Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

jueves, 17 de mayo de 2012

Inland Empire (2006). Una mujer en problemas y un público desorientado


No me mires así, que yo tampoco me he enterado de nada

A David Lynch se le conoce por Twin Peaks, y sobre todo, por una filmografía más rara que un perro verde. Al menos, eso me han dicho: no he visto la famosa serie de Laura Palmer, y de sus películas solo conozco Dune, Mullholland Drive y Cabeza Borradora que…bueno, sí, habrá que dar la razón a los entendidos, porque esta última se las trae.



A todo esto, se llama Inland Empire como podría haberse llamado Barrilete Cósmico: no tiene nada que ver

También debe ser cierto eso que dicen de que, cuanto más mayor se hace uno, más raro se vuelve, y en el caso de David Lynch debe tener un plus de rareza, porque desde Mullholland Drive, decidió que eso de los argumentos y la coherencia no iban con él y que a partir de ahora, iría filmando lo que le viniera a la cabeza.

 

El resultado en 2006 fue Inland Empire, que, a grandes rasgos, consiste en tres horas de secuencias muy raras, con diálogos intercalados en polaco y un hilo conductor muy poco claro. Con bastante esfuerzo, este podría condensarse en cómo una actriz recibe la visita de una vecina un tanto extraña, que le profetiza un papel en una película. Película que es un remake de una producción polaca de hace cuarenta años en la que los actores fueron asesinados. Los actores de la  que se está rodando parecen querer tener una aventura a espaldas de sus respectivos matrimonios, pero llegado un momento, es difícil saber si eso es lo que sucede en realidad o si se trata del guión que interpretan. La cosa se complica (aún más) cuando la protagonista, Laura Dern, pasa de ser una glamourosa actriz a una mujer abandonada por su marido, a compartir piso con un grupo de prostitutas de Hollywood, y finalmente, a contarle su historia a una especie de detective que asiste con cara de poker a unos relatos completamente absurdos y que poco tienen que ver con lo que se ha ido viendo en pantalla hasta el momento. Pero, que por algún motivo, hacen que el espectador se quede igual de pasmado que el personaje que escucha.


Si David Lynch quiere meter una secuencia con conejitos, está en su derecho. Y si fuera con gatitos, tendría todo mi apoyo

Llegado este punto, es difícil saber donde empieza y termina la película que ruedan, o cual sería el personaje real de todos lo que han aparecido interpretados por la misma actriz. De hecho, la mayoría de personajes que aparecen se desdoblan en distintos papeles: el marido de la protagonista se convierte en parte de la historia polaca. El asistente de rodaje se va volviendo cada vez más loco, siniestro, y acaba convertido en una especie de prestamista que sigue al otro personaje de Laura Dern y que parece bastante peligroso. Encontrar un argumento reconocible, o al menos, lógico, es lo más difícil: las cosas van pasando porque sí, se intercalan secuencias muy extrañas, como una teleserie protagonizada por conejitos, o una secuencia en plan screamer con la cara deformada de la protagonista, y un personaje que ve la historia en una pantalla de televisión mientras llora (más o menos, como debió llorar el público que pagó 7 euros de entrada por la película).

Todo ello muy típico del director pero que en mi opinión, esta vez se le ha ido la mano: porque una cosa es querer narrar algo, por raro que sea, y que el espectador lo entienda o la pueda interpretar como quiera. Y otra muy distinta, es que ni tus propios actores sepan qué demonios están rodando. Sin embargo, esto último funciona a su favor, porque en todo momento el reparto, aunque cumple en cuanto a interpretación, parece bastante perdido en algunas secuencias, salvo Jeremy Irons, que hace de director de cine y es al que le tocan las escenas menos extrañas.

 

Astuta maniobra de David Lynch, intentando que el respetable no se le duerma. Aunque sea a base de bocinazos

Seguramente Inland Empire no sea la película más adecuada para empezar con la carrera de un director ya de por si bastante rarito. Sin embargo, reconozco que la disfruté por lo extraña e inquietante, o al menos, así fue durante las dos primeras horas: las secuencias posteriores a la última toma de la película, con la protagonista abandonando el plató completamente desorientada, me resultaron un poco cansinas para una producción que de entrada, necesita bastante atención y esfuerzo para verla. Y desde luego, cuarenta y cinco minutos extra de miradas desviadas y música disonante rebasa la paciencia de cualquiera. Aunque incluyan al final un número musical de Nina Simone

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6 comentarios:

satrian dijo...

Sigo aparcando esta película porque me da mucho miedo el nivel de rareza que logra Lynch en esta.

Nof Low dijo...

La tengo en DVD, que me la compré por cuatro perras, pero no me atrevo, ¡no me atrevo!. Tres horas son muchas y no he conseguido encontrar el momento todavía.

Por lo que he leído presupongo que Mulholland Drive al lado de esta es clara y cristalina como un episodio de Los Tres Mosqueperros. ¿Me equivoco?

Renaissance dijo...

Satrian: Yo aparcaba a Lynch por el mismo motivo, pero cuando me da el aire, lo mismo acabo viendo La invasión de los zombies atómicos que la de arte y ensayo más incomprensible.

Nof Low: las tres horas fueron demasiado ambiciosas, y se nota demasiado que la película debería haber acabado antes. Pero, sí, Mullholland Drive es una lectura recomendada de la ESO comparada con Inland Empire.

Ana. dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
Ana. dijo...

Al ver las secuencias que nos has puesto puede parecer una película muy interesante y te despierta la curiosidad por rara sobre todo a mí me encanta todo lo que huele a raro. Pero creo que es de esas películas que cada vez odio más, las que te plantean multitud de incógnitas y que al final no te resuelven ninguna o muy pocas. Me han dado ganas de verla, los actores me encantan, pero creo que no la veré porque cada día más agradezco un desenlace redondo. Aunque hay excepciones claro. Creo que una película que te plantea muchas dudas y no te las resuelve tiene que ser muy buena para que te deje satisfecha y algunas hay afortunadamente. Aunque reconozco que en principio me digo, no la voy a ver, no quiero que me deje con las ganas y cabreada. Pero tu último párrafo especialmente me hace pensar que merece la pena. Y como te he dicho los actores me gustan muchísimo. Está una de sus actrices fetiche, una señora rubia que no recuerdo como se llama, que llena la pantalla con su presencia inquietante. Y Jeremy Iron me gusta muchísimo desde aquella serie maravillosa RETORNO A BRIDESHEA!!

Aunque por otro lado si el gatico no se ha enterado me fío de él!!

Besos!!
Ana.

Renaissance dijo...

David Lynch es famoso por no explicar mucho sus películas, pero dicen que desde Mullholland Drive, cualquier atisbo de lógica empezó a desaparecer. Con todo, y lo excesiva que se volvió al final, reconozco que incluso disfruté escenas como la de Laura Dern en uno de sus personajes múltiples explicándole distintas historias al detective, como si fueran microrrelatos. Y todo el tema pesadillesco que suele incluir en sus películas hace que, mal que bien, me haya quedado con ganas de mas...pero espaciado.

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