Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

jueves, 17 de febrero de 2022

Lecturas de la semana. De mal y buen rollo

 



Hay libros que al terminarlos, hace falta un descanso. O un cambio de registro, algo que  suponga una historia más asequible o menos desoladora que la anterior. La mezcla que acaba saliendo suele ser de lo más variopinta…en este caso, hemos pasado del invierno nuclear a una recopilación de relatos basados en la cultura popular.



Hielo. Anna Kavan. En un lugar indeterminado, un hombre sin nombre persigue a una muchacha de aspecto irreal. Poco se sabe de ellos, salvo que el narrador está obsesionado con encontrarla y salvarla de su marido, conocido únicamente como el Magistrado, quien la trata con violencia, pero que hay algo extraño en este salvador dispuesto a seguirla hasta los confines de la tierra. Un protagonista que a menudo  sufre visiones donde esta es brutalmente asesinada y que, en cada encuentro, la joven no duda en huir de nuevo. La situación es tan incomprensible como el mundo arrasado en el que se mueven, sumido progresivamente en un invierno nuclear que avanza en forma de muro de hielo, y del que el único lugar a salvo es una isla tropical a la que también le queda poco tiempo y que el narrador evoca como el lugar al que espera regresar.

La novela es una mezcla entre distopía sobre la guerra atómica (eso que daba miedo a nuestros padres y ahora nos va a acongojar mucho según vaya lo de Ucrania), y posible metáfora sobre la situación de la autora. Esta, heróinómana, describe una situación obsesiva en la que la búsqueda del protagonista refleja bien un proceso de adicción y abstinencia, que tiene un matiz irreal en un escenario construido a partir de alusiones veladas a naciones militarizadas, ciudades destruidas y sobre todo, la presencia del hielo descrito como algo implacable, pero hermoso, que se convierte en el final definitivo de la narración y del mundo en el que acaban sumidos sus protagonistas.




Anno Dracula 1899 and Other Stories. Kim Newman. La carrera de Newman empezó hacia los ochenta sin renunciar  a ningún trabajo. Desde novelas de Warhammer Fantasy bajo seudónimo y con varias colecciones de relatos, su serie más conocida es El año de Drácula, una ucronía  donde el no muerto de Bram Stoker consigue llevar a cabo sus planes y exender el vampirisismo por una Inglaterra donde personajes de la literatura son tan reales como él. Vamos, que es el señor que se adelantó a Alan Moore en esto de hacer que Drácula, Herbert West, el doctor Caligari y muchos otros camparan a sus anchas por Europa. Pero manteniendo siempre una actitud más desenfadada y centrada en lo narrativo que la que tomaría el mago gruñón de Northampton.

Pese al título, no aparece Dracula por ningún lado (salvo mención anecdótica en el último cuento que si tiene lugar en esa serie), sino que son historias sueltas protagonizadas por personajes de la literatura y la cultura popular: uno de los invasores de marte de la guerra de los mundos, reconvertido a actor en horas bajas, el suero del doctor Jekyll comercializado como reconstituyente a la altura de la cocaína, o una maldición que provoca que todas las producciones audiovisuales se conviertan en parte del ciclo Poe de Roger Corman y Price (pensándolo bien, no veo nada malo en esto), son solo algunos de los cuentos de una colección muy variada donde también aparecen una versión alternativa de los superhéroes de la edad dorada…e incluso la filosofía, donde se atreve a teorizar sobre la naturaleza de las ciudades ficticias como Metrópilis o incluso Paris.

Newman es un autor con un estilo muy marcado y se sabe más o menos lo que va a encontrarse  en una antología titulada  a partir de su novela más famosa. Pero, sabiéndolo de antemano, es diversión asegurada y por mi parte, ganas de leer alguna de las novelas  que publicó en su día para Warhammer ¡No todo van a ser Valdemares y fantástico continental de entreguerras!

3 comentarios:

Rocío G. Tizón dijo...

El primero lo leí y me gustó bastante.
Un abrazo.

Anacrusa dijo...

El de Anna Kavan lo tengo en el punto de mira desde que escuché hablar con pasión de él en Todo tranquilo en Dunwich. Por cierto, podcast que te leí en algún comentario y que me ha encantado :) Esa mezcla de relato de una adicción mezclado con distopía me llama mucho.

Del amigo Newman leí alguna cosa suya de Warhammer y muy bien. Los de Games Workshop siempre han cuidado mucho esa parte del juego. Y leyéndote, me han entrado ganas de este Anno Dracula. Que también necesito descansar de la última lectura malrollera xD.

Renaissance dijo...

Rocío G. Tizón: es muy breve pero a la vez muy difícil de seguir...la verdad es que es una rareza que merece mucho la pena.


Anacrusa: de Todo tranquilo en Dunwich he sacado muchas lecturas, y lo de tenerme pendiente de escuchar tres horas y pico oyendo hablar de libros es todo un arte xD. 


Leí algún libro de Warhammer sin ser de Newman, aunque lo de los marines espaciales siempre me pilló un poco lejos. 


Hielo, además de esa visión apocalíptica un tanto intimista, me recordó mucho a una película de animación para adultos que vi en una sesión de tarde hace muchísimos años en tv1, y que me trajo a la cabeza la trama del protagonista persiguiendo a la joven: una historia de fantasía muy rara donde esta situación se repetía en distintos momentos de la historia con los mismos personajes.

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