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lunes, 15 de diciembre de 2014

Drácula, la leyenda jamás contada (2014). El Vlad Tepes heróico.


A Drácula, conde o no, lo hemos visto en todo tipo de situaciones cinematográficas. Como vampiro con capa y smoking, como el graf Orlok, en series B, Z y en algunas producciones bastante más dignas. Menos habitual era mostrar sus orígenes históricos como Vlad Tepes el Empalador. Este había aparecido en el Drácula de Francis Ford Coppola, como origen del de Stoker, y ahora se le da un protagonismo absoluto en Drácula Untold.



En esta Leyenda jamás contada, como dice el título en castellano, toma como punto de partida parte de la historia real de Tepes: como prisionero de los turcos durante su infancia, y como gobernante de Transilvania y defensor de su pueblo. Pero cuando los turcos deciden exigir como tributo, una vez más, a todos los niños de la región, la historia bélica de Centroeuropa toma un matiz más fantástico: ante un ejército invencible, solo puede arriesgar su alma mediante un trato acordado con un vampiro, quizá el primero de todos ellos:  durante tres días, tendrá la fuerza y debilidades de un no muerto, tras los cuales volverá a ser humano. Pero solo si durante ellos no prueba la sangre humana. En ese caso, no solo se convertirá en vampiro a tiempo completo si no que también liberará a aquel con el quien hizo el pacto.


La premisa es muy atractiva: por una vez deciden alejarse de la mayoría de estereotipos que rodean a Drácula como personaje cinematográfico clásico, y plantean una historia de acción y fantasía oscura sobre los orígenes históricos de su personaje. No me meto en cuestiones de rigor histórico porque esta película, desde un principio, no pretende tenerlo, sino tomar algo como punto de partida para una historia fantástica. Vlad se convierte en un héroe trágico, con esposa e hijo incluido. En realidad sabe casi desde un principio, que su trato con el vampiro no va a tener un final feliz. El que esto se intuya, no impide que muchas secuencias haya tensión por lo que pueda pasarle a los protagonistas, o se tema que en cualquier momento a Drácula le de por pegarle un muerdo a alguien a la más mínima tentación. En este sentido, esa tensión se va manteniendo muy bien hasta el último momento. También gracias a Luke Evans en su papel como Vlad, que resulta bastante creíble y cercano. En realidad es en él en el que recae la mayor responsabilidad a la hora de aportar el factor humano, porque los secundarios son casi inexistentes, por lo que es el él el que se encarga de llevar casi toda la película a buen puerto.



El origen de drácula como figura histórica era algo que ya se había explotado en el prólogo del Drácula de Coppola, y es aquí cuando empiezan las comparaciones. Porque al igual que muchas películas menores, a esta se le notan demasiado las influencias: la introducción recuerda un poco a la puesta en escena de 300, al igual que una montaña que el personaje escala para hacer un trato peligroso. En la de Zack Snyder había unos adivinos traicioneros, en esta un vampiro poco honrado...pero el parecido se nota. Algunas escenas de lucha también son bastante deudoras de este estilo de rodaje moderno, con el héroe avanzando entre filas de enemigos. Otras resultan algo más creativas, como una batalla reflejada en el filo de una espada, y otras, directamente, parecen sacadas de la intro de un videojuego. En general es bastante solvente con su presupuesto, pero a veces se nota que para lo que quieren hacer, no disponen de los cientos de millones de otras producciones.



El principal fallo acaba viniendo del argumento. No se debería pedir mucho a una película sobre caballeros de armaduras desgastadas y héroes trágicos, pero en muchas ocasiones, esta acaba derivando hacia el absurdo. La introducción del primer vampiro está tan pillada por los pelos que no llega ni a ser un macguffin, y el que metan por ahí un diálogo sobre profecías tampoco ayuda. Pero son muchas de las secuencias correspondientes al ejército turco y a las batallas las que se llevan la palma, especialmente en la última media hora. Quizá al guionista le pareció muy efectivo que el último ejército turco fuera por ahí con los ojos vendados para demostrar lealtad ciega a su sultán (que les echa una arenga sobre el tema, por si no quedaba claro), pero cuando el público empieza a preguntarse qué demonios van a hacer cuando tengan que subir por un escarpado, o cuando directamente, tengan que hacer lo suyo que es pelearse con el enemigo ¿A quien se le ocurrió esto? ¿A los Monty Python? Y que Drácula como parte de sus poderes pueda invocar interminables bandadas de murciélagos puede resultar visualmente impresionante, pero exceptuando arañarles la cara, contagiarles la rabia o enredárseles en el pelo, no les veo mucha utilidad. Tampoco es que el origen del vampirismo quede muy bien resuelto, limitándose a una aparición final de Charles Dance  por aquello de cerrar esa trama. Personaje, que después de dedicar todos sus diálogos a anunciar de forma tremendista lo terrible que sería su liberación para el mundo, no hace gran cosa. El elemento temporal merecía mención a parte, porque directamente, parece que se haga de noche a gusto del guionista: en un principio quería tener presente todo el tema de la debilidad a la luz solar, y recuperar a su favor el que Drácula pueda provocar nieblas (como salía en la novela de Stoker), pero en la práctica, lo mismo cae el sol que se levanta, que se forman unas nubes cuando haga falta.



Por lo visto, Drácula Untold parte de la idea de hacer una especie de nueva versión de los Monstruos de la Universal, y que esta sería la primera tras la que podría venir la Momia y unos cuantos más. Lo cierto es que es una curiosidad el ver cómo han optado por plantear la película pensando en lo que podría gustarle al público moderno, aunque también parecían demasiado ocupados pensando en este público objetivo como para pulir el guión como deberían. De todas formas, también me gustaría ver una nueva versión de la momia algo más oscura que aquella tan ligera y para todos los públicos (aunque me entretuvo también) con Brendan Fraser. Y, puede que este Vlad Tepes no haya sido todo lo que debería, pero comparado con aquella cosa tan rara y llena de monstruos infográficos que fue Van Helsing, sí ha sido bastante digna.



2 comentarios:

satrian dijo...

A mí esta idea de transformar a los monstruos de la universal en iconos de película de aventuras no me acaba de convencer del todo. Esta primera película me ha resultado fallida en muchos aspectos, mejor que Van Helsing como comentas, pero tampoco tan entretenida como esperaba, y con ese final que deja el camino libre para secuelas más "actuales", espero que con el resto de "monstruos" lo hagan mejor.

Renaissance dijo...

Como idea, ha funcionado mejor que el intento con Hugh Jackman, que se quedó en un desvarío en toda regla.
Esta tiene sus fallos(algunos muy gordos) y tampoco me pareció tan entretenida como esperaba, pero se salva mucho gracias a Luke Evans. Al menos me he quedado con ganas de ver La momia.

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