Cuando alguien piensa en cine noruego, vienen a la cabeza algunas películas de arte y ensayo, lo que no es muy correcto porque Igmar Bergman era sueco. Como mucho, está esa de los zombies nazies, pero no pasaba de ser un pasarratos sin más gracia que su título.
Mucho más peculiar es Trolljegeren, una película filmada al estilo de un documental, como lo fue El proyecto de la bruja de Blair, o para los más jóvenes, como puede estar rodado un programa de Callejeros. La historia empieza con un grupo de estudiantes de una universidad, rodando un reportaje acerca de un presunto cazador furtivo de osos. Las pistas les conducen hacia un tipo bastante taciturno que cazar si casa, pero se dedica al sorprendente arte de la eliminación de Trolls, criaturas todavía bastante comunes en la geografía noruega. De hecho, este personaje está al servicio de un grupo gubernamental cuyo cometido es mantener a raya la población de trolls, y de hacer creer a los parroquianos que las muertes de ganado o los árboles caídos son cosas de osos o de fenómenos naturales.La idea parece bastante improbable para filmarse como si fuera un documental, y más cuando incluye alguna que otra aparición de los trolls..Sin embargo, funciona sorprendentemente bien por varios motivos.
Primero, el equipo de filmación apenas tiene presencia en la historia, más allá de encontrar al protagonista, o de tener un papel algo más importante a la hora de caracterizar a los monstruos de la historia: en su primera filmación de una caza, el protagonista les pregunta si hay algún cristiano, ya que el olor de la sangre de un creyente es todo un cebo para los trolls.
Como el grupo no tiene más presencia que la necesaria para seguir con una cámara al resto de personajes, el peso de la historia cae sobre el cazador, cosa que lleva a cabo francamente bien. Durante toda la película, habla con indiferencia de su trabajo, de los tipos de trolls, de sus características y diferencias con los que describen en los cuentos de hadas. Durante todo el metraje, se ve cómo lleva a cabo su trabajo con estoicismo e imparcialidad, llegando a lamentar en una ocasión la caza llevada a cabo por orden del gobierno, para poder construir una red de túneles. De hecho, la única motivación que expone para que se filme su trabajo, es para mejorar sus condiciones laborales.
La geografía del país, presente en toda la película, también supone una ventaja para dar credibilidad de la historia: cuando gran parte de la superficie es bosque y montaña, es mucho más facil colar la posibilidad de incursiones de monstruos de más de diez metros. Especialmente, con las escenas en el norte, donde presuntamente se encuentra la reserva natural de trolls, rodeada por un entramado de cables eléctricos. Sería mucho más difícil creerse las apariciones de los monstruos si faltaran las panorámicas de los bosques, y especialmente, de llanuras heladas.
Aunque no salgan demasiado (por eso de que los trolls no son amigables), los trolls están muy bien conseguidos. Unas figuras enormes, en las que pese a la velocidad con las que salen en la cámara, se nota el detalle a la hora de caracterizarlas: rasgos nudosos, en ocasiones, con más de una cabeza, y enormes narices, típicas de las descripciones de los cuentos populares. Y en el caso de unos cuantos, recuerdan un montón a los trolls que aparecían en los dibujos de David el Gnomo.
El cazador de Trolls, en conunto, recuerda bastante a El proyecto de la bruja de Blair, con sus referencias al metraje encontrado y a su supuesta veracidad, aunque, a diferencia de la primera, opta por tratar la historia con un poco más de fantasía y sin jugar al despiste del "puede ser que sí".
6 comentarios:
Al final acabaré viéndola.
Tiene muy buena pinta y con la foto que has añadido, ¿quién puede resistirse?
Satrian: acabarás, acabarás..Tiene el marchamo de calidad de Renaissance tm.
Antò: puede hacerse un poquito plomo por partes por el rodaje estilo documental, pero lo mejor son las apariciones de los Trolls. He visto demasiadas veces Dentro del Laberinto como para resistirme a esa visión de monstruo de cuento.
¡Dentro del laberinto! Qué buena, la volví a ver hace poco, yo tampoco me canso de verla. Me parece una auténtica maravilla
La película esta filmada como un tipo documental falso (Tipo la bruja de blair pero muy bien hecho no como dicha película), en donde nos narra la historia de 3 estudiantes que supuestamente empiezan a seguir a un cazador de Osos, quien resulta ser un cazador de Trolls y lo Convencen para que filmen sus cacerías de Trolls en las montañas de Noruega. Auspiciado por el gobierno el cazador busca y caza a los Trolls con una lámpara de Luz Solar y un Jeep equipado para dicha proeza. Los escenarios son fabulosos la historia es original, esta muy bien narrada y realmente nos deja pensando si el gobierno de Noruega Oculta información de estos seres al mundo.
La recomiendo ampliamente el final es inesperado ojala y se filmen mas tipos de películas como esta que si valen la pena.
La ventaja de El cazador de Trolls frente a Blair Witch es precisamente que está mejor hecho, quizá porque no pretende llevar a engaño sobre si la historia es cierta o no (aunque, con los paisajes noruegos que salen, ya estaba yo sospechando si estos no tendrían trolls escondidos y todo).
Lo mejor fueron el diseño de los Trolls, muy cuidados para una película con un presupuesto tan bajo, aparentemente, y por lo que he visto, ha funcionado muy bien gracias al boca a boca (más bien, entrada a entrada) de distintos blogs.
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