Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

lunes, 3 de junio de 2013

Lectura de la semana. Ramsey Campbell y sus horrores variados



De todas las novelas y autores que he leído, Ramsey Campbell debía ser el único al que no le había hecho mucho caso o, todavía peor, había abandonado alguno de sus libros a las diez páginas. Es una de esas cosas que tiene bastante delito, teniendo en cuenta que he leído a escritores muchísimo más nefastos y me he divertido bastante con ellos. Además, sus novelas estaban disponibles durante los años en los que lo único que se podía encontrar en las estanterías de las tiendas era a Stephen King, que se estaba empezando a volver un aburrido, a Dean Koontz y sus horrores de familias perfectas, y a Anne Rice, cuyos vampiritos glamorosos no me gustaban nada de nada. Entonces, ¿por qué no le hacía mucho caso? Supongo que era precisamente por la época: si me costaba terminarme un relato de Arthur Machen, más me costaría una novela de un tipo que trabaja más el lado psicológico de los personajes que los monstruos y su variante más directa.



No está posando. Está intentando que la estantería no se le caiga encima

Fue hace poco, en una temporada en la que no tenía muchas ganas de empezar con algo de Thomas Ligotti, y sobre todo, después de haber visto Los sin nombre, que se basa en una de las novelas de Campbell, cuando tras encontrar un libro suyo por un euro decidí empezar de nuevo con este autor. Y ahora no me extraña que en su día no pudiera avanzar más allá del primer capítulo, porque con doce años no me interesaba gran cosa leer sobre señores con problemas y barrios ingleses feos…Claro que lo interesante vendría después.



El parásito comienza con una niña, de no más de diez años, que es abandonada por sus compañeros en una casa abandonada tras una accidentada sesión de Ouija. Nunca recordará nada, hasta que unos años después, empieza a experimentar una extraña situación en la que consigue separarse de su cuerpo, desplazarse a través de la ciudad de forma incorpórea, y a la vez, notar que una extraña presencia la acompaña. Por si no fuera poco el descubrir sus habilidades de proyección astral, que tampoco le sirven de mucho, un tipo bastante inquietante parece perseguirla, y su investigación sobre sus poderes la conducen hasta la historia de un ocultista del siglo XIX que pretendía aprovechar la posibilidad de transferir su alma a otro cuerpo para alcanzar la inmortalidad.

A favor de Campbell hay que decir que tiene un estilo muy correcto. En su momento había leído algún relato corto, concretamente, de sus años mozos cuando empezó escribiendo pastiches lovecraftianos (algunos, mejores que la media, todo sea dicho), pero es en la novela cuando demuestra que se defiende perfectamente a la hora de caracterizar bien a los personajes, darles profundidad y presentar una situación realista que puede ser igual de dramática que la sobrenatural, pero sin que esta se alargue hasta hacer que un libro de extensión media se ponga en 800 páginas (Stephen King, no miro a nadie..). Durante toda la trama, una de las mayores preocupaciones de la protagonista es la posibilidad de estar volviéndose loca, y que toda esa historia de los viajes astrales no sean sino la manifestación de una esquizofrenia. Su nueva situación afecta a su matrimonio, para mal, y al mismo tiempo, se enfrenta a la progresiva demencia senil de su padre, tema que me parece bastante dramático y más terrible que cualquier historieta de ocultistas malvados. Además, la ambientación, y la situación de la protagonista, es desesperanzadora, y durante toda la historia el lector ya tiene la sensación de que la aventura, aún cuando sea capaz de acabar con su enemigo, no va a terminar bien para ella.

El mayor defecto es estar trabajando con un material que hoy se ha quedado completamente obsoleto, casi tanto como los ovnis y las abducciones: los personajes investigan sobre las teorías del viaje astral, hablan sobre libros de ocultismo de esos que se vendían tanto a principios de los ochenta y que hoy parecen un poco ridículos y sensacionalistas. Es el problema de trabajar con algo que puede estar muy en boga en un momento determinado y que acaba cayendo en el olvido con el cambio de mentalidad de los lectores. Además, también incluye unas referencias a las actividades ocultas de los nazis, y la posibilidad de que Hitler se reencarnara que no se si quiere servir como pista falsa, pero solo hace que estos elementos de la novela se queden todavía más pasados de fecha. Aún con sus defectos, no me ha quedado mal sabor de boca, y seguramente lea alguna novela suya más adelante…O incluso, algo de su versión de los Mitos de Cthulhu, para los ratos nostálgicos.

2 comentarios:

satrian dijo...

Ramsey Campbell es cierto que muchas tramas resultan ahora algo rancias, pero no escribe mal.

Renaissance dijo...

Esta se queda un poco desfasada por detallitos como meter nazis de fondo sin motivo, la consulta por parte de la protagonista de libros sobre ocultismo con títulos muy sensacionalistas (a esto del viaje astral solo le veo aplicación práctica para copiar en los exámenes XDD), pero tiene algo en la forma de escribir que lo hace efectivo. Al final me he bajado una recopilación de todos sus relatos cortos, porque quería leer los de temática lovecraftiana, a ver si le da un aire un poco más inquietante que August Derleth o Brian Lumley.

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