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lunes, 18 de abril de 2016

The Dead Room (2016). El misterio de la habitación en obras


En los últimos años las películas de fantasmas están gozando de buena salud. O al menos, la mayoría son producciones bastante resultonas que, cuando no son tan efectivas como Insidious, son la mar de entretenidas que lo que se podía ver hace algún tiempo…O, bueno, con esforzarse un poco y evitar los sustos a base de subir el volumen, me conformo.

 


Dead Room evita cualquier convención previa sobre casas encantadas y familias aterrorizadas, sino que va al grano: empieza directamente con la llegada de tres investigadores a una casa, de la que sus habitantes han escapado apresuradamente debido a los fenómenos que tenían lugar. Tanto, que hasta se les han quedado allí los periquitos, detalle que me parece bastante feo por su parte y espero que sus propietarios las pasaran negras con el fantasma (en realidad están bien y son bastante indiferentes al tema paranormal). El equipo, formado por una médium, un científico bastante ilusionado con la posibilidad de encontrarse con algo real, y otro un poco más escéptico, se encuentran en unas pocas horas con lo que les habían advertido: una violenta entidad invisible que cada noche, sacude los muros de la casa y parece querer, por todos los medios, echar de ahí a cualquiera que se encuentre en ella. Ante la sorpresa de los investigadores, solo hay algo más enigmático que el poderse encontrar con un fenómeno pararnormal real: una habitación de la casa, que parece aislada a estos, y donde aparentemente, la criatura no puede entrar.

 

La mayor ventaja de la película es su comienzo, de una forma muy directa: no interesa lo que le hubiera pasado a los anteriores dueños, sino que la historia concierne a los investigadores. Estos se presentan de una forma muy adecuada, casi neutra: tres personas interesadas en lo paranormal, con visiones distintas y algún conflicto por esto. En este caso, no hay ninguna trama sobre el enfrentamiento de opiniones, ni siquiera aspectos personales de los protagonistas que se pongan de manifiesto al verse frente a lo sobrenatural. Las discusiones que estos tienen en algún momento recuerdan más a un conflicto laboral que a un encarnizado enfrentamiento entre fe y ciencia. Vamos, yo creo que son los personajes más serios y profesionales que he llegado a ver en una película. En realidad esta presentación tan neutral hace que el guión sea muy conciso y muy centrado en lo principal, que es la investigación. Y además no evita que estos tengan una caracterización, mediante detalles como mostrarlos leyendo, hablando con su familia o revisando datos. Algo que también les aporta coherencia: no es el típico personaje que se va a pasar hora y media gritando, pero seguramente el público tenga más simpatía por ellos que por uno más estereotipado.

 


El enfoque también procura ser realista, dentro de tratarse de una historia de fantasmas: en realidad, no aparece ninguno. Aquí lo sobrenatural se manifiesta como suelen hacerlo en los testimonios típicos de poltergeist y casas embrujadas: ruidos, objetos que se mueven, golpes y finalmente, actos más violentos según se acerca el desenlace de la película. No es precisamente una historia para ver exhibiciones de fantasmas ni golpes de efecto, sino que es una aproximación  más sutil. Algo muy acertado por lo limitado del presupuesto, que usan de forma bastante hábil, y que, al enfocar todo desde un punto de vista más propio de la investigación, evita uno de los mayores clichés de este género: los sustos inesperados. Habrá ruidos, golpes y sillas volcadas, pero en ninguno de los planos de pasillos y habitaciones vacías se recurre a sombras ni cosas que aparecen de sopetón. Además de agradecerse, funciona mucho más: estaba tan acostumbrada a esperar este tipo de trucos, que más de una vez estaba pendiente de esos momentos en los que por convención, debería haber aparecido algo.

 

En el guión hay dos influencias bastante notables. La primera, el relato de fantasmas clásico, especialmente los de M. R. James: la historia se narra a través de los sucesos que viven los protagonistas, y solo al final, al desvelarse lo que hay en esa habitación aislada, se tiene una ligera idea de lo que pudo haber sucedido. Algo que en realidad, no se muestra, porque el guión no da ninguna información sobre los antecedentes de la casa. Y que en realidad, no se echa en falta: ese sugerir más que mostrar funciona tanto a nivel visual como en el trasfondo de la historia. El otro es La leyenda de la mansión del infierno, en su versión cinematográfica al menos: hay elementos que no son parecidos, sino que hacen pensar que están calcados tal cual. En algunos momentos, los piques entre la médium y el científico recuerdan un poco a los protagonistas de la obra de Matheson, que, por suerte, solo se queda  en “un poco”. Pero el parecido más evidente es el recurrir a una máquina pensada para acabar con un fantasma, algo que, más que una influencia, resulta directamente calcado.

 


The Dead Room es otra película menor, pero funciona. Con unas influencias bastante reconocibles, y un giro de guión que en un primer momento, sorprende, no es una historia memorable, pero entretiene mucho. Solo decepciona su desenlace, donde deciden tirar por la borda todas las normas anteriores y recurrir a una aparición más visual, quizá por miedo a que su público protestara por ver una película de fantasmas sin fantasmas. Aparición que en realidad no molestaría y sería una sorpresa más de no ser por un detalle: una película no debería finalizar con una imagen de susto en plan screener.

4 comentarios:

Anacrusa dijo...

No la conocía. Con lo que cuentas, otra que me apunto xD. Eso de que sea sutil seguro que me gusta. De tema fantasmas lo que más me ha gustado hasta el momento es la novela 'The Haunting of Hill House', de Shirley Jackson.

Renaissance dijo...

Salió hace un par de semanas como mucho, y la verdad es que me ha gustado, más que otras donde hay más despliegue de fantasmas. En novelas de fantasmas de enfoques similares, The Haunting of Hill House me parece superior a Hell House de Richard Matheson, aunque curiosamente, me gustó más esta última.

Anacrusa dijo...

La novela de Matheson es muy buena. Lo de la casa como símbolo del mal está muy bien traído, algo que aprovecharía Stephen King en otras novelas. A ver cuando ponen la peli e el cine de mi ciudad. Esto de ser de provincias... xD

Renaissance dijo...

Esta, de estrenar en cine, no me tiene ninguna pinta XD. Yo la vi en casa, como mucho la doblan y la acaban subiendo a alguna plataforma

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