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jueves, 8 de diciembre de 2022

La maldición de la mujer pantera (1944). Cualquier parecido con el original es una mera continuación

 


  Al igual que las producciones de la Universal, donde Drácula y Frankenstein anunciaban su regreso, otras producciones menores pero exitosas volvían a las salas de cine como secuelas, o como referencia previa de otras películas, recuperando a personajes o situaciones anteriores sin que la historia tuviera mucho que ver con su predecesora. Es el caso de La mujer pantera, que dos años después de su estreno retomaba a sus protagonistas, olvidando la maldición que había atormentado a Irina Dubrovna para narrar una continuación cuyo tono era muy distinto a la anterior. 

Han pasado años desde que Irina muriera, víctima de un estoque, a las puertas de la jaula de una pantera. Oliver y Alice han formado una familia junto a Amy, la hija de ambos, una niña con mucha imaginación y que a veces parece no distinguir lo real y lo inventado. Oliver, atormentado por la que le sucedió a su primera esposa, cree ver en las fabulaciones de su hija una reflejo de la obsesión que llevó a Irina ha la muerte. Mientras, Amy, cada vez más aislada de los niños de su edad, ve como el deseo que pide se cumple al encontrar una amiga: una joven, a la que solo ella puede ver, y que se convierte en su compañera de juegos. Pero que tanto su nombre como su rostro son el mismo que el de la mujer cuyas fotos conserva Oliver en uno de los albumes familiares.




Dirigida por Robert Wise, cuya carrera incluiría otro clásico como sería The Haunting o f Hill House, la película está muy lejos de la temática de sus predecesora como también lo están ambas del terror: no hay ninguna venganza de seres felinos ni esposas fantasmales, sino una historia melancólica en las que por coincidencia del guion, los personajes son los mismos que los de la película de Tourneur, pero con la que podrían establecerse más similitudes con el drama o con un cuento de hadas realista.


La figura central, en este caso, es la mujer, o varias, con sus distintos aspectos. El primero, el personaje imaginativo como lo es Amy una niña sensible y fantasiosa, con un entorno familiar preocupado por la infante que se sale de la norma establecida. Por otro lado, la esposa y la maestra como voces de la razón pero también la presencia inquietante y trágica de las vecinas de Amy. Una mujer, en este caso, condenada a cuidar de una madre que ya no la reconoce, y la anciana (cuyos movimientos y cambios de humor sugieren un daño cerebral o una enfermedad degenerativa) que desarrolla una clara simpatía por la pequeña protagonista a la vez que es incapaz de reconocer a su hija. Estas tres figuras reflejan, de un modo u otro, el aislamiento, lo diferente, pero también el peligro de alejarse del orden establecido. . Aparece, como parte de la trama, la encarnación de la amiga imaginaria, con el cuerpo y rostro de la mujer pantera de la primera parte, desprovista de toda dualidad y convertida en un personaje abiertamente positivo, mágico, sobre el que pesa la duda si su naturaleza es real o fabulada por Amy a partir de fotos y conversaciones escuchadas.





El tono es muy familiar, alejado del entorno urbano de la película de 1942 y en el que la aparición de niños es una parte más del cambio de escenario y argumento que por momentos, debido a la fecha en la que se desarrollan varias de las situaciones, podría servir como película navideña al lado de Qué bello es vivir, y donde la figura de esta nueva Irina, que poco tiene que ver con la mujer atormentada por su herencia ancestral, adopta aquí un papel similar al de un hada buena, como amiga d ella protagonista y salvadora, real o a través de la imaginación de esta. Esta aparición, si se la considera una secuela, tiene un papel que parece redimir al personaje obsesivo y víctima de su instinto que se había desarrollado previamente




Quizá uno de lo aspectos más chocantes por el paso del tiempo, es la forma de tratar a la protagonista: defender a una mariposa es percibido como algo extraño, o en un momento se habla de lo positivo que es que esta reciba unos azotes (del mismo modo, el que el protagonista entrara a una tienda de animales a cambiar un gato por un canario como quien devuelve unos zapatos, me costó lo suyo en La mujer pantera). Esta empatía, que hoy se percibiría como algo positivo, se presenta entonces como algo anómalo, lejos de la visión de los niños y la disciplina que se consideraba lo habitual.

Al centrarse principalmente en reaparición de Irina y su trama como amiga imaginaria, se echa en falta el desarrollo de dos personajes que acaban siendo importantes para el desenlace: la familia formada por esa madre anciana y de memoria deteriorada y su hija, cuidadora pero despreciada continuamente y en la que puede notarse el resentimiento y la rabia reprimida en cada una de sus apariciones pero que, debido a lo breve del metraje (setenta minutos, quizá pensada para programas dobles), u papel final queda olvidado a favor del desenlace, donde padre e hija reconcilian sus puntos de vista.

Poco hay de venganza en este regreso de la mujer pantera, y menos maldiciones atendiendo al título original. Pero sí una historia donde se juega con lo real y lo inventado, donde la soledad se ve reflejada en muchos aspectos, y, poniéndose más moderno y quedandose con su interpretación fantástica, podría servir como referencia para una escenario de Changeling.  


2 comentarios:

Anacrusa dijo...

Me flipa el director. Robert Wise lo mismo te dirigía musicales como "West Side Story" y "Sonrisas y lágrimas" que le daba por la ciencia ficción con "Ultimátum a la Tierra", el thriller de "La amenaza de Andrómeda" o una de terror con "La mansión encantada". Y por si fuera poco, tiene peliculones como "Marcado por el odio", de mis favoritas de Paul Newman, que no sé si me gusta más la traducción del título al español ("Somebody Up There Likes Me") o la película en sí xD.

Los que se quejan de falta de originalidad en el cine actual es porque no conocen las secuelas que hacía la Universal. Que si "Las hijas de Drácula", "El hijo de Frankenstein", "La mujer invisible", "Frankenstein y el hombre lobo"... eso sí que era un multiverso y no lo de Marvel xD.

Muchas de estas pelis clásicas de la Universal casi dan más ganas de montarse una partida de rol con sus premisas que de verlas en la tele. ¡Qué grandes roleros se ha perdido el mundo!

El tratamiento de niños y niñas como objetos y el tipo de educación violenta que reciben es una constante. Cero empatía. A mí todavía me sigue matando la distinción entre ficción para niñas y ficción para niños, que parece lejano en el tiempo pero que todavía sigue ahí.

Me apunto la peli, que junto a "El ladrón de cadáveres" es una de las que me faltan de Wise.

Renaissance dijo...

Lo primero que me vino a la cabeza fue Hill House, pero la carrera de Wise practicamente abarca todos los géneros de varias décadas. Con la mujer pantera y secuelas empecé por recomendación (entre estas, y El nadador y The servant, que me dijeron el año pasado, están acertando mucho).

Aunque para monstruos clásicos fuera más de la Hammer, que me vi practicamente todas cuando las echaban en tv2, lo de la Universal y los monstruos sí que fue un multiverso antes de que se inventara, aunque acabara con esa triste Abbot y Costello contra los monstruos. Ahora casi da pena la de veces que han intentado volver a sacar una franquicia propia con Dracula, el hombre lobo y similares, y con el batacazo de La momia, parece que se han rendido. Supongo que la locura de clanes y monstruos que supuso Mundo de tinieblas en la época del 2000 serían sus herederos indirectos XD.

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