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jueves, 4 de enero de 2018

Star Wars: el último Jedi (2017). Variando la fórmula



Con el cambio de siglo, aparecieron nuevas tradiciones navideñas: los maratones de El señor de los Anillos tras la comida del 25 de diciembre, y una década después, los chistes sobre los cuñados y las reuniones familiares y el estreno de nuevas entregas de La guerra de las galaxias. Con un plan establecido de alternar secuelas oficiales y spin off, al 2017 le correspondía el estreno más potente, el de la continuación de El despertar de la Fuerza, con la expectación y dudas que esta despertaba. El regreso a las pantallas de la saga primero de Lucas, ahora propiedad de Disney, había dejado buen sabor de boca pero también una impresión posterior muy evidente: no era otra cosa que un reboot de La guerra de las galaxias que se estrenó en 1977. Y que terminaba con Rey, su protagonista, localizando al que aparentemente es el último Jedi, Luke Skywalker, dispuesta a comenzar su entrenamiento.



Ahora, aún con la duda de si un remake de El Imperio contraataca sería el que batiría las taquillas, la historia se retoma con unas perspectivas bastante desoladoras para los protagonistas. Luke se niega a entrenar a Rey, todavía abrumado por lo que sucedió con Kylo Ren, el nuevo Sith, y con las dudas acerca de si este era el único culpable de todos los males de la nueva República. Los rebeldes están sufriendo más bajas que nunca a manos del Imperio, llegando a perder temporalmente a la general Leia, gravemente herida, y Rey, intentando descubrir más sobre sus orígenes, se acerca peligrosamente a las promesas de Kylo Ren y lo que este parece saber sobre ella.



La película se estrena con una recepción muy particular: unas críticas positivas por parte de los especialistas, y unas opiniones más tibias por parte de los aficionados. Aunque, en conjunto, podría considerarse que esta entrega funciona bastante bien e incluso da un paso adelante a la hora de establecer su propia narrativa y personajes en lugar de vivir a la sombra de la saga clásica. Por un lado, terminan de hacerse firmes las propuestas y características que se presentaban en El despertar de la Fuerza: el humor ahora es una constante, siendo esta secuela una de las partes además de con más acción, con más componente de comedia. Una elección muy acertada, en la que se despoja a los personajes de bastante gravedad, haciendo que estos resulten menos solemnes y también algo más creíbles en algunos casos. Y que en otros se convierten en un rasgo propio de su carácter. Si previamente pudimos ver muy poco al piloto Poe Dameron, ahora protagoniza una de las tramas principales, en las que termina de mostrarse verdaderamente su desarrollo como personaje así como un carácter muy burlón que llega a afectar directamente incluso a los miembros del imperio, quienes a los pocos minutos de comenzar el metraje, son ridiculizados sin piedad por este. En este sentido, sorprende un poco ver incluso a los personajes caracterizados anteriormente por una actitud más seria tocados por este nuevo sentido del humor, aunque sea momentáneamente, sin que por suerte, se convierta en una especie de chiste continuo o un tono más ligero como el de la saga Marvel.



Estos personajes nuevos también van ganando más terreno a los veteranos. En parte, debido al fallecimiento de Carrie Fisher durante el rodaje, con lo que, salvo que se vuelva a recurrir al mismo sistema con el que terminaron esta película, o trajeron de vuelta a Peter Cushing (por lo que más quieran en esta vida, no lo hagan), será la última aparición de la princesa Leia. El resto ha ido teniendo una presencia menor, tanto Luke Skywalker, cuya trama resulta un tanto forzada de cara a sacar de la saga al personaje, como R2D2 y C3PO, cuya aparición es anecdótica y ahora ha sido cubierta por el androide BB8..Y en cierto modo por los Porgs a modo de alivio cómico, sobre los que lo mejor que se puede decir es que al menos, han aprendido de errores pasado. Está claro que están ahí para ser monos y vender merchandising, pero por lo menos su presencia no se hace tan machacona como la que pudo ser la de los ewoks o Jar Jar Binks.



Respecto a los nuevos protagonistas, cuentan a su favor en algunos casos con una química muy positiva: han borrado, al menos de momento, cualquier atisbo de orígenes misteriosos sobre Rey, que, además de hacer que su evolución resulte menos complicada y marcada por argumentos previos, concuerda muy bien con la nueva filosofía que pretende darse a la saga acerca de la Fuerza como algo libre y no unicamente vinculado al mundo de los Jedi y a las normas que el público conocía sobre lados oscuros, luminosos y dramas familiares. También sirve para presentar una dinámica bastante novedosa con su antagonista, quien ahora por suerte ha evolucionado de ser un Darth Vader versión 2015 para convertirse en alguien bastante más complejo, o cuando menos, un villano bastante curioso. Lejos del Vader original, Ren sigue siendo presentado como alguien inestable, muy irascible y lejos del perfil calculador que podría esperarse. Y que a su vez, aporta una química bastante divertida con el general Hux, quienes ahora se han quedado como los representantes más jóvenes del imperio y cuya falta de experiencia provoca a menudo situaciones bastante cómicas. Es un poco difícil tomarse en serio a dos malvados que entre sí se comportan como dos alevines de yuppie compitiendo por un puesto, pero también bastante divertido.


