Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

jueves, 23 de febrero de 2023

La leyenda de Vox Machina, Temporada 2 (2023). Subiendo de nivel

 


El año pasado se estrenaba en Amazon una serie de animación cuyo origen era un tanto sorprendente. Lejos de recurrir al comic, o incluso al videojuego, esta  venia de las partidas de Dungeons & Dragons que Critical Role retransmitía por twitch. A partir de su financiación por mecenazgo, comenzaba su distribución mediante la plataforma del señor bezos, y un éxito que le supondría contar con la segunda temporada que se estrenó el pasado enero.


El grupo de aventureros que se hace llamar Vox Machina, Percy, vex y Vax, Scanlan, Grog, Pyke y Kayleth, se encuentra, tras lo sucedido en Piedrablanca, e una buena situación: tras haber librado a la ciudad de los usurpadores, Percy, el legítimo heredero y líder del grupo ha expulsado al espíritu de la venganza que lo poseía cada vez más. Pyke ha encontrado el equilibrio entre su papel de sanadora y miembro de un grupo bastante conflictivo, y el reino de Exandria los recibe  como los héroes en que se han convertido. Pero la celebración dura poco, cuando una manada de dragones arrasa la ciudad cubriéndola con fuego, hielo y ácido a su paso. Los héroes, la reina y unos pocos supervivientes consigue huir a duras penas de una ciudad destruida por los dragones y controlada por un violento d grupo de saqueadores. La única forma d detener a unas criaturas que dicen formar parte del Cónclave Cromático, es salir en busca de una serie de armas legendarias, conocidas como los Vestigios, que les darán l el poder necesario para ello. Pero estas, en las manos, o zarpas equivocadas, pueden tener el efecto contrario, y el líder del cónclave de dragones está dispuesto a obtenerlas y usarlas a su favor.


Si la primera temporada, si bien presentaba las dinámicas entre los personajes, se había centrado en el trasfondo del líder del grupo y resolver la trama que le correspondía a este, esta es mucho más coral, teniendo su parte cada personaje. Quizá la principal sería la de los gemelos Vex y Vax, especialmente este último, pero  resulta más equilibrada junto al resto y la impresión general es que todos han tenido su momento para desarrollarse. Salvo Percy, que lo tuvo en la primera, y ahora es un personaje menos dramático y con un punto cómico similar al resto. En este caso, el  desarrollo no se trata solo de conocer algo más de su pasado o que estos evolucionen, sino que está muy ligado a las herramientas propias del formato en que nació la historia: los protagonistas, esta temporada, suben de nivel. Se vuelven más poderosos, mas fuertes, consiguen armas legendarias e incluso  se enfrenta a un dragón, lo que en términos de juego, es algo muy difícil.


Esta subida de nivel viene vinculada al tipo de narración que emplean: aquí la sensación de estar viendo una partida es mucho mayor, con los personajes moviéndose por distintos escenarios para cumplir una misión concreta, teniendo sus turnos para realizar acciones heroicas y   desplazándose por escenarios tan reconocibles como tabernas, bosques, el reino de las hadas o ciudades enemigas. Es mucho más fácil reconocer esas situaciones y mecánicas que podían estar al otro lado, hasta el punto en que una trampa que el dragón detecta a tiempo, hace pensar que han debido de fallar la tirada. El tono desenfadado se mantiene, de modo que se nota mucho más que la narración se gestó en una mesa con dados, y no ante una hoja en blanco.

La calidad de la animación sigue siendo muy buena. Los diseños de los personajes y su expresividad son muy deudores de la animación más moderna, la que ha bebido del anime y no de los dibujos tradicionales. Muchos recursos de esta, como los movimientos o los destellos de luz, recuerdan directamente a este formato, y en el conjunto solo falla el uso de la infografía. Los dragones, por su diseño y animación, parecen fuera de lugar en comparación al resto, y aunque la calidad del diseño de los personajes más grandes (en el caso de una esfinge, el color que le dan a su s escamas es de lo más llamativo), parecen casi de otra serie. Teniendo todavía frescos los capítulos en los que Netflix adaptaba las historietas de Junji Ito con un estilo que no le hacía justicia, la diferencia es más que notable y a favor de la serie de Matt Mercer.


