Hoy hemos asumido que habrá determinados libros que no llegaremos a ver terminados. Martin ha manifestado públicamente que dejemos de incordiar, y de Rothfuss nadie espera ni que empiece el tercer volumen de su crónica del asesino de reyes (da igual porque se supone que Kvothe iba a contar su historia en tres noches y en dos libros no ha pasado nada. Hala, ya lo he dicho). Pero, ¿qué pasa con aquellas que sí han tenido una continuidad, pero no traducidas? Narraciones originales, pero para las que los números no cuadraban como para continuarlas. Estas, además del factor económico, suelen caracterizarse por tratarse de historias con un personaje común, aunque autoconclusivas ¡, o con muy pocos cabos sueltos como para poder funcionar como un único libro sin continuarlo. Eso, con un poco de suerte, porque también puede darse el otro caso, en el que una saga con intención de continuidad queda condenada a quedarse ahí , con un final abierto. En este caso, una vuelta por las librerías de segunda mano ha traído muestras de ambas.
Steven Brust. Taltos. A Vlad Taltos, oriental, miembro de la casa Jhereg y como todos los de su raza, alguien inferior a ojos de los dragaeranos, le ofrecen dos miembros de esta raza un trabajo tan lucrativo como peligroso: adentrarse en la tierra de los Muertos y traer de vuelta el alma de uno de los miembros de su linaje. Un trabajo que, por su condición, es precisamente, un humano el que puede llevarlo a cabo. Aunque la especialidad de Taltos, además de unos cuantos trucos de brujería y el uso de la espada, sea más bien la de enviar a gente a l otro barrio previo pago y no al revés.
El personaje de Streven Brust fue originalmente publicado en Martinez Roca, al menos, los tres primeros libros de una serie que continua en la actualidad y anda por la veintena. Esta sigue las andanzas de Vlad Taltos, un honrado miembro de los bajos fondos en un mundo donde no solo existe la magia, sino dos razas distintas: los humanos, llamados Orientales, y los dragaeranos, quienes paradójicamente son los que se consideran humanos pero su longevidad y dominio de la magia , los acerca mucho más a los elfos de la fantasía tradicional. Y en la que se añade al escenario fantástico la animadversión entre ambas, aunque esta permita cierta convivencia. Una forma muy curiosa de añadir cierta nota de conflicto social para una saga un poco más centrada en la picaresca de eses protagonista, ciertamente un mafioso honorable, que en la alta fantasía.
Taltos sería la cuarta entrega, y planteada como precuela a las anteriores: la trama tiene lugar antes de los tres primeros libros y mezcla párrafos en los que se narran los primeros años del protagonista, así como sus primeros pasos en los bajos fondos. El estilo es muy rápido y aunque esto supone que sea fácil poder intercalar ambas líneas temporales, no es recomendable acelerar mucho leyendo, sobre todo tratándose de texto en inglés.
Aunque se incluya una parte de la historia del protagonista, de nuevo, este no es precisamente el nombre del viento: es muy breve, y el autor recurre mucho a jugar con elementos de la fantasía que el lector conoce por lo que le será fácil adaptarse e irlo hilando. Del trasfondo , aunque se ha ido desarrollando en los libros anteriores, también es fácil hacerse una idea, junto a los nuevos elementos que se van añadiendo. Tampoco es que se pueda meter mucha complejidad en una novela de ciento ochenta páginas donde parece que hasta los capítulos van tasado para pasarse de extensión. Y la trama, en comparación a este trasfondo y un poco el carisma de su personaje, es casi una historia bastante sencilla donde se juntan unas cuantas peleas callejeras, giros sorpresa y una resolución cerrada. Una novela simple, muy episódica, y en la que lo más atractivo, más que esa trama, es la presencia de ese mafioso que se toma su trabajo como un oficio más, en un mundo donde lo fantástico no impide que sus personajes tengan que convivir con situaciones tan anodinas como organizar gastos, pagar sus impuestos…o evitar una paliza de sus acreedores.
Barbara Hambly. El espíritu del mago oscuro. Cuando Joanna, una programadora que trabaja en uno de los múltiples proyectos del gobierno n una oficina de los Ángeles, es asaltada durante la noche por una figura que desaparece sin dejar rastro, no sospecha que ese sería solo el comienzo de un viaje que la llevaría aun lugar muy lejos del mundo que conocer: arrastrada al otro lado del Vacío junto a Caris, un guerrero, y Antryg Windrose, encarcelado durante años por ser el último discípulo de Suraklin, el mago que estuvo a punto de destruir el imperio de Ferryth, esta busca una forma de regresar a su mundo, pero también de detener a las criaturas que amenazan el hogar de Caris y Antryg, y cuya aparición parece hacer temer que Suraklin haya vuelto.
Hambly cuenta con varios libros publicados en España, una gran mayoría, en Timun Mas. Dos de sus novelas, Cazadores nocturnos y Vencer al dragón, también forman parte de series que se quedaron en un único libro traducido…afortunadamente, su carácter auto conclusivo hizo que pudieran funcionar igual. No ha sido el caso de El legado de Suraklin, una trilogía que se quedó en este único tomo publicado en la colección de Fantasía Épica, en la que lo mismo convivían novelas de franquicia con autores y sagas más interesantes, que se revalorizarían años después. En esta, Hambly utiliza el tema del viaje entre mundos, que había planteado previamente en El reino de Darwath, afortunadamente, publicado en su totalidad. Una idea que parece ser tan propia de los ochenta (también utilizada en El tapiz de Fionavar) como la presencia de clanes ninja hasta debajo de las piedras (empiezo a echar en falta que esos fueran nuestros únicos problemas).
Una parte de la trama se dedica a desarrollar un poco e mundo, que en lugar de limitarse a un escenario fantástico medieval, intentan avanzar un poco mostrando una sociedad donde la magia y un estamento religioso mantienen una convivencia muy precaria y donde el mundo parece estar a punto de entrar en una revolución industrial, siendo la electricidad una energía que tanto la ciencia como la magia utilizan. Esta describe l viaje de los personajes a través del reino, que sirve para desarrollar un poco a los protagonistas, el escenario, y también estableciendo la trama romántica entre dos de ellos. Una bastante personal no por lo intimista sino porque es bastante similar a la que se narraba en El reino de Darwath, y que la descripción de Joanna, la protagonista, guarda un sospechoso parecido con el aspecto físico de la propia Hambly. Salvo esta parte quizá un poco más predecible, la idea de la trilogía, o al menos, de ese primer libro, supone una vuelta muy curiosa a la idea de la similitud entre la magia y la ciencia, sobre todo, a los procesos informáticos que se describen y que entonces, no solo estaban muy lejos de lo que se alcanzaría 40 años después, sino que precisamente, por su novedad y potencial, producían un poco esa sensación de ser casi magia.