Hace 23 años se estrenaba una película que supuso un antes y un después en el cine de zombies. La producción de Danny Boyle no solo se convertía en una pieza clave como lo fue La noche de los muertos vivientes, sino en la discusión acerca de las capacidades de los zombies que tuvo lugar durante los primeros años de la década del 2000: ¿estos pueden correr, sí o no? En realidad estos, sí pueden. Porque por mucho que su comportamiento carente de racionalidad nos recuerde a los cadáveres reanimados, lo que provocaba los hechos narrados en la película de Boyle no eran zombies, sino infectados por un tipo de rabia que se propagaba rápidamente como una epidemia. La película tuvo una secuela pocos años después, que dejaba un final abierto en el que sugería que la enfermedad, convertida en pandemia, se había extendido más allá de Gran Bretaña. Y ahora, unos pocos menos que los 28 años del título, la historia continúa, décadas después de que los esfuerzos por contener una pandemia global fueran inútiles.
Desde que el intento, hace casi treinta años, de detener la expansión de un peligroso virus más allá de la zona donde este empezó a manifestarse, las autoridades europeas optaron por aprovechar las fronteras naturales del mar y aislar al Reino Unido en cuarentena. Desde entonces nadie puede salir pero tampoco entrar en las islas. Sus habitantes fueron abandonados a su suerte a la espera de que la propagación del virus se detuviera por la falta de huéspedes. Pero unos pocos consiguieron sobrevivir. Aislados por la marea que separa durante parte del día la isla de Lindisfarne de la principal una pequeña comunidad sobrevive recuperando objetos mediante incursiones en la tierra. Estas son también un ritual de paso a la madurez. Y Spike, un niño de doce años que vive con Jamie, su padre, e Isla, su madre, aquejada por una enfermedad incurable en una sociedad sin conocimientos médicos, debe realizar ese primer viaje junto a su padre. E n una tierra abandonada, poblada por infectados que han evolucionado para adaptarse al medio, Spike ve un mundo que desconocía, tanto una tierra desde cuyo interior no es posible ver el mar, como la complejidad y los secretos del mundo adulto. Pero también que ese nuevo lugar lleno de peligros puede suponer una esperanza, cuando descubre que, aislado durante años un medio, ha conseguido sobrevivir, que tal vez este tenga la explicación para lo que sucede a su madre, o incluso una cura.
La película retoma a algunos de los elementos audiovisuales que se utilizaron en la primera entrega, haciendo que tanto la saturación de las imágenes, y sus sonido, tengan un aspecto menos tradicional. En este caos, lo más llamativo ha sido el uso de la cámara de un IPhone para determinadas escenas, algo que no dice mucho para los que desconocemos los aspectos técnicos de un tipo tan especifico de lente pero es inevitable no fijarse en un montaje crudo, en el que esas nuevas generaciones de infectados son gravados con luz nocturna, de forma casi documental y amateur, y en el que el ritmo de na narración se alterna con secuencia gráficas, muy aceleradas, pero también con imágenes de archivo de cine clásico, en las que se aluden a conflictos bélicos del pasado, así como la alocución del poema de Kipling que acompaña a estas secuencias y a las de la vida diaria de los supervivientes. Una manera poco convencional, arriesgada pero difícil de olvidar, de enlazar el pasado y el presente de las islas, así como los cambios, o la escasa diferencia entre épocas en algunos casos, que esta ha presenciado.
Estos cambios son también una constante del guion: el Brexit es el suceso que parece esta detrás de toda la trama, un ante s un después en la historia, tanto real como ficticia, y que aparece de forma bastante evidente en esa separación entre Inglaterra y el continente, narrado al principio. Pero también en l a comunidad de supervivientes que permanecen unidos a la isla principal por esa ruta que se queda sumergida por las mareadas gran parte del día. Una Inglaterra rota, estancada en la cultura de hace veinte años por los sucesos de la primera película y que ahora sobrevive gracias a una comunidad pequeña, que vive de los conocimientos y recuerdos que conservan, o han decidido conservar (como el Boots de Kipling que marca los entrenamientos y la caminata del protagonista). Referencias a la cultura popular, como los teletubbies o los Power Rangers, hoy muy lejanas, son las que se encuentran en ese escenario congelado en un momento del tiempo. Junto a una muy concreta y muy vinculada a la historia reciente del Reino Unido, que refleja bien lo que habría sucedido de no haberse conocido la verdad relativa a cierto personaje allá por 2011.
