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lunes, 14 de marzo de 2016

The Abandoned (2015). Por si no fuera poco hacer el turno de noche, encima pasan cosas raras..



Una forma sencilla de hacer una película de terror es juntando un edificio vacío, uno o dos incautos empleados, un turno de noche, unos cuantos fenómenos extraños y un misterio que se va desvelando. Suena simple pero lo cierto es que esta fórmula, suele funcionar bien. Al menos, en los casos en los que trabajando con una historia sencilla, esta se sabe explotar sin excederse en los tópicos. Además  permite tanta novedad como los escenarios que empleen e interés como maña tenga el guionista a la hora de plantearlo.

 


En general este tipo de producciones me habían gustado bastante, como el caso de Last Shift, y el argumento de The Abandoned prometía algo similar: una guardia de seguridad novata cubre su primer turno de noche en un gigantesco complejo de apartamentos de lujo, hoy abandonado, junto a su compañero, quien no se molesta en ser agradable con su compañera de trabajo tras asegurar que sus predecesores no aguantaron más de un par de días en el puesto. Este parece algo desbordante para un turno compuesto por solo dos personas, salvo por contar con un complejo sistema de cámaras de vigilancia en todo el complejo. En sus primeras rondas, Julia empieza a escuchar voces y a obsesionarse con un ala que pese a no estar terminada, figura en los planos e incluso tiene una puerta de acceso. Y lo que hay al otro lado es algo que poco tiene que ver con el edificio que le encomendaron vigilar.
 



Durante los primeros minutos, la película gana por la vista. En estas secuencias se muestra una estética que juega un poco al despiste, a través de escenarios propios de las zonas más deterioradas, y que pese a ello, se muestran de una forma muy común y aséptica, para llevar al escenario principal, que en los últimos años resulta muy cercano: un complejo de lujo sin terminar, salvado ahora de los robos por el servicio de vigilancia. La principal diferencia respecto a la situación más real y conocida es el propio complejo: lejos de un aspecto moderno, éste cuenta con una ambientación y una idea de lujo propio del modernismo, y que puede recordar al aspecto que tendrían muchas mansiones de Detroit en tiempos. Las secuencias de los sótanos evolucionan desde una versión más destartalada de estos, a un escenario de película de terror más al uso en algunos momentos, hasta otros, donde se aprovechan elementos como la luz, el agua y las sombras para crear una atmósfera muy fantasmal y onírica. Frente a ambos,  el cuarto de vigilancia, entre pantallas y objetos cotidianos, contrasta por lo anodino frente al aspecto lujoso, siniestro, pero extraño en todo caso de los otros lugares. Curiosamente, los exteriores apenas tienen presencia en el guión, lo que también cobra bastante sentido.

 


El segundo acierto son los personajes. Al igual que los escenarios, a los pocos minutos es fácil hacerse a la idea del carácter de estos, cómo este va mostrándose durante el guión y cómo sus acciones resultan en general, consecuentes con lo que sucede. Además, es de esos casos en los que caen bastante bien (precisamente en The Innkeepers la pareja protagonista era insoportable). La heroína en este caso se lleva la peor parte, al tener que depender de estereotipos como el irse a abrir una puerta cuando le dicen que no la abra, o que, también por esto, se pase media película con los ojos desorbitados y la boca abierta. A pesar de esto, resulta bastante creíble y se hace un esfuerzo por justificar parte de sus reacciones. En cambio, el personaje interpretado por Jason Patric es el más creíble y mejor construido. Oscila entre la bordería, que acaba resultando enigmática y la simpatía. Algo que se agradece, al tratarse de un personaje que, sin ser una causa en los avances de la trama, si tiene una presencia importante.

 


Lo más discutible sería el giro final. Porque pese a poder funcionar como película de fantasmas, o de lugar embrujado, cuenta con uno de esos desenlaces inesperados. De los que a veces estropean lo narrado hasta entonces, de los que otras veces parecen sacados de la manga por querer sorprender al final..pero que aquí no tengo muy claro si es uno de esos casos, o algo positivo. Porque en realidad, resulta una forma como cualquier otra de cerrar un guión que de otra forma, quedaría más abierto o incluso más tópico.  Y por otra, porque me enteré de este antes de ver la película (algo que no es grave porque a mi nunca me asustaron los famosos spoilers) y muchos de sus detalles toman mayor sentido y se les presta más atención al conocerse este. Las referencias a la tormenta del comienzo, a los hospitales, a escapar de un lugar cerrado cobran mayor sentido al tener una idea de su motivo. Y este, además de no impedir que la historia se disfrute igualmente, sirve para algo menos importante, pero que también le da coherencia: es una forma tan buena como cualquier otra, de justificar un escenario tan irreal como el de ese complejo de apartamentos lleno de estatuas y corredores modernistas.

2 comentarios:

Anacrusa dijo...

Como mencionas en la entrada, recuerda mucho al argumento de 'Last Shift', que resulto ser bastante entretenida. Ésta me la apunto, que por lo que cuentas tiene buena pinta.

Creo que había una película española o de director español que se titulaba igual, también sobre fantasmas y casas encantadas, aunque no recuerdo mucho más del argumento.

Renaissance dijo...

Sí, según la iba viendo, me venía mucho a la mente esa película. Tienen elementos comunes, pero no supone copia o repetición.

La película española la descubrí cuando estaba buscando fotos del cartel de The Abandoned, y tampoco me sonaba de nada.

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