harrelson no lo confunda también con Antonio Banderas como le pasó con Barden. Está además un actor al que tengo mucho cariño desde aquella serie, de hace un montón de años, LA BELLA Y LA BESTIA. Después no le he seguido demasiado, pero siempre me trae muy buenos recuerdos. Me encantaba aquella serie!
Y el gatico de hoy impagable!!!
Besos!
Ana
Perdón, es GABINETE DEL DOCTOR CALIGARI. Siempre me confundo y lo haré de por vida...
Satrian: Yo juraría que después aprovecharon la peluca de Ron Perlman en Bunraku para hacer la de Conan el Bárbaro.
La Minomalice: El gabinete del doctor Caligari no solo es una gran película del expresionismo (aunque en mi caso, compite con Nosferatu), sino que todos nos confundimos la mayoría de las veces a la hora de escribir el título. Y efectivamente, cuando se trata de una película tan visual, no le vamos a pedir el argumento de Inception ¿Que les parece simple? Pues Avatar movió pasta. Y Sin City, cuyos comics no dejan de ser una adapción noventera (con todos los excesos de la época) de las tramas de Raymond Chandler o Hammett, otro tanto. El mundo del éxito es bastante impredecible.
De los actores, me sorprendió ver a Jordi Mollá, aunque poco metraje, está haciendo muy buena carrera por Estados Unidos. Y de Ron Perlman en la Bella y la Bestia me acuerdo, la emitían en la tele autonómica...Junto a Doctor Who, Robin of Sherwood...Dios mío. Me pregunto quien demonios estaba al mando en la TVG en aquella época.
¡Ays! Tengo que dar una oportunidad a la serie de la Bella y la Bestia, que George R. R. Martin fue el guionista y yo de grrumpy me trago to-do.
Lo peor de todo es que...¡en la tele autonómica la habían echado entera! Pero a mí me costaba un poco seguirla por ser tan pequeña y no me gustaba tanto como las otras dos. Bueno, es que entonces no sabía ni quien era George R. R. Martin.
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