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jueves, 5 de octubre de 2017

Verónica (2017). Ocultismo, Vallecas y Héroes del Silencio


En 2007 Paco Plaza la cartelera con una película donde mezclaba de forma muy hábil el rodaje con cámara en mano, los infectados y hasta las posesiones diabólicas. Aún con entregas un poco irregulares, esta dio para una franquicia bastante divertida. Es curioso que justo diez años después vuelva a presentar una producción de terror recurriendo a temas que en general, no se emplean demasiado en España. Si en Rec optó por los zombies (perdón, infectados) y la filmación desde el punto de vista de sus protagonistas, el guión de Verónica está basado en algo que nos parece habitual en cada entrega de Expediente Warren, pero no tanto en el género fantástico local como sería el contar con un guión inspirado en hechos reales.



Verónica es el nombre de la joven protagonista, y autora de una llamada que la policía de Vallecas recibió una noche de 1992, registrando en sus informes el que sería el único caso de poltergeist del que hay constancia oficial. Pero eso es solo una parte de la historia, porque esta comienza unos pocos dias antes: cuando Veronica, una joven de quince años, huérfana y un tanto abrumada por su papel como cuidadora de sus tres hermanos, decide celebrar una sesión de ouija junto a dos amigas para intentar contactar con su padre. Esta termina con un enorme susto y una espantada por parte de dos de ellas, mientras que para la protagonista comenzarán una serie de terrores nocturnos que irán volviéndose más reales: golpes en la oscuridad, una sombra que deambula por su casa y la sospecha de que, lo que hubiera contactado mediante el tablero, volverá a por ella y sus hermanos.



La impresión que produce una vez terminada la película es que esta ha sido un acierto pleno: con una hora y media escasa, resume perfectamente lo que acontece en menos de tres días, dándole en cambio a cada momento una sensación de lentitud muy acertado teniendo en cuenta las situación de su protagonista: además de tratarse de una adolescente, para quienes una hora de clase o un fin de semana parecen mucho más largos que a un adulto, es alguien que se encuentra aterrorizada y cada momento de tensión dura una eternidad.



La ambientación no es otra que la época en la que los sucesos que la inspiran tuvieron lugar, pero también ha sido uno de los elementos más atractivos: son, simplemente los noventa. Pero los de verdad, no los de la nostalgia, donde aparecen las cosa que el público recuerda, las que ya ha olvidado y las que preferiría olvidar. El barrio donde tiene lugar la historia, donde los yonkis campan a sus anchas, los bares donde los parroquianos comentan el futbol a gritos o donde Cajón desastre era el programa infantil estrella los sábados se presenta como algo real, y habitual no hace mucho. Y donde el interés de la protagonista por el ocultismo viene gracias a los fascículos de los kioskos y no a internet, y donde precisamente por su desconocimiento, tiene lugar uno de los momentos de mayor humor negro de la película. Sin decir nada más, todo surge precisamente a partir de un detalle tan simple como el que esta ignore lo que es un mantra.


 
Una de las cosas que más miedo dan después de los espectros: las monjas

El tratamiento de la trama sobrenatural está muy vinculado a los personajes, y especialmente, a cómo se suele analizar los fenómenos poltergeist en la parapsicología, como son la aparición de la ouija y sobre todo, un personaje central en la adolescencia y sometido a mucha presión. Una sorpresa, pero de las buenas, es el conjunto de los secundarios que la rodean: bien caracterizados, y en ningún momento juegan a volverlos insufribles para polarizar la situación. Los hermanos menores de la protagonista son muchas veces irritantes, a veces graciosos, pero niños a fin de cuentas (bueno, una casa con tres críos armando jaleo es casi la pesadilla de cualquier hijo único) y el espectador acaba sintiendo el mismo temor por ellos que el que puede tener el personaje principal . Las interpretaciones de estos, era de esperar, están muy lejos del arquetipo de niño irritante o repollo que acabó vendiendo la televisión durante varios años. Y Sandra Escacena en el papel protagonista puede estar muy satisfecha con su debut, porque salvo algún momento en el que parece estar un poco perdida en una escena de suspense, lleva el peso de la película con éxito.



Queda lo más importante en una cinta de terror: los sustos. Sustos, tensión o suspense, si queda más fino. Y más adecuado al tono de la historia: pese a no eludir la parte sobrenatural, contando con un par de apariciones fantasmales, esta es mucho menos exagerada, y más gradual, que lo que podría aparecer en un Expediente Warren o Insidious: juegan un poco con la ambigüedad, no quedando a veces claro donde termina la pesadilla y donde empieza lo real, y en todo momento se limitan a mantener la tensión, en sugerir más que mostrar hasta el desenlace, donde todo se hace más evidente y violento para los personajes, y sin ceder al truco sobresaltar subiendo el volumen para asegurarse que funcionen.