El uso de estas puede parecer cuestionable a veces: sirve también como elemento humorístico en alguno de los momentos de la película, y si bien en el desenlace este puede resultar un poco chocante, también sirve para una de las situaciones más divertidas en una historia por lo demás oscura: ¿qué pasa cuando una persona, nacida y criada como hace dos siglos, se encuentra con los valores y cánones estéticos propios del Instagram post 2020? Nuestra década tampoco sale muy bien parada.
El hilo conductor de la historia, será, sin embargo, el viaje de su protagonista. Concebida como un coming of age, en el que la presencia de las referencias culturales anteriores actúa como vínculo con un pasado que el personaje principal apenas conoce, esta refleja de forma cruda ese paso a la madurez, a la consciencia de la mortalidad y a la complejidad del mundo adulto. El viaje del protagonista comienza con un intento de encontrar un médico para su madre a causa de una dolencia que desconoce….pero que ambos progenitores saben cuál es, aunque estén demasiado asustados como para nombrarla. De este modo, se establece también una oposición entre la figura del padre del protagonista, centrado en la supervivencia, como huida hacia delante. Por otro lado, la figura del doctor Kelson, cuya aparición en el tráiler resulta engañosa. Este es un personaje positivo, una suerte de ermitaño y guardián de los muertos, casi un reverso del Coronel Kurtz al que parece referenciar y que considera a esos infectados no una amenaza, sino una forma de vida distinta. Es a partir de su aparición cuando la trama abandona el tono de thriller de supervivencia con toques de ciencia ficción (con esos infectados evolucionados en distintos tipos) para centrarse en esa idea de viaje a la madurez, no necesariamente realista: la fortaleza de huesos será lo menos extraño que el héroe encontrará en el viaje que desde entonces, a pena acaba de comenzar.
No fueron 28 sino 23 años los que ha tardado en estrenarse una secuela más que digna a esa primera película de pandemias y supervivencia. Dos décadas en las que varias crisis , una pandemia global y un par de guerras más han pasado a formar parte de un guion cuyo tono, muy distinto a su primera entrega precede, de forma sólida a las secuelas que Boyle ha anunciado para los dos próximos años.
Yo salí del cine bastante descontento con la película. Todavía tengo que digerirla un poco más. Fui sin saber nada de la película y con la expectativa de que fuera una continuación de las otras dos. Luego ya he visto que se trata de aprovechar ese universo para lanzar una trilogía.
A nivel formal se acerca mucho a lo que fue la primera, por ahí ninguna queja, con unas escenas de acción buenísimas. Pero la historia parece hecha de segmentos que no me terminan de encajar bien. Primero el rollo "The Last of Us", luego la parte "Apocalypse Now", el final "La naranja mecánica" con parkour... Siempre anda bordeando esa fina línea entre la fascinación y el ridículo. No sé, es más cosa mía por ir a ver la peli esperando una cosa y encontrarme otra. A ver qué tal la siguiente peli.
De los británicos sólo espero que entreguen las armas y se disuelvan, y si eso no puede ser, un buen muro de Adriano en el norte y patrullas costeras en el sur xD.
1 comentario:
Yo salí del cine bastante descontento con la película. Todavía tengo que digerirla un poco más. Fui sin saber nada de la película y con la expectativa de que fuera una continuación de las otras dos. Luego ya he visto que se trata de aprovechar ese universo para lanzar una trilogía.
A nivel formal se acerca mucho a lo que fue la primera, por ahí ninguna queja, con unas escenas de acción buenísimas. Pero la historia parece hecha de segmentos que no me terminan de encajar bien. Primero el rollo "The Last of Us", luego la parte "Apocalypse Now", el final "La naranja mecánica" con parkour... Siempre anda bordeando esa fina línea entre la fascinación y el ridículo. No sé, es más cosa mía por ir a ver la peli esperando una cosa y encontrarme otra. A ver qué tal la siguiente peli.
De los británicos sólo espero que entreguen las armas y se disuelvan, y si eso no puede ser, un buen muro de Adriano en el norte y patrullas costeras en el sur xD.
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