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Pero son también algunos personajes los que provocan los momentos más fallidos. Aunque por suerte hayan conseguido alejarse ya de la sombra del original, es imposible no acordarse de Lando Calrissian durante la brevísima aparición del ladrón interpretado por Benicio del Toro, además de resultar un tanto desconcertante que el temible lider en la sombra sea retirado de la trama de un plumazo bastante rápido, si no es para irle haciendo sitio a los protagonistas. Y, en una película que se convierte en la más larga de la saga, recaen sobre Finn los momentos más aburridos del guión junto a un nuevo personaje, que parece ir a convertirse en su interés romántico, con el que no llega a tener demasiada sintonía ni esta una caracterización demasiado llamativa.

El ùltimo Jedi cumple bien lo de “quedarse con lo bueno”. En este caso, ha sido el sentido del humor, el confiar en unos nuevos personajes que pueden tomar el relevo, e incluso el no volver a caer en la pasión por el CGI que machacó el cine a principios del 2000. Es una herramienta necesaria, pero junto a la que conviven perfectamente efectos más artesanos como el que podría ser la aparición de Yoda, pero el que conocimos en su primer momento: una marioneta, con toda la expresividad que puede tener esta y quizá con una ayuda digital menos perceptible pero útil. Es imposible exigir que el episodio IX sea perfecto, pero sí que continúen por este camino…O cuando menos, que Carrie Fisher pueda descansar en paz.

2 comentarios:

José Miguel García dijo...

¡Caramba, esta vez el evidente "contacto" de temas y obras que hay entre nuestros dos blogs ha rizado el rizo: casi a la misma hora en que publico sobre Star Wars VIII descubro que tú haces lo mismo... hasta que me doy cuenta de que lo publicaste ayer!

En fin, coincidimos en unas cosas y en otras no. Sobre todo, en la revalorización del personaje de Kylo Ren, que por fin encuentra su propio lugar, demostrando que es el villano más inestable e imprevisible de los últimos años. Luke no está muy bien aprovechado y en cuanto a los dos robots de la primera trilogía, hace ya años que se les quitó toda la gracia a base de explotarlos tanto. ¿Se notaría mucho si no aparecieran en ninguna peli más allá de "El retorno del Jed"?

El sentido del humor a mí no me ha llamado la atención, y en cuanto a Dameron creo que, aun cuando sale más que en "El despertar de la Fuerza", sigue siendo un diamante por pulir, y aquí se abusa un poco de hacerlo tan tan tan indomable... para, en último extremo, no hacer nada. Piensa que ni siquiera es importante en la lucha final en el planeta Crait: es el primero en dar la vuelta a su nave cuando se enfrentan al cañón, y tienen que ser Finn (y al final, Rose) los que acaben con el arma. Ah, y es verdad que es un acierto borrar cualquier tentación de pasado misterioso en Rey: no tendría sentido hacer ahora que fuera hija o sobrina secreta de Luke, que es lo que parecía al acabar la primera película.

Por todo ello, es indudable que esos detalles harán que esté en la taquilla de mi cine en cuanto anuncien el Episodio IX...

Renaissance dijo...

Solo un día de diferencia de la publiación de cada entrada sigue siendo bastante rizar el rizo también, aunque solo fuera por la fecha a la que la mayoría de gente pudimos acudir al estreno. Ya no me acordaba lo que es intentar conseguir entradas cuando una película mueve tanto público...

La aparición de los personajes de la primera trilogía casi obedece a que estos lo hagan para despedirse: Han Solo, Leia (aunque esta por fuerza mayor) y después Luke, que casi acaba cumpliendo el esquema de todo maestro Jedi desapareciendo en el desenlace..

Sin duda el mejor acierto fue la decisión del pasado de Rey, olvidándose por fin de giros y trasfondos más complicados...con Kylo Ren es suficiente, y al menos lo cumple con creces.
Cuando menos, esta entrega ha presentado situaciones muy interesantes de cara a la próxima, aunque todos sepamos que no va a ser perfecta, al igual que la trilogía clásica, no podemos evitar eperar saber que sucederá con el último jedi.

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