Esta segunda temporada de La leyenda de Vox Machina ha venido con aciertos, fallos y ambiciones. El cambio de trama ha servido para que esta tenga más acción, equilibre los momentos cómicos y serios, y sirva para mostrar algo más de un mundo fantástico, que, para que negarlo, es bastante genérico. El éxito anterior ha servido para atreverse con un final abierto de cara a una tercera temporada. Pero las mecánicas y herramientas de la partida de rol que la inspira son mucho más evidentes y pueden resultar bastantes chocantes a la hora de contar la historia en un medio distinto, donde la progresión de los personajes debería recurrir a otros medios. Por no decir que me parece muy poco probable que el líder de una manada de sanguinarios dragones decida bautizar a su horda como el cónclave Cromático. Si acaso, los Dragones Coloraos sería igual de amenazador.

jueves, 16 de febrero de 2023

Lecturas de la semana. Putain de guerre!

 


Más gaticos y menos balas. Da igual si estás leyendo esto en 1917 o en 2023

Después de la última visita a una librería de segunda mano, acabé saliendo de allí  con un  par de libros sobre la guerra. Bueno, no exactamente ( aunque aquí lo mismo  leemos a Sven Hassel que a Remarque), sino que ambos tienen  la guerra como trasfondo. La Gran Guerra, la que iba a terminar con todas las guerras pero inventó l a contienda moderna y cambió el siglo. En los dos casos, cada  una ha sido escrito en un país que participó en ella, al menos en el bando “ganador”, y en momentos distintos, lo que  los separa mucho entre sí en cuanto a contenido y contexto.


Jean Cocteau. Thomas, el impostor. A  un improvisado  hospital para los heridos, de guerra, en un Parías al borde de la evacuación, ante el temor a ser ocupados, se presenta un joven militar. La sola mención a los Fontenoy hace que todos se den cuenta que este no es otro que Guillaume, el sobrino del general. Madame de Borme parece encantada  con la aparición  del pariente de un héroe de guerra. El doctor  Vernes tiene sus sospechas de un soldado que parece demasiado joven para  quien dice ser. Henriette, la hija adolescente de Madame Borme, no tarda en enamorarse de Guillaume. Y en medio, Guillaume de Fontenoy, que no es otro que Guillaume Thomas, un chico de dieciséis años que, lejos de corregir la equivocación de la que ha sido objeto, juego con ella incorporándola a una nueva identidad que, va adaptándose a cada situación  o a los nuevos intereses que este desarrolla.
Escrita en 1922, Cocteau utiliza un estilo muy conciso, de escenas variadas apenas conectadas entre sí y frases muy cortas, de forma que  la narración resulta  similar a un texto poético ,y muy cercano a las nuevas formas de estilo que venían desarrollándose.

La narración gira entorno a la figura de Thomas, que  puede definirse como un personaje amoral_: sus acciones no responden a ninguna intención egoísta sino al juego que este,  sin motivo aparente, desarrolla en su cabeza. La línea que separa la verdad y la invención es tan fina como podía ser la de un niño, llegando a considerar toda su creación  como algo verídico e incorporando nuevos aspectos a su fantasía una vez los anterior lo aburren. Su papel principal en el hospital da paso a un romance con Henriette, este, al deseo de ir al frente donde su juego encuentra el mismo final que el de tantos otros soldados refugiados en una trinchera. El resto de personajes se mueven  y actúan en un escenario  del que el texto no escatima en refleja la crudeza de la guerra:  los pueblos vacíos, el traslado de un convoy de heridos donde la muerte se convierte en algo inevitable, la cercanía de un enemigo que solo se distingue  por estar al otro lado de una trinchera… son una parte, la más real, del escenario en que se mueve su protagonista.


John Buchan. Los treinta y nueve escalones. Cuando Richard Hannay, poco después de regresar a Inglaterra, acoge en su casa a un personaje que asegura ser perseguido por una organización secreta, y de cuya supervivencia depende la seguridad de Inglaterra ante la guerra que acaba de estallar, no imaginaba que el asesinato de este a manos de sus perseguidores lo llevaría a atravesar escocia huyendo de  las fuerzas del orden, acusado de asesinato, pero también  perseguido por agentes mucho más peligrosos y dispuestos a que su plan pueda llevarse a cabo. A lo largo de varios días, Hannay   a que su plan pueda llevarse a cabo.  A lo largo de  varios días, este  solo contará con su ingenio para poder  descifrar un misterioso código, y la ayuda de unos pocos paisanos a los que su historia, pese a lo descabellado, resulta igual de  posible que  la que  el escuchó hace solo unos días.
La novela, quizá más conocida por la adaptación cinematográfica, esta, también muy libre, fue escrita en 1915,  por lo que la Gran Guerra era un evento relativamente reciente y ficcionaliza los eventos que llevaron a Gran Bretaña a entrar en el conflicto. Esta  consiste en un viaje accidentado por la geografía británica, en la que el peligro es un factor externo (en este caos, una organización de espías) pero en la que e el protagonista también tiene un carácter ajeno a la vida de la isla:  esta acaba de regresar de África, por lo que  para su entorno, también es e un recién llegado y sospechoso principal del asesinato. Aunque también los  conocimientos adquiridos fueran  son los que le sirven para sobrevivir e incluso detener a los antagonistas, sean estos científicos o sociales, como el recordar personajes que había conocido durante su trabajo en el extranjero.

El ritmo es muy rápido, en 1520 páginas que comienza  con un asesinato, continúan por un recorrido  de Inglaterra y los distintos secundarios que sirven de aliados improvisados, y terminan resolviendo el código que da título al libro, deteniendo a sus conspiradores. Una situación que contrasta con esa primera parte, la huida del protagonista, donde sus encuentros se producen con todo tipo de personajes que representan el ideario rural británico: dueños de una pensión, carretero, granjeros o pequeños aspirantes a político.

La atmósfera, pese a su sensación de carrera contrarreloj, también tiene cierto aire de inevitabilidad: si bien se habla de lo que está en juego, el lector sabe  como va a terminar este, suponiendo para los personajes solo un pequeño adelanto en su conocimiento, y la impresión de estos de haber evitado un mal mayor.

Como curiosidad, la edición que encontré, una publicación de J´ai lu, es una edición promocional en colaboración con una marca de cervezas. A ver si a los de estrella Galicia y Valdemar se les ocurre hacer algo así, y si no, ahí lo dejo…

jueves, 9 de febrero de 2023

Venus (2022). Aquí no hay quien viva

 


Aunque ya no sea algo moderno, el terror como escenario no se ha quedado limitado a los caserones vacíos y los lugares aislados. Un bloque de edificios, un piso de alquiler o un hotel pueden ser un lugar igual de amenazador, bien por lo que puede encontrarse entre sus cuatro paredes, por la dificultad que supone salir de allí, o porque no sabe quien puede ser el vecino de al lado. La presencia que amenazaba a Verónica en el  piso de su familia, los  infectados que arrasaban el edificio de extrarradio en la horda o  como mencionan siempre los testigos en las crónicas de sucesos: el asesino  era ese señor tan amable que siempre saludaba en la escalera. Este escenario, cercano pero anónimo,  más habitual en el entorno  que una mansión histórica, es el elegido en la  nueva película de Jaume Balaguero que, de entrada, podría definirse como horror cósmico de extrarradio.




Venus es el nombre de un maltrecho edificio de viviendas en Villaverde Sur, en el que Rocío y su hija alba viven, aterrorizadas, los fenómenos que cada noche tienen lugar en su piso. Cuando los crujidos, susurros y pesadillas que la atormentan llegan al punto en que la única opción para  ambas  es marcharse en plena noche, su intento de fuga  es interrumpido por la aparición a la puerta de su hermana Lucía. Esta ,herida mientras intentaba escapar de la discoteca en el que trabaja como bailarina con un alijo de anfetaminas robadas, busca en casa de su herma aun refugio mientras  piensa sus próximos pasos. Pero la desaparición  de Rocío, dejándola sola con una sobrina a la que acaba de conocer, una vecinas que parecen vigilarlas en todo momento, y el dueño del club y sus matones en su búsqueda, hace que su situación se complique. Pronto, comenzará a tener  pesadillas y recibir los regalos que La Sirvienta, la criatura de la que habla su sobrina, trae con cada mal sueño. Mientras, los medios de comunicación informan, desconcertados, del eclipse que un cuerpo celeste surgido de la nada provocará en pocos días.


Esta sería la segunda película de Fear Collection, que había empezado su  producción  con Veneciafrenia, que tuvo críticas bastante dispares. Con Venus plantea una historia que, aunque reconoce haberse inspirado en Los sueños de la casa de la bruja de H. P. Lovecraft, esta  es una aproximación muy libre al relato de H. P. L (sigue gustándome más que  esa reimaginación  cuqui que hicieron para  el Gabinete de Curiosidades de Netflix). Esta es una mezcla entre terror ocultista, paisajes urbanos, violencia y la importancia de la presencia femenina en todo el guion. No solo la protagonista, interpretada por Esther Expósito, que encarna una final girl a distintos niveles, tanto enfrenándose a una banda de matones como a un cónclave de hechiceras, sino en un entorno  en que la presencia masculina es casi inexistente. No hay rastro de la pareja de Rocío o del padre de Alba, ni se mencionan. Los sicarios  al servicio del dueño de la discoteca son un grupo anónimo, empleado únicamente como fuerza bruta, aquellos personajes que tienen alguna relevancia lo son por su carácter violento o traidor…e incluso entres  los residentes en el edificio aparecen únicamente mujeres. Del mismo modo, se refieren a la criatura que habita en el ático como  un ente femenino, y los primigenios de nombre impronunciable son sustituidos por un demonio de similar naturaleza. Los personajes masculinos se ven relegados a lo secundario, como el propietario de la discoteca  y sus empleados o esas enigmáticas figuras  que aparecen como sacerdotes en un ritual.


Se alquila amplio apartamento con vistas al horror cósmico. Se requiere seguro de impago y la presencia de un exorcista


La trama, que comienza con una estruendosa secuencia en una discoteca, desarrolla de forma  paralela una historia de terror en la que  el apartado lovecraftiano viene sugerido por las  menciones al eclipse o el uso de los sueños como vía de comunicación con otros mundos. Por comparación, el “horror cósmico” tiene mucha menos presencia a favor de lo físico: la protagonista comienza sufriendo una herida de arma blanca que se ocupará de limpiar a duras penas, y que sirve como indicio de lo que supondrá su evolución posteriormente las pesadillas, pobladas por insectos y cortes, tienen una cualidad muy vívida, y el desenlace, por un momento, olvida todo componente terrorífico para volverse en una serie de secuencias donde prima el exceso. La  protagonista, renacida y empastillada, dispuesta a hacer lo que sea para salvar a su sobrina de lo que puede hacerle daño. Sea de este mundo o de otro.


Madurar es preferir tener como vecinos a unos nigromantes antes de a unos chavales que hagan botellon por las noches

El entorno en que se mueven los personaje está marcado por una atmósfera anodina, desvencijada, donde  las vecinas de un solitario edificio derivan de lo irritante a lo siniestro y que mantienen la sensación de que el horror puede ser algo que esté al lado. Un horror que convive con momentos esperpénticos que recuerdan a las comunidades de vecinos caricaturizadas en La que se avecina. Pero que también adelanta uno de los problemas de la película: esta, durante la mayor parte del tiempo,  da la impresión de ser  una “mezcla de”, y no una narración con su propia identidad. Una mezcla de La centinela, de La semilla del diablo, de la Suspiria de Luca Guadagnino, de Hereditary. De Aquí no hay quien viva y de Rec Genesis. De todo un poco. Que sorprende, a ratos divierte, tiene interés a nivel visual pero que no se espera de un director  con una carrera a su s espaldas como Balagueró. Podría ser una buena primera película  pero no una buen atrás haber dirigido Rec o Los sin nombre, con la que comparte cierta estética y elementos narrativos, pero  que en todo momento produce la impresión de  haber visto antes  lo que ahora se muestra.




El resultado final de Venus ha sido irregular:   pesa mucho más esa sensación de que todo resulta  familiar, el desenlace cae en un exceso de  explosiones y disparos que distraen mucho de la trama sobrenatural que se está desarrollando al mismo tiempo y que debería ser lo importante en ese momento.. y parece que su andadura por los cines no ha ido todo lo bien que se esperaba. Al menos, lo bastante como para plantearse el futuro o de la Fear Collection. Del que espero que al menos, puedan ofrecer alguna producción más. Estas pueden gustar o no,  ser lo que se esperaba o no, pero de momento, sus dos primeras cintas han dado de que hablar.

jueves, 2 de febrero de 2023

Relatos japoneses de lo macabro. Cuando la animación no hace justicia.

 


Aunque el anime no me haya atraído mucho, hay alguna excepción, como Doctor Slump (la caja rosa de goma en mi mesa lo certifica) los manga de Junji Ito. Historias cortas, donde lo grotesco y el body  horror se dan de la mano, o series como Uzumaki, donde desarrollaba  los temas anteriores para  derivar hacia el terror cósmico. Sus guiones, junto a un dibujo que reflejaba con todo detalle aquellas situaciones pesadillescas y que se alejaban de la habitual línea clara a la que tenía asociada este estilo, fueron haciéndose más conocidos entre el público con el tiempo, aunque este  hubiera quedado  fuera  de las adaptaciones a otros medios. Salvo por las versiones en imagen real de Tomie o Uzumaki, no fue hasta finales de la pasada década cuando se empezaron a trasladar varias de sus historias cortas al anime. Y este último año, Netflix s e ha encargado de traer una nueva serie.




Relatos japoneses de lo macabro es el título en español de Maniac, una antología que  a lo  largo de doce capítulos adapta veinte relatos del autor escritos a lo largo de varias décadas. Sin más  hilo conductor que la voz en off que, al final de cada capítulo, hacen referencia a las situaciones que aparecerán en el siguiente, estos recopilan durante veinte minutos una, o dos historias  breves en su caso que, ante todo, se caracterizan por la alteración de lo cotidiano, la transformación corporal, lo absurdo…pero también el terror cósmico, el humor negro e incluso un par de aproximaciones a lo psicológico, que, por la menor presencia  que tiene, y por s u contenido, son algunos de  los más memorables. Anécdotas de familias disfuncionales  como los hermanos Hikizuri y las maldiciones de Soichi, abren y cierran con bastante  humor una recopilación en la que también aparecerá Tomie, la femme fatale inmortal escrita por Ito, un túnel poblado por espectros, maldiciones ancestrales, pesadillas, apocalipsis tan extraños como los globos que aparecen  de ninguna parte para ahorcar a determinadas personas, una nueva y peligrosa especie fúngica o una enorme criatura de las profundidades marinas que oculta una secreto en su interior.


Todos su relatos, salvo los primeros o los de sus personajes recurrentes, que tienen un tono más ligero, están marcados por una visión del terror muy oscura: ningún personaje que tenga la mala fortuna de aparecer en un capítulo va a sobrevivir o salir cuerdo. Y tratándose de Ito, la primera opción es el final más compasivo al que pueden optar. Aunque su narrativa  está bastante occcidentalizada (hasta el punto en que los Hikizuri parecen una versión libre y menos  elegante de los Addams), muchos elementos de sus historias están marcados por una interpretación de lo sobrenatural muy  tradicional: la imposibilidad de salvarse de lo anómalo, lo ancestral como algo que no debe ser perturbado, bien sea una comunidad de monjes o un antiguo enterramiento, los espectros concebidos como seres implacables que  permanecen en la tierra sin posibilidad de encontrar la paz o esa sensación, que experimentan los personajes, de encontrarse desvalidos ante fuerzas dela naturaleza que pueden barrerlos de un plumazo.


Los monster marca blanca

La transformación corporal también es uno de sus temas recurrentes. Muchos de sus personajes se ven  deformados bien como  castigo por haber roto una regla, por la acción de la naturaleza como en Moho o la Cosa que naufragó, o el puro absurdo, como en el autobús de los helados. Pero esta tendencia a desarrollar la alteración física puede considerarse una de las características de la obra de Ito y algo  que está  muy ligado a su apartado gráfico: las viñetas  de cualquier de sus comics se recrean en lo monstruoso y la pérdida de la humanidad como rasgo físico. Un elemento, muy importante para el éxito de sus comics, que el anime no ha podido captar.




Esta, aunque en cuanto a las caras de los personajes (al menos, en los primeros momentos o en las situaciones normales), resulta correcta, no llega ni de lejos a lo que necesitaría para representar las viñetas más oscuras, donde las paredes cubiertas de moho, los tentáculos de una criatura marina o las distintas capas  de piel que recubren a un ser humano, eran representadas con sumo detalle mediante líneas retorcidas y un miedo a mostrar un espacio vacío que en su versión animada, no existe. Estas se han visto sustituidas por animaciones cgi no muy cuidadas que se utilizan hasta para situaciones tan simples como un vehículo en movimiento y que hacen sospechar que la animación no ha sido en lo que se han gastado el presupuesto. La pobreza de esta llega al punto   en que en uno de los capítulos utilizan un fotograma sacado directamente de una viñeta, y que por lo lejos que queda en cuanto a detalle, parece fuera de lugar. Estos recursos icnográficos, que son algo habitual, parecen aquí bastante limitados y afean el resultado de una serie en la que el aspecto visual es tan , o más importante que lo narrativo.

A los relatos japoneses de lo macabro no les ha salido precisamente bien lo que debería ser lo más destacable de la serie: una animación normal tirando a pobre, diseños estándar que de cuando en cuando intentan imitar al original y fotogramas que apenas reflejan  las situaciones gráficas  de su equivalente en papel. Y que hace que la serie desluzca  aun cuando muchas de las historias  sean realmente buenas, y una prueba de ello es que La abusona es tan inquietante como su original. Hoy es difícil saber  si esta serie sobrevivirá más de una temporada, pero  además de servir para dar a conocer algunas de las historias más populares de Ito, es también un aviso para la posible adaptación de Uzumaki de la que se venía hablando hace algún tiempo: las espirales, o se dibujan bien, o mejor no intentarlo.

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