Desde ayer por la tarde, el Doctor Who se ha convertido en
una de las series más longevas de la televisión. También es una de las que más
fandom ha ido moviendo, cuando términos como geek o friki no se habían
generalizado o eran despectivos. Y también se trata de una de las producciones
que mejor mezcla la ciencia ficción sin complejos con el género de aventuras,
de fantasía, e incluso el terror para sus espectadores más pequeños. Pero si me
pidieran una sola razón por la que me parece tan especial, es por tratarse de
la primera serie de tv que recuerdo. Igual exagero y solo es una de las
primeras, pero la imagen de un tipo de bufanda kilométrica entrando acelerado
en una cabina de color azul fue suficiente : estuve pendiente todo lo que me
fue posible de aquella serie desconocida que emitía una televisión autonómica. Entonces
tenía todo lo necesario para que no perdiera detalle: cosas que aparecían,
desaparecían, argumentos imposibles (y que entonces no entendía muy bien. Pero
tenía monstruos a mogollón. Y a mí me gustaban los monstruos) y un montón de
efectos que entonces me parecían el colmo del despliegue de medios.
Desde entonces, al Doctor Who le ha pasado de todo: unas
cuantas regeneraciones más, una cancelación, su vuelta en 2005 gracias a
Russell T. Davies y su siguiente etapa con Steve Moffat. Es a Moffat y a Matt
Smith como Undécimo Doctor a los que les ha correspondido el especial del
cincuenta aniversario. Un aniversario que se celebra por todo lo alto, con la
serie de la BBC
siendo más popular que nunca y con los fans esperando que este sea el mayor
acontecimiento en la historia de la serie. A nivel técnico lo ha sido: no solo
han recurrido a las 3D, sino que dispuso de un despliegue de medios que no habría
podido imaginar con el doctor que conocí. Y lo mejor de todo es que a nivel
argumental, también.
Es difícil contentar a los fans con un acontecimiento tan específico, y más tras poner los dientes largos todo lo posible con los webisodes y los trailers. Pero los episodios especiales anteriores habían sido bastante normales. Recurrían bastante al truco de juntar a un par de doctores en un guión que, a grandes rasgos (y por los que recuerdo de haber visto), no tenía nada en especial, siendo más un episodio alargado que otra cosa. Desde un principio prometieron que no sería el caso: el aniversario resolvería por fin la trama de las Guerras del Tiempo, y de cómo el Doctor llegó a eliminar su planeta. Aunque también prometían que contarían con Tennant, Smith y Billie Piper, la primera acompañante. Con Eccleston, por desgracia, no, porque a estas alturas ya sabemos como es este hombre.
En cambio, el especial mantuvo durante una buena parte esa
sensación de ser episodio largo: el 11º Doctor es reclamado por UNIT, dando
lugar a las dos tramas principales: el enfrentamiento con unos enemigos de toda
la vida como son los Zygons, y su reunión con el 10º Doctor y aquel que
participó en las Guerras del tiempo. La
primera resulta bastante chocante, después de esperar algo a la altura de los
50 años, y encontrarse con unos alienígenas a los que no se les había visto en
tres décadas, que conservaban un aspecto plasticoso típico de la serie clásica.
Esto se mezclaba con un exceso de chistes a costa de Isabel I bastante cansina,
y que hace bajar la guardia hasta una segunda parte en la que sí cumplen con
las expectativas. No sé si ha sido un fallo del guión o lo plantearon de esa
forma, ha sido una decisión bastante astuta, aunque la estiraron demasiado.
Donde unos ven un alienígena con ventosas, otros lo ven en con aceite y pimentón rojo por encima
Esta segunda parte se centra exclusivamente en los
conflictos de los tres Doctores y en el tema de los puntos fijos en el tiempo,
planteados por la serie. Durante siete temporadas el Doctor estuvo marcado, en
menor o menor medida, por los acontecimientos de la Guerra y la desaparición de
su planeta. Cada uno de ellos lo afronta según su personalidad, dando lugar a
ciertos conflictos entre estos y de bastante desesperación por parte del doctor
encarnado por John Hurt: desconocido para los espectadores, tiene un carácter mucho
más serio y adulto que sus regeneraciones posteriores, tema que tampoco dudan
en explotar durante el especial. En muchos diálogos hay bastantes referencias
sobre la madurez, crecer, y especialmente, a la actitud infantil de unos
doctores que afrontan a su manera el haber eliminado a una especie.
En cuanto al tema de las apariciones y la forma de
incluirlas, también ha sido de lo más acertado. Recuperan la cabecera del
principio e incluso la primera secuencia de la serie, fusionándola con la
aparición de Clara Oswald y su reunión con el Doctor. Además, consiguieron
escapar de la trampa de juntar actores, que aquellos con los que contaron
fueran necesarios e incluso con hacer aparecer también a todas las
encarnaciones del Doctor. No se echa de menos a Eccleston, porque con la
interpretación de John Hurt fue suficiente, y en cuanto a Rose, la aparición de
Billie Piper es bastante breve. Probablemente esta es la que sale peor parada,
casi como un cameo interpretando a la interfaz de un arma. Pero, teniendo en
cuenta cómo resolvieron la historia de este personaje, tampoco podía exigírsele
que volviera aparecer como tal, y la opción del cameo fue lo más acertado. Aunque
para apariciones más breves, la de Tom Baker, tanto la del final como el guiño
que hacen a su famosa bufanda. Un detalle bastante simpático, teniendo en
cuenta que no había quedado en muy buenos términos con la serie.
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