Series de tv, libros, cine...y una constante presencia gatuna

miércoles, 8 de septiembre de 2021

Meddling Kids (Edgar Cantero). Y hubiera podido desatar el horror primigenio de no ser por esos chicos entrometidos y su perro


 

La nostalgia ha acabado por convertirse en un género de pleno derecho, en el que recrear los 80 y los 90 no es un recurso sino un escenario al que volver una y ora vez. aunque en lo audiovisual se a habitual encontrarse  niños en bici, tecnología analógica, camisas de cuadros y música de los 90, en la literatura no constituía un recurso tan vistoso...al menos, hasta que un escritor barcelonés y afincando en EEUU se le ocurrió preguntarse: ¿qué hubiera pasado si Los Cinco, los Tres Investigadores o a la pandilla de Scooby Doo, se hubieran encontrado con un monstruo real? Uno que hubiera podido salir de las páginas de H. P. Lovecraft...


Han pasado 13 años desde que el Club de Detectives de Verano de Blyton Hills  resolviera con éxito su último caso. El monstruo del lago Sleepy no era otro que un delincuente disfrazado que se hubiera hecho con todo el oro de la antigua mina, de no ser por esos chicos entrometidos y su perro. Pero algo más sucedió aquella noche durante la que estos investigaban lo que sucedía en la mansión De Boer, que afectaría al resto de sus vidas. Kerry, que ha adoptado al descendiente del perro que los acompañaba, ha desperdiciado su carrera como bióloga para trabajar de camarera el tiempo que se mantiene sobria. Nate está encerrado voluntariamente en el manicomio Arkham y se mantiene en contacto con Peter, que triunfó como actor y el haber fallecido no impide que se aparezca a su amigo en los momentos más inoportunos. Andy, tras ser expulsada del ejército y buscada en varios estados, está decidida a reunir al club, regresar al lado y terminar lo que empezó aquella noche...aunque ninguno recuerde qué es lo que sucedió exactamente. 


A menudo se resume la novela de Cantero como Scooby Doo se encuentra con los Mitos de Cthulhu. Que no resulta negativa dado que su intención parece ser la de homenajear a ambos, aunque sí escasa, porque en realidad está llena de referencias a la literatura juvenil, siendo los Cinco la más cercana hasta al punto que la localidad de sus aventuras se llama, adecuadamente, Blyton Hills. Al igual que el componente terrorífico de la trama, donde las referencias lovecraftianas se usan con habilidad integrando la mitología de El ser en el umbral y El caso de Charles Dexter Ward en un marco temporal que resulta ya tan lejano como los ochenta: un 1990 tirando a desencantado, donde el regreso a Blyton hills de la infancia devuelve un pueblo vaciado por la crisis y el fracaso de los negocios locales, donde la referencia de pasada a la Generación X y sus problemas recuerda mucho a las críticas que se escuchan hoy a la de los millenials, y donde cuestiones como el género y la identidad se reflejan de la forma adecuada:  la percepción de estos no es la existente en 2020, sino la que los personajes tendrían a principios de los 90. 


La novela  podría considerarse corta para las longitudes que se manejan habitualmente. adecuada para una historia tan deudora d ela nostalgia, lo referencial, y un ritmo de road movie donde los viajes y el reencuentro tienen un papel muy importante. Esta alterna la narración  entre los puntos de vista de los protagonistas (incluso de Tim el perro, y su pingüino de plástico), y que en determinados momentos varía de forma un tanto extraña al formato de guion, donde los diálogos son sustituidos por bloques con el nombre de cada personaje que habla. Y que, además de resultar chocante, no tengo claro que es lo que aporta el cambio de formato frente a la narración en tercera persona. El conjunto, sin florituras y con un ritmo  rápido para una trama sobre viajes, encuentros y vuelta a lugares de la infancia, se vuelve vertiginoso en sus últimos capítulos, donde las persecuciones monstruosas no desentonarían en una serie B de Carpenter, o incluso, en una partida del Mansiones de la Locura, y donde reproduce una vez más la figura del villano desenmascarado, con un antagonista desquiciado e inesperadamente divertido al que lo mueve el aburrimiento centenario y ganas de fastidiar al personal...hasta el punto que a veces hubiera gustado que su presencia durara un poco más en lugar de algunos momentos de angustia juvenil. 

efectivamente, Meddling Kids responde a a esa extraña pregunta de qué hubiera pasado si Los Cinco se enfrentaran a un horror lovecraftiano, pero también construye toda una aventura deudora de los mitos de Cthulhu, más alejada del horror cósmico y cercana a su vertiente lúdica, la de matar oleadas de monstruos con una escopeta y la de huidas apresuradas, pero donde también hay espacio para hacer una versión muy curiosa del paso de la infancia a la madurez, de un arquetipo que ha acompañado a los lectores durante años. 

3 comentarios:

Azka Kamil dijo...

great your post

Anacrusa dijo...

¡Vendido! xD Por 77 peniques se viene a mi casa el libro de Cantero. ¡Qué peligro tienen tus entradas!

A mí la idea de una Scooby Gang investigando casos supernaturales y matando bichos siempre me ha gustado. Será por eso que soy fan de 'Buffy' xD.

Lo único que espero del mercado de la nostalgia es que se salte la década de los noventa. ¿Veremos dentro de poco el libro 'Yo fui a la E.S.O.?

Renaissance dijo...

Está visto que en Inglaterra se muere uno pobre, pero menos que en España xD.

En este caso, más que Buffy, es una vuelta a esos personajes infantiles que no envejecen, haciendo una mezcla con la lectura a la que pasamos todos después (que sería, HPL). Siendo pejigueros, Laird Barron fue mucho más bestia con X's for eyes, se notaba que era una novela mucho más de nicho y donde no dudó en saltar el límite de lo referencial a la locura.

Tengo la teoría que, cuando lleguemos a la nostalgia de 1999, volvemos hacia atrás y reiniciamos un "como molaban los 80" ¿Realmente alguien va a echar de menos los primeros operación triunfo, gran hermano, y algunas de las tendencias estética más horribles que vio el mundo?

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