Aunque se estrenase en una fecha tan poco propia para el terror como es agosto, y con una competencia posterior tan dura, en calidad y medios como es It, Veronica ha sido todo un acierto y seguramente una de las mejores películas de terror que se han podido ver este año. No sé si Paco Plaza quiso repetir el éxito de Rec, pero ha acertado de pleno.

5 comentarios:

Kaoru dijo...

Ay. Quiero verla por la ambientación y porque escuché al director hablando por la radio y me gustó mucho lo que dijo, pero es que llevo mal las pelis de terror y me sugestiono mucho. También quiero ver Madre!, pero temo lo mismo.

José Miguel García dijo...

Hace tiempo que le tengo perdida la pista a Paco Plaza, pero en su día me encantaron las dos películas con las que debutó en el largometraje, "El segundo nombre" y "Romasanta", dos excelentes títulos de terror, que dejaron ver a un director con sentido de la atmósfera y del horror abstracto, algo difícil de encontrar en España. Luego se sumergió en la saga "[REC]", y como el primer título me dejó más bien indiferente ya no vi los otros. Parece ser que "Verónica" tiene más que ver con sus primeras pelis, de modo que puede ser una buena puerta para el reingreso en el cine de este valenciano.

Renaissance dijo...

Kaoru: del director de Madre! vi hace años Cisne Negro, pero creo que tuve suficiente con sus tramas psicológicas..Es un director al que tienes que verlo con ganas.
La de Verónica es una película que funciona en todos los sentido: breve, es de terror (aunque en el lado bueno, las escenas son más de tensión y no de pegar sustos subiendo el volumen) y los personajes están muy bien caracterizados. Y el mérito que tiene es que esta sí es de las que produce un poco de agobio en cuanto acabas sola en casa..

José Miguel García de Fórmica-Corsi:a Romasanta tendré que darle una oportunidad, porque era de las que había descartado durante la época en las que aquella Fantastic Factory hizo unas cuantas películas de tercera en España. Mal que bien, lo que se le puede reconocer a REC en cuanto a gestión, es el haber sido capaz de crear una franquicia de terror que compita perfectamente en cualquier mercado (y lo cierto es que me reí mucho con el humor negro sobre bodas en la tercera entrega).

Unknown dijo...

Recuerdo con agrado "El segundo nombre", "Romasanta" no me acabó de gustar (el tono entre la fábula y el horror crudo no me pareció conseguido ... prefiero con mucho, aunque no sea valiente de decir, "El bosque del lobo") y esta "Verónica" creo que es su mejor película. He visto algunos calificar la ambientación de "caspa Cuéntame", pero a mi me parece perfecta y creíble, no soy especialmente de Héroes del Silencio, pero, aparte de ayudar a esa recreación, las letras de las canciones funcionan muy bien para definir el estado de la protagonista (la actriz, más que eficiente). Lo mejor es que es una cinta que potencia el aspecto psicológico (no es una de tantas pelis de fantasmas, que más allá de que aparece un espectro, los personajes humanos están ahí por estar, podían ser esos como otros, sin importar sus psicologías ... los traumas en esas pelis: que si me he divorciado, que si he perdido un hij@, no los incluyo, de típicos y finalmente inanes que han devenido), los pliegues de la trama (la sugestion de la importancia del sexo en el asunto, y que permite preguntarse, ¿que tiene / tuvo que ver el padre en ello?) y su ambigüedad sobre lo que pasa (realidad o imaginado). Relacionado con ello, AVISO SPOILER quizá se podrían haber ahorrado el que el policía finalmente la vea ahí, como levitando, pero bueno. FIN SPOILER También me sobra lo de la monja ciega, otra cosa que de típica, casi parece parodica.
Las apariciones de la cosa me recordaron a las de otra peli española, "Sobrenatural" de Eugenio Martín, no sé porqué, ya que el fantasma no era físicamente parecido (al menos, por mi vago recuerdo), quizá cosa de atmósfera o simplemente los andares del espectro jeje

Renaissance dijo...

¿Caspa Cuéntame? Menuda queja tienen algunos, si precisamente la ambientación es una de las mejores: es la década tal cual, sin apelar a falsas nostalgias y que no se queda con los tópicos de la década.
Lo cierto es que incluso a nivel psicología de los personajes es una película muy redonda, a la protagonista realmente es fácil creersela como alguien que recurra al ocultismo al verse desbordada con un papel de cuidadora. Y si la actriz protagonista es muy buena, los niños pequeños son también toda una sorpresa: generalmente es muy difícil no caer en la caracterización de repelentes o pretendidamente graciosos, sino que aquí parecen niños de verdad: revoltosos, que a veces acaban con la paciencia de su hermana (algo también muy bien explicado en la secuencia de pesadilla) pero que a fin de cuentas, están tan perdidos como su protagonista